La espuma que dejó la elección de octubre aún perdura para Javier Milei y La Libertad Avanza. La ratificación de la confianza en el rumbo del gobierno nacional se nota en los índices que manejan puertas adentro del oficialismo donde ha vuelto la percepción positiva por sobre la negativa de la imagen del Presidente, como así también de la gestión económica.
DIEGO SANTILLI EN MARCHA
Javier Milei y La Libertad Avanza intentan un Nuevo Orden bonaerense
Otra vez populares, Javier Milei (y Karina Milei) lanzan a La Libertad Avanza a la conquista de la Provincia de Buenos Aires.
Todos indicadores que se vinculan directamente con el clima de época ya que, de fondo, las condiciones reales no han cambiado notoriamente, ni para bien ni para mal. Pero así opera uno de los aspectos centrales de cualquier proyecto político y económico: la expectativa. Sobre esa plataforma que nunca se sabe cuánto durará, se moldea el tablero político que no escapa a la misma lógica de extremos que se vive desde hace tiempo.
El actual oficialismo ocupa una de esas puntas y del otro lado, la necesaria reconfiguración del peronismo, que ha ingresado en una de sus tantas etapas de discusión interna. En el medio, 1/3 que no se siente identificado ni con unos ni con otros, pero que ya ha demostrado, no espera una representación política propia sino que termina inclinándose hacia un lado u el otro. O directamente, decide no ir a votar.
Alejada la posibilidad de turbulencias que se presagiaba si al gobierno le iba mal en octubre, la política se mueve en torno a la agenda que plantea el oficialismo y que se construye en base a reformas que cada tanto aparecen en el horizonte de Argentina como imprescindibles para alcanzar, ahora sí, el crecimiento sostenido por largos años.
Necesitados de fondos para sus provincias y con la certeza que sus terruños por ahora se han blindado, los gobernadores desfilan por la Casa Rosada convocados por el flamante ministro del Interior, Diego Santilli, uno de los emergentes de la 'Generación Palito' -en días de Carlos Menem intentaron la fallida presidencialidad de Ramón Ortega-, que se repartían el poder a conquistar, más allá del lugar que les tocara ocupar.
Recuerdos de la 'Generación Palito': Diego Santilli, Sergio Massa y otros.
Diego Santilli
En aquellas mesas solían juntarse Sergio Massa, Diego Santilli, Horacio Rodríguez Larreta, Juan Manuel Urtubey, Emilio Monzó, e intendentes que prometían otro destino y luego quedaron en el camino envueltos en escándalos en los municipios. La lista podría ser más extensa.
Luego, allá por 2010, se mostraban como los Sub 40 que venían a renovar la política argentina. El tiempo hizo que muchos de ellos pasen a un segundo plano y otros sigan operando en las sombras, a la espera que la circunstancias le otorguen una nueva oportunidad de emerger.
Eran tiempos en los que ellos imaginaban que, más allá del lugar partidario que ocuparan, el poder pasaría por sus manos. Entonces, hasta compartían padrinos políticos y económicos.
Uno de ellos ahora es el ministro 'político' de un gobierno conducido por un hombre que rompió el molde y llegó a denunciar que iba a terminar con la Casta política de la que se sirvió y se sirve para permanecer. Pero esa es otra historia.
El ejemplo de Santilli vale para ilustrar que, en su nuevo rol, nadie más proclive al diálogo que él. Incluso más dialoguista que el saliente Guillermo Francos, a quien durante años lo veían de lejos en las mesas políticas de aquellos tiempos.
Sergio Massa, Diego Santilli, Juan Manuel Urtubey, y bien a la derecha, Emilio Monzó.
Karina Milei
Pero las reglas que ofreció La Libertad Avanza siguen rompiendo moldes. Si antes el ministro del Interior era el funcionario político por excelencia, hoy ya no es así. Cada centímetro de las definiciones pasan por una sola oficina: la Secretaría General de la Presidencia. Y de allí se derrama.
Al tiempo, son cada vez más los convencidos de que Karina Milei ejecuta las decisiones del Presidente y sirve de escudo imprescindible para blindar a su hermano.
En otras palabras, Milei hace con su hermana lo que han hecho muchos políticos tradicionales: crean una figura que provoca amor y odio al mismo tiempo para que parezca que tiene autonomía en sus determinaciones. Y siempre se guardan la posibilidad de la última palabra.
Bajo el pretexto de que a Javier Milei le aburre 'la rosca', se lo exime de las responsabilidades propias de tener que 'ajusticiar' a quienes parecían leales, o sumar al adversario más nítido. Nada que se escape a la 'real politik'.
No es el momento para perforar en la opinión pública una realidad que tarde o temprano le pasará factura al gobierno nacional.
En la calle, la economía se ve muy lejana de la euforia de los mercados. Hay empresarios muy relevantes que observan con temor la posibilidad de la interrupción de la cadena de pagos en el corto plazo.
Además, se han disparado las consultas para presentarse a concurso de acreedores en una fecha clave como es la llegada de fin de año y la feria judicial.
Un mundo que espera novedades pero que sostiene: el aparato productivo no se enciende de un día para el otro.
La economia real que, sin embargo, no concurrió a las urnas del 26/10.
Axel Kicillof y la columna vertebral
Mientras esa y muchas otras variables van decantando, la captación del liderazgo por 1/3, que se define peronista, está avanzando en una profunda deliberación pero al momento embrionaria.
Tal como siempre, cualquier proyecto nacional no puede prescindir de la Provincia de Buenos Aires y allí, Axel Kicillof ya avisó que seguirá con su construcción de cara al 2027. Apalancado por ser elegido el adversario principal de los libertarios, el gobernador primero tiene que resolver las pujas internas para lograr el presupuesto y el endeudamiento que le permita transitar el 2026 con la sequía que perdurará desde la esfera nacional.
No obstante, sí ha logrado inocular la semilla de una concepto hasta ahora perimido en la política bonaerense. Al tomar la decisión de desdoblar la elección el 07/09, él abrió el camino para pensar en la construcción de un esquema que se referencia sólo en Buenos Aires sin depender o responder a los designios de la política nacional.
Sobre ese punto, hay un trabajo muy interesante que realizó en su momento el ex legislador provincial Juan José Amondarain, quien plantea en su trabajo la necesidad de la construcción de un frente bonaerense. En uno de sus fragmentos, argumenta:
- “La columna vertebral del partido provincial bonaerense son los intendentes. Los intendentes son los “portadores sanos” de la casta, aquellos que pueden combinar cercanía territorial con la sociedad, modelos innovadores de gestión y conocimiento técnico real de las instituciones provinciales”.
- "Frente a un Estado provincial identificado con el despilfarro, el exceso administrativo, el gasto político, el déficit fiscal, la voracidad impositiva o los ingresos brutos, hay un conjunto transversal de intendentes que reflejan ante la sociedad que los municipios pueden gobernar bien y adaptarse a la productividad de la época en base a criterios de orden fiscal, austeridad administrativa, obras y servicios de calidad, baja de impuestos y crecimiento productivo del sector privado. Intendentes que a partir de la gestión, construyen representación”.
Grok anticipa una escena que viene: Javier Milei vs. Axel Kicillof.
El Frente
Lo que propone Amondarain es un frente bonaerense ligado a una “conducción política de intendentes con capacidad ganadora y con expertise gubernamental, territorial y técnica para darle una gobernanza económica a la PBA" (algo que la versión bonaerense de LLA no llega a transmitirle a la sociedad, a pesar del triunfo en 2025).
En su escrito, que fue realizado mucho antes de las elecciones bonaerenses, el ex titular de la bancada peronista en el Senado provincial sostuvo:
“El desdoblamiento electoral del 07/09 es algo más que una elección: es la oportunidad de fijar un punto de partida a la construcción de un partido, una dirigencia y una agenda nueva que comience a colocar a la provincia de Buenos Aires a la altura de la discusión institucional y económica del resto de los partidos provinciales, y de que Buenos Aires se integre a una etapa política donde las provincias van a tener que construir su propia economía capitalista para sobrevivir fiscal y políticamente en el escenario nacional. En este marco, la creación del partido provincial bonaerense es menos una necesidad que un destino inevitable para salvar institucional y económicamente a la provincia”.
La propuesta, lógicamente debatible, impacta en una conclusión que se ha escuchado y mucho en diversos despachos del conurbano bonaerense una vez que el resultado sorprendió pero que en aquella comunas gobernadas por peronistas lograron sostener la victoria de septiembre.
El año 2027 asoma como un año donde el principal objetivo será el de mantener el gobierno bonaerense más que involucrarse en la discusión del recambio nacional.
Para eso, ya empezaron a poner en la balanza el peso de su despliegue territorial y avanzar sobre un punto que cada tanto, reaparece: el límite a la reelección indefinida de los jefes comunales. Hay quienes se ilusionan con un regalo en el arbolito cuando 2025 ingrese en sus últimas horas.
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