La relación diplomática amistosa entre Brasil y China tuvo hoy (12/08) un nuevo capítulo con un llamado entre Xi Jinping y Lula da Silva. Ambos mandatarios mantuvieron una conversación en la que el país asiático acercó aún más las partes para convertirse en el principal socio de la principal economía sudamericana.
COOPERACIÓN
Atento Peter Lamelas: Para China, Brasil es la puerta de Sudamérica
El presidente de China, Xi Jinping, aseguró que su país respalda a Brasil en la defensa de la “autosuficiencia”. Lo puso en el lote de principales países.
Según medios oficialistas chinos, la conversación apuntaló la fluidez de la relación entre ambos estados, con muestras de interés por profundizar los lazos económicos y geopolíticos tanto de manera particular como en el marco del BRICS. Todo ello en medio de las tensiones que Brasil enfrenta con Estados Unidos por la guerra comercial prometida por la Casa Blanca.
Mientras tanto, Lula da Silva ahondó en la necesidad que Brasil tiene de estar acompañado en la “defensa de la soberanía” a nivel global y el rechazo de amenazas unilaterales en referencia a la administración de Donald Trump. En ese sentido, China estaría dispuesta a suplir la demanda estadounidense de productos brasileños con tal de un mantenimiento de la postura brasileña.
Brasil, China y la “autosuficiencia” sin USA
Las declaraciones de Xi Jinping sobre Brasil pusieron en foco al país sudamericano como otro punto de tensión entre China y Estados Unidos. Se trata de la “batalla” diplomática más importante que ambas potencias mantienen en la región debido al peso brasileño en el comercio internacional y su capacidad de inclinar la balanza a nivel sudamericano.
En ese sentido, la distancia política entre la administración de Trump y la de Lula da Silva habría catalizado la dirección del interés brasileño a los acuerdos con China. Si bien el país sudamericano no tendría intenciones de despegarse de sus relaciones con Estados Unidos, la turbulencia arancelaria propuesta por la Casa Blanca acentuará la presencia china en Brasil y viceversa.
Un ejemplo de ello serían las inversiones industriales que China se mostró dispuesta a hacer en el país de Lula da Silva. Sobre todo aquellas referidas al sector automotriz, donde el avance chino puso bajo amenaza la hegemonía de las marcas tradicionales de Occidente, incluyendo las estadounidenses.
En el mismo orden, habría negociaciones avanzadas para el intercambio de otras tecnologías, como inteligencia artificial, fabricaciones aeroespaciales y otras aplicaciones destinadas a la defensa.
Por el momento, Brasil mantiene el multilateralismo como política de estado. Algo que podría cambiar con el paso del tiempo y en caso de que se sostengan las tensiones con Estados Unidos.
Argentina y un segundo plano
Con China intentando hacer pie en Brasil, el papel de Argentina como influencia en la región toma un segundo plano. Si bien el país asiático dio varias muestras de interés de alcanzar un nivel de cooperación más alto con el Gobierno argentino, la política diplomática de la administración de Javier Milei se mostró más alineada con Estados Unidos.
Al respecto, el embajador designado para Buenos Aires por la Casa Blanca, Peter Lamelas, aseguró públicamente que una de sus misiones será disuadir la penetración de China en Argentina. Algo que podría ser una tarea complicada teniendo en cuenta que el principal socio comercial y diplomático a nivel global no es Estados Unidos, sino el propio Brasil.
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