Encima, en lugar de reforzar el ancla en pesos, el equipo económico eligió bajar las tasas de interés, una jugada que la plaza financiera lee como una apuesta temeraria en el peor momento posible.
El dólar corre
El tipo de cambio volvió a moverse con fuerza. El mayorista cerró en $1.449, con un salto de 1,1% en la rueda y apenas un 2,7% por debajo del techo de la banda en $1.470. El oficial llegó a $1.465 (+1,4%) y el CCL tocó $1.470, con un avance de 1,7%. El MEP quedó en $1.459 (+0,6%).
La suba no sorprende: en la City apuntan a que la falta de medidas concretas acelera la cobertura en dólares. Los contratos de Rofex lo anticipan: septiembre cerró en $1.457, diciembre en $1.600 y febrero 2026 en $1.669. Es decir, el mercado ya descuenta un sendero de devaluación constante.
Bonos en picada y riesgo país al límite
Los títulos soberanos en dólares se desplomaron en bloque, con bajas de entre 2% y 4,5%. El AL29 se hundió 4,5%, el AE38 retrocedió 4,3% y el GD46 cayó 4,1%. La curva completa está teñida de rojo y empuja al riesgo país otra vez a niveles que hacen inviable cualquier plan de financiamiento.
Los Globales muestran números alarmantes: el GD30 cedió 1,8% y el GD35 3,8%. En lo que va del año, la mayoría de los bonos acumulan caídas de entre 2% y 6%, reflejo de la desconfianza total.
Acciones en precios de remate
El Merval se derrumbó 3% hasta los 1.751.456 puntos. En dólares la foto es aún peor: perdió 4,6% en la jornada, 18,7% en el mes y 44% en lo que va del año. Un desplome sin piso.
Los bancos lideraron las pérdidas: Galicia retrocedió 3,7%, Macro 4,4% y Supervielle 5,3%. Pampa Energía cayó 2,6% e YPF 2,3%. Apenas Aluar (+0,3%) y BYMA (+1,4%) lograron escaparle al rojo.
En Nueva York, los ADRs argentinos también fueron un cementerio. Macro cayó 5,3%, Galicia 5,1%, Edenor 5,6% y Supervielle 6,9%. Globant perdió 2,5% y Central Puerto 4,9%. La única excepción fue Mercado Libre, que logró sostenerse con una baja marginal y un balance anual positivo de 37%.
Caputo baja tasas en plena tormenta
Cuando la lógica indicaba que había que reforzar el atractivo del peso, Luis Caputo sorprendió recortando tasas. Las Lecap más cortas se operan con rendimientos de apenas 3% mensual, lejos del 4% al 5% que ofrecían antes de las elecciones. Las cauciones bursátiles, que hace dos semanas pagaban entre 50% y 100% nominal anual, hoy rinden apenas 35%.
En la última licitación de deuda, el Tesoro logró renovar más del 90% de los vencimientos (unos $6,6 billones), pero convalidando tasas más bajas: 4% mensual contra el 4,8% de fines de agosto. Paralelamente, el BCRA redujo a 35% anual la tasa de pases pasivos que paga a los bancos.
El mensaje es claro: el Gobierno apuesta a abaratar el financiamiento en pesos, aunque eso signifique soltarle la mano al dólar.
La City no termina de comprar
Las consultoras más influyentes advierten sobre el peligro del movimiento. Según Delphos Investment, el Gobierno parece estar testeando un esquema de “tipo de cambio más alto y tasas más bajas”, monitoreando la reacción del mercado. Una jugada riesgosa con el dólar a un paso del techo de la banda y sin intervención oficial.
Max Capital coincidió: las tasas siguen siendo altas en términos reales, pero bajarlas en este contexto es un riesgo mayúsculo. El problema es que la apuesta llega en medio de un clima de total incertidumbre política y con un mercado que ya venía dolarizado.
Un error que puede costar muy caro
El oficialismo perdió capital político en las urnas y lo dilapida en los mercados con improvisación. Cada rueda sin un paquete de medidas serias destruye confianza. La inacción empuja al dólar, pulveriza los bonos y licúa las acciones.
Si no hay un shock inmediato, el mercado va a forzar el ajuste con corrida cambiaria y colapso financiero. Caputo juega con fuego bajando las tasas mientras los inversores huyen. El riesgo es claro: que la mezcla de derrota política, dólar caliente y rendimientos en pesos en caída se transforme en la antesala de una crisis con final conocido.
Grupo Atenas advierte
El medio, El Economista, recoge muy bien una conclusión textual central del informe del Grupo Atenas:
"El esquema monetario-cambiario está agotado. Con reservas netas reducidas y un flujo negativo de aproximadamente US$ 9.200 millones, el margen de maniobra del Banco Central y del Tesoro es extremadamente limitado."
"Si el objetivo es evitar una pérdida mayor de reservas, las decisiones deben ser inmediatas. Las medidas necesarias para restablecer los equilibrios macroeconómicos no pueden pensarse de forma aislada, sino en el marco de un enfoque de equilibrio general. En este sentido, una devaluación por sí sola resulta insuficiente, dado que tendría un efecto limitado —o incluso nulo— sobre la demanda de dólar ahorro, que constituye la principal causa de pérdida de divisas."
"Al mismo tiempo, la reimplantación de controles de cambio con la cotización oficial implicaría el inmediato resurgimiento de una fuerte brecha cambiaria. Las medidas necesarias son antipáticas y con un alto costo político: implican reconocer la debilidad del programa económico y la orientación electoral que primó sobre la consistencia macroeconómica."
"La complejidad reside en el "trade-off" que significa la combinación en la aplicación de estas medidas: por un lado, afrontar un alto costo político, pero con un mayor reaseguro macroeconómico de cara a 2026."
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