El proyecto de ley que ordena la publicación de los archivos de Jeffrey Epstein, recientemente firmado por el presidente estadounidense Donald Trump tras su cambio de opinión y después de obtener luz verde en el Capitolio, otorga un plazo de 30 días al Departamento de Justicia estadounidense para publicar los documentos. Pero esta ley que habilita a revelar la verdad sobre la red de trata del difunto financista abusador tiene varías excepciones, entre las que se incluye detener la publicación de los documentos si amenazan investigaciones federales o procesos judiciales en curso.
DESCLASIFICACIÓN A MEDIAS
Donald Trump liberó los archivos de Epstein, pero hay un vacío legal que puede usufructuar
La ley que firmó Donald Trump para divulgar los archivos de Jeffrey Epstein, tras el visto bueno del Congreso y la presión de su propio partido, contiene excepciones, lo que preocupa a las víctimas del difunto pedófilo y reclutador de jovencitas.
La Ley de Transparencia con los Archivos de Jeffrey Epstein pasó al escritorio de Trump en el Despacho Oval luego de sortear el Congreso, donde obtuvo el visto bueno bipartidista, a pesar de que el actual mandatario estadounidense haya sido mencionado por Epstein en la reciente filtración de los correos electrónicos del financista en los que habla de él como conocedor de los delitos sexuales (“sabía de las chicas”) y expone que “pasó horas” con una jovencita. Los republicanos presionaron a Trump y lograron que modificara su postura en favor de su credibilidad política, habilitando la desclasificación de los archivos.
No obstante, esta ley que permite la liberación de los archivos de Jeffrey Epstein, un reclutador de adolescentes menores de edad al servicio de magnates, nobles y políticos, contiene ciertos vacíos legales que podrían significar que muchos documentos seguirían siendo confidenciales, según alegan los abogados de las víctimas.
La vigilia del martes por la noche con víctimas de Epstein, en el Congreso de Estados Unidos, en Washington. | GENTILEZA EFE
La ley para liberar los archivos de Jeffrey Epstein, que firmó Donald Trump para su promulgación durante este miércoles, había obtenido el martes, en el Congreso estadounidense, un gran apoyo de los legisladores demócratas y republicanos. El respaldo fue casi unánime en la Cámara de Representantes, con excepción del representante Clay Higgins (trumpista de Luisiana), quien votó en contra del texto.
Días antes, el presidente Donald Trump había reculado con su negativa a revelar los documentos del caso Epstein, cambiando de parecer y ordenando a su bancada republicana votar a favor porque no “había nada que ocultar”, después de perder cierta credibilidad política al aparecer mencionado en los correos electrónicos del financista pedófilo que se filtraron la semana pasada.
Sin embargo, el miércoles, luego de que fuera aprobada en el Capitolio, Trump cedió a la presión de su base partidaria y anunció su firma en esta ley. A pesar de la liberación, la firma de Trump no garantiza la publicación de todos los archivos, debido a que dicho proyecto de ley contiene importantes excepciones, incluida una disposición que protege las investigaciones en curso, lo que podría significar que muchos documentos seguirían siendo confidenciales.
Maria Farmer, la primera sobreviviente de abusos que denunció a Epstein y a su exnovia Ghislaine Maxwell en 1996, celebró la liberalización de los archivos.
“Después de haber permanecido en la oscuridad durante décadas, de que se ignoraran mis repetidos llamados a la transparencia y a la acción, y de haber vivido casi cinco gobiernos que se hicieron de la vista gorda ante esta enorme farsa de justicia, el Congreso por fin ha escuchado a las sobrevivientes”, dijo Farmer en un comunicado.
La semana pasada Donald Trump dio un giro radical, afirmó que no tiene nada que esconder y exigió la publicación completa de los archivos de Jeffrey Epstein, tras las nuevas filtraciones en las que se lo menciona, en un intento por limpiar su imagen.
Pero aún quedan muchos grandes obstáculos para la difusión pública de los documentos, que implican a personalidades políticas, tales como Bill Clinton y el presidente Trump, figuras mediáticas, ex primeros ministros y reyes de Medio Oriente, así como a la alta alcurnia británica.
En ese sentido, el texto del proyecto de ley, aprobado de forma casi unánime en la Cámara de Representantes y el Senado, otorga a la fiscal general, Pam Bondi, bajo el ala de Trump, cierta discrecionalidad para redactar nombres y bloquear la difusión completa de aquellos documentos que afecten a la “seguridad nacional” o “pongan en peligro una investigación federal activa”.
Asimismo, el Departamento de Justicia podrá retener material que “constituiría una invasión claramente injustificada de la privacidad personal” o que “muestre o contenga abuso sexual infantil”. Por último, tampoco podrá salir a la luz la información protegida por las normas de secreto del gran jurado que procesó a Epstein en 2019.
La filtración de los correos electrónicos de Jeffrey Epstein dejaron mal parado a Donald Trump
Como reveló Urgente24, los demócratas del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes publicaron la semana pasada más de 20.000 correspondencias entre Jeffrey Epstein, su socia Ghislaine Maxwell, quien cumple una condena de veinte años de prisión por tráfico de menores, y el periodista Michael Wolff, quien ha escrito numerosos libros biográficos sobre Donald Trump.
Los mensajes exhiben que Donald Trump sabía muy bien de las actividades de Jeffrey Epstein de lo que públicamente ha admitido. De hecho, en un correo electrónico, Epstein dice abiertamente que Donald Trump “sabía de las chicas”, aparentemente en referencia a la afirmación de Trump de que lo expulsó de su club Mar-a-Lago por captar a mujeres jóvenes.
En un correo electrónico de 2019, durante el primer mandato trumpista, Epstein le dijo a Wolff sobre Trump: "Por supuesto que sabía de las chicas, ya que le pidió a Ghislaine que parara".
Poco antes de que Trump ganara sus primeras elecciones en 2016, Wolff, el biógrafo de Trump, se puso en contacto con Epstein, bajo el asunto: “Este podría ser el momento”, sugiriéndole que podría perjudicar las posibilidades de Trump si hablaba. No quedó claro qué creía Wolff que diría Epstein ni si Epstein respondió al mensaje. Aún más atrás en el tiempo, en un correo electrónico del 2 de abril de 2011, Epstein le escribió a su novia y socia, Ghislaine Maxwell:
Maxwell respondió ese mismo día: “He estado pensando en eso”.
Sin embargo, los miembros republicanos de la Comisión de Supervisión de la Cámara de Representantes identificaron a la persona como Virginia Giuffre, una de las sobrevivientes de Epstein que hace poco se suicidó, y acusaron a los demócratas de ocultar su nombre porque ella NO había señalado a Trump como un cliente de la red de trata.
El financista neoyorkino también escribió en un correo electrónico de 2018 a un asesor de la Casa Blanca, durante la presidencia de Barack Obama: “Sé lo corrupto que es Donald”, refiriéndose a los muertos en el placard del influyente republicano.
Luego de tales filtraciones, el presidente Trump dijo que no tenía “nada que esconder” y que fue amigo de Epstein durante al menos 15 años, hasta que descubrió que el financiero le “robaba” las asistentes del spa de Mar-a-Lago, contratándolas él mismo.
Trump ha negado rotundamente cualquier implicación o conocimiento de la operación de tráfico sexual de Epstein, y dijo que ambos rompieron el contacto hace años. El martes, incluso Trump llamó a Epstein “enfermo pervertido”.
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