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LOS NÚMEROS DE OCTUBRE

Inflación en baja y salarios en alza: por qué no se siente la mejora

La foto macro de octubre vuelve a poner sobre la mesa una de las tensiones estructurales de la economía argentina, la carrera entre inflación y salarios.

La foto macro de octubre vuelve a poner sobre la mesa una de las tensiones estructurales de la economía argentina, la carrera entre inflación y salarios. Los últimos datos oficiales del INdEC muestran que, aun con una inflación claramente desacelerada respecto de 2024, los ingresos laborales no logran consolidar una recuperación homogénea del poder adquisitivo y dejan un mapa salarial fragmentado.

Por el lado de los precios, el Índice de Precios al Consumidor marcó en octubre una suba mensual del 2,3%, acumulando 24,8% en lo que va del año y 31,3% interanual.

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En paralelo, el Índice de Salarios avanzó 2,5% mensual, con un aumento 33,7% acumulado en 2025 y 43,1% interanual.

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A primera vista, el salario parece ganarle a la inflación. El detalle fino, sin embargo, cuenta otra historia. A primera vista, el salario parece ganarle a la inflación. El detalle fino, sin embargo, cuenta otra historia.

Inflación contenida pero con focos persistentes

El IPC de octubre confirma que el proceso de desinflación continúa, aunque sin margen para el triunfalismo. El nivel general avanzó 2,3%, impulsado principalmente por Transporte (3,5%) y Vivienda, agua, electricidad y gas (2,8%), dos rubros altamente sensibles para los hogares y con fuerte incidencia regulatoria.

En términos de composición, los precios regulados subieron 2,6%, los estacionales 2,8% y el IPC núcleo 2,2%, señal de que la inercia inflacionaria sigue presente aun sin shocks puntuales. En la comparación interanual, el 31,3% muestra una baja contundente frente a los registros de 2024, pero todavía elevada para una economía que busca estabilizar expectativas.

Además, el impacto no fue homogéneo entre regiones. Patagonia volvió a exhibir los mayores aumentos, especialmente en vivienda y energía, mientras que el GBA mostró variaciones más alineadas con el promedio nacional.

Salarios al alza, pero con brechas cada vez más visibles

Del lado de los ingresos, el índice general de salarios subió 2,5% en octubre, levemente por encima de la inflación del mes. Sin embargo, la mejora se explica casi exclusivamente por el sector privado no registrado, que avanzó 4,2% mensual y acumula un 113,2% interanual, muy por encima del resto de la economía.

El sector privado registrado, en cambio, aumentó apenas 2,1% en el mes, con una suba 30,5% interanual, prácticamente empatada con la inflación. El sector privado registrado, en cambio, aumentó apenas 2,1% en el mes, con una suba 30,5% interanual, prácticamente empatada con la inflación.

El sector público mostró un desempeño aún más débil, con 1,9% mensual y 31,9% interanual, reflejando la política de contención salarial que sigue vigente en el Estado.

La conclusión es clara el promedio esconde una fuerte dispersión. Mientras los trabajadores informales recuperan terreno en términos nominales, los asalariados formales y el sector público siguen corriendo desde atrás.

La comparación clave quién gana en 2025

Si se mira el acumulado del año, el salario total sube 33,7% frente a una inflación de 24,8%. En términos agregados, hay una mejora real cercana a 7 puntos porcentuales. No obstante, ese resultado vuelve a concentrarse en el segmento informal, mientras que el salario registrado acumula 22,9%, por debajo del IPC.

En otras palabras, la recuperación del salario real no es generalizada. En otras palabras, la recuperación del salario real no es generalizada.

Para una porción relevante de los trabajadores, especialmente empleados públicos y privados formales, el alivio sigue siendo limitado y dependiente de paritarias que corren con rezago.

Una señal ambigua para el consumo

Este escenario explica por qué el consumo muestra señales mixtas. La desaceleración inflacionaria ayuda, pero la falta de una recomposición sólida del salario formal restringe una recuperación más robusta de la demanda. Los sectores vinculados a servicios, transporte y vivienda continúan absorbiendo una porción elevada del ingreso disponible.

A su vez, la mejora relativa de los ingresos informales plantea un desafío adicional, consolida una dinámica donde la recuperación se apoya en segmentos de mayor precariedad laboral, sin traducirse necesariamente en mayor estabilidad macro.

El balance de octubre

Los datos de octubre dejan una conclusión incómoda pero necesaria. La inflación bajó, sí. Los salarios suben, también.

Pero la distancia entre ambos no alcanza para hablar de una recuperación pareja del poder adquisitivo. Pero la distancia entre ambos no alcanza para hablar de una recuperación pareja del poder adquisitivo.

Mientras no se consolide una mejora sostenida del salario registrado y del ingreso público, la macro seguirá mostrando números más prolijos que la micro. Y esa brecha, en Argentina, suele ser el verdadero termómetro social y económico.

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