El Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) de noviembre del BCRA mostró un quiebre en la tendencia, en donde, las consultoras corrigieron al alza la inflación esperada a corto plazo y simultáneamente proyectaron una caída más rápida en la tasa de interés. La brecha entre nominales y precios vuelve a tensionar el tablero financiero.
VOLANTAZO
REM del BCRA: Inflación más persistente y desplome de tasas
El informe del BCRA mostró un cambio abrupto en la tendencia al combinar una inflación más resistente y una tasa de interés que caería con mayor fuerza.
Inflación
Y es que, por primera vez en varios meses, las consultoras elevaron sus cálculos para el IPC de noviembre hasta 2,3%, lo que implica 0,4 puntos por encima del relevamiento previo. El Top 10 de pronosticadores también corrigió sus estimaciones y ubicó la cifra en 2,3%, es decir, 0,3 puntos más que un mes atrás.
Según el REM, el IPC núcleo también registró un leve deterioro al proyectarse en 2,2%, mientras que en el informe anterior se esperaba un número algo menor.
El giro se visualiza claramente en los gráficos del informe. En el Gráfico 1.2 del documento se observa cómo la previsión para noviembre se despegó del sendero descendente que venía marcando el consenso hasta octubre.
A la vez, el Gráfico 1.4 muestra que la inflación interanual mantiene una trayectoria descendente, pero más lenta que la anticipada previamente.
Para diciembre, el mercado proyecta 2,1%, apenas 0,1 punto por encima del REM anterior. Sin embargo, la novedad clave es que la corrección al alza se da en simultáneo con expectativas de menor tasa de interés, algo que reabre el debate sobre la tasa real en los próximos meses.
La dinámica de precios tensiona
Los analistas coinciden en que la suba de alimentos, regulados y cierta recomposición de márgenes habría presionado las mediciones de noviembre. El REM refleja precisamente ese movimiento al alza que empieza a interrumpir el proceso de desinflación que comenzó a mediados de año.
Aun así, persiste la visión general de que el IPC seguirá bajando a lo largo del verano y alcanzará niveles cercanos a 1,5% mensual en mayo de 2026. Los consultores prevén un sendero más escalonado y no tan lineal como se asumía hasta octubre. El ajuste fina la expectativa más cercana y, por ende, la evaluación de riesgo por parte del mercado.
¿Y la tasa de interés?
Mientras que la inflación prevista dejó un sabor amargo, la expectativa de TAMAR (tasa mayorista de depósitos a plazo) mostró el movimiento inverso. Las consultoras anticipan para diciembre una tasa de 32% TNA, lo que significa 3 puntos menos respecto al REM de octubre. Eso implica una tasa efectiva mensual estimada en apenas 2,6%, una dinámica que vuelve a ensanchar la brecha entre inflación y rendimiento nominal a muy corto plazo.
El Cuadro 2.1 del informe muestra con claridad la magnitud del recorte esperado. Más notable aún es el ajuste hacia adelante. Para diciembre de 2026, el consenso sitúa la TAMAR en 20,9% nominal anual, 0,9 puntos por encima del relevamiento previo, señal de que los analistas estiman un sendero donde la tasa baja más rápido ahora, pero se estabiliza en niveles algo más altos en la segunda mitad del próximo año.
En el Gráfico 2.1 se observa un desplazamiento hacia abajo del tramo corto de la curva esperada de tasas y, al mismo tiempo, una corrección hacia arriba del tramo más lejano.
El cruce entre inflación y tasas deja un punto crítico. La tasa efectiva mensual proyectada para diciembre queda por debajo de la inflación esperada, lo que implica tasa real negativa aún después del ajuste. En paralelo, la inflación interanual se mantiene mucho más firme que la previsión de tasas para 2026, lo que sugiere que el mercado ve un proceso de desinflación más lento que la velocidad de recorte de tasas.
El diagnóstico implícito del REM es contundente.
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