Carlos Mancuso, el exorcista argentino que hace dos años partió a la casa del Santo Padre, fue un sacerdote a quien acudía Jorge Bergoglio en casos de presunta posesión demoníaca, antes de ser Papa, cuando oficiaba de arzobispo de Buenos Aires y presenciaba situaciones de almas acechadas por el Diablo.
LADO OCULTO
Posesiones del demonio, entidades malignas y exorcistas en la vida real
Gabriele Amorth, el padre Carlos Alberto Mancuso y el obispo luterano argentino Manuel Acuña, populares exorcistas y testigos de posesiones demoníacas: " He estado en más de 2 mil exorcismos y esto es lo que he visto".
El padre Mancuso atendía en la parroquia Nuestra Señora de Luján, en La Plata, y afirmaba tener la habilidad de distinguir una posesión demoníaca de un problema mental grave, y en este último caso, enviaba al sujeto a un psiquiatría. El sacerdote argentino. según contó en una entrevista, comenzó a creer en la existencia de entidades malignas, las cuales se apropiaban de algunas almas, cuando presenció en primera persona un caso de posesión.
“En una iglesia de Los Hornos había una mujer que insultaba y que presentaba alteraciones”, dijo a La Nación. El sacerdote que atendía la parroquia le tiró agua bendita y los gritos cesaron. Luego, ese cura le contó que la mujer gritaba como si alguien dentro de ella tomara su voz: “Para qué hablás con el cura..., para qué hablás con el cura”.
"La mayor parte del clero católico no quiere saber nada de exorcismos. Unos desprestigian la práctica como si fuera un juego de niños, y otros directamente no se animan porque les da miedo", lanzó Mancuso.
"Esto es lo que he visto en más de 2 mil exorcismos"
Al respecto de la obra del exorcista Carlos Mancuso, quien murió en el 2023 a sus 89 años, uno de sus auxiliares laicos, Pablo de Maio, reveló al canal de Youtube RefugioZevalaTV la experiencia más dura que presenció junto al padre.
"He estado en más de 2 mil exorcismos y esto es lo que he visto", señaló este hombre que fue auxiliar del conocido y ya fallecido exorcista, el sacerdote Carlos Alberto Mancuso.
“Mira, este caso quedó en los archivos del arzobispado de la Plata, porque llegó a oídos del arzobispo. Una señora del norte que la pareja era un brujo, un chamán y le había proferido un maleficio. De tal manera que cuando el padre Carlos (Mancuso) recitaba el ritual mayor de exorcismo, se le inflaba el vientre como si fuera un globo de cumpleaños y por la vagina expulsaba escuerzos vivos. El escuerzo es como un batracio, como un sapo, pero el doble de grande. Y salían saltando por la sala. Pero no uno solo, sino cuatro o cinco”, rememoró.
“ El tema es que había que atrapar eso porque es la materialización del mal. No significa que el batracio estaba dentro de su cuerpo porque obviamente no puede vivir, pero al materializarse el mal se materializaba ese batracio que era la forma con la cual le habían proferido el maleficio”, comentó.
El auxiliar de Mancuso, quien presenció los exorcismos de Mancuso, señaló que con "los batracios y las ranas se hacen los llamados maleficios de muerte que consisten en introducirle a esos animales una fotografía o una pertenencia de la víctima, en la boca". Luego se le cose la boca y obviamente por " inanición el animal muere y la persona se va secando y así es como funciona. Entonces a través del exorcismo había que expulsar al demonio que se había invocado para la práctica de este maleficio y poder sanar esta persona", afirmó.
"Esta persona se quejaba de tal manera que había que obviamente eh los familiares, nosotros no podíamos intervenir ahí porque son las zonas íntimas de la persona. Le tenían que sacar el pantalón, tapar con una sábana y cuando eso pasaba empezaba a expulsar y salían saltando y se iban por la sala y había otras personas. Entonces, el padre tenía que parar el ritual y nosotros teníamos con sumo cuidado tomar estos pequeños animales, pequeños no porque eran bastante grandes, introducirlos en una bolsa y después proceder a su destrucción. Que eso es otra cosa también, ¿no? No se puede matar así sencillamente, lleva todo un proceso y un ritual de destrucción de los objetos malditos o la materialización del mal, ¿no? A través de los maleficios proferidos", expuso el auxiliar del exorcista.
Maio aseveró que para "eliminar al mal" había que agarrar al animal, "rociarlo con agua exorcizada mientras se hacía la oración a San Miguel o un Ave María y después lamentablemente quemarlos, quemarlos".
"Esa la mejor forma, porque el fuego es lo que purifica con la oración y el agua exorcizada. Después los restos enterrarlos en lugares deshabitados o arrojarlos en una corriente de agua. Nunca, como dice el padre Lusón, tirarlos en el inodoro o en un desagüe porque se traba, se atasca, ¿no? Entonces, esa es la mejor manera, enterrarlos en un lugar deshabitado o en una corriente de agua como ser un río, una alcantarilla, en fin, que nadie pueda tocarlos o encontrarse con esos restos", cerró en la entrevista.
Un obispo luterano amigo del Papa y el cura que inspiró a El Exorcista del 2025
“Si uno quiere ser exorcista, debe estar dispuesto a que le escupan continuamente”, planteó el sacerdote exorcista Gabriele Amorth (Módena, 1925 - Roma, 2016) en su libro Memorias de un exorcista: Mi lucha contra Satanás (2010).
"Muchos prelados no creen en el demonio e incluso llegan a decir en público que el infierno y el demonio no existen. ¡Y sin embargo, Jesús, en el Evangelio, habla de ello abundantemente, por lo cual cabría preguntarse si no han leído el Evangelio o no creen en él en absoluto!", sostuvo en una entrevista en el 2012.
Amorth, quien falleció en el 2016 y que inspiró la película ‘El exorcista del Papa’ (con Russell Crowe), realizó más de 60 mil exorcismos, dijo abiertamente que creía que Hitler estaba poseído y en el 2012 aseguró sin rodeos que existían "sectas pedófilas" en el Vaticano.
“Estoy convencido de que los nazis estaban poseídos por el diablo. Cuando uno piensa en las cosas que hicieron personas como Stalin o Hitler, ciertamente (ve) que estaban poseídos por el demonio. Esto se ve en sus acciones, en su comportamiento y en los horrores que cometieron”, sentenció en una entrevista.
Pero los rituales de exorcismo no solo están presentes en la Iglesia Católica Apostólica Romana. De hecho, Manuel Acuña, un obispo de la Iglesia Luterana, es hoy por hoy uno de los exorcistas más famosos de todo el mundo, con más de 1.200 rituales realizados y con presencia en redes sociales y en el mundo del espectáculo.
Manuel Acuña.
El argentino, quien reside en Torrevieja, España, contó a EL ESPAÑOL que tenía una amistad con el Papa Francisco, con quien se juntaban a rezar en el despacho del arzobispado de Buenos Aires, y reveló que realizó exorcismos a personas poseídas por el demonio, derivadas directamente por Jorge Bergoglio.
"No siempre buscaba el consenso, quería objetividad y, como soy luterano, no tenía nada que envidiarle y se sentía cómodo conmigo. Puedo decir que tengo el título de ser el mejor amigo luterano del Papa Francisco", aseguró el religioso.
Acuña al lado del que fuera el Papa Francisco.
Bergoglio le derivó casos especiales de personas poseídas. "A pesar de que había ya un sacerdote designado por la provincia de Buenos Aires, me decía: 'Manuel ocupate de esta persona e intenta ayudarla'", dijo.
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