Yanina Latorre explicó por qué la detención de Payarola complica tanto a Wanda Nara

Yanina Latorre lanzó la bomba y dejó picando un dato que puede complicar bastante a Wanda Nara en relación a la detención de Nicolás Payarola, su exabogado.

Por GERMÁN MOLKUC

La detención de Nicolás Payarola destapó una trama que venía fermentando en silencio y que, según reveló Yanina Latorre, golpea de lleno a Wanda Nara en un momento donde creía tener todo bajo control. Ahora, mientras las piezas del caso empiezan a acomodarse, surgen dudas incómodas sobre qué sabía cada uno y cuánto falta para que aparezcan más sorpresas.

El robo hormiga que Wanda Nara no vio venir, según Yanina Latorre

Las revelaciones de Yanina Latorre en Sálvese quien pueda (América TV) fueron un cachetazo de realidad sobre cómo se manejó la interna económica de Wanda durante meses. La panelista contó que la empresaria empezó a notar movimientos raros, depósitos que no aparecían y marcas que aseguraban haber pagado a su abogado, no a ella.

Ahí surgió la cifra que ya quedó tatuada en el caso: 200 mil dólares que nunca llegaron a destino. Y Yanina lo explicó sin vueltas: "Wanda se empezó a dar cuenta de un robo hormiga… toda esta guerra con (Mauro) Icardi pareciera ser que fue medio pergeñada con él para que no se vaya y la iba metiendo en todo este quilombo para no arreglar".

Wanda Nara descubrió un robo hormiga de su abogado, con marcas que pagaban montos que nunca le llegaban. El vínculo personal con Nicolás Payarola le permitió avanzar sin control hasta que ella lo enfrentó.

Lo más llamativo es cómo Nicolás Payarola logró instalarse tan cerca de Wanda. Según Latorre, él se vendía como amigo, como parte del entorno, alguien con quien compartir desde un asado hasta una estrategia legal. Y ese es el punto que hace más ruido: cuando la frontera entre abogado y confidente se diluye, las consecuencias suelen ser costosas, y no solo económicamente.

Entre MasterChef, campañas, redes, OnlyFans y una agenda que no le deja respirar, Wanda delegó más de lo habitual, algo que para cualquier figura pública con ese nivel de exposición es prácticamente un riesgo anunciado.

Cuando ella finalmente lo enfrentó, contó Latorre, Payarola reconoció que había cobrado y se le había "olvidado" avisarle. "Él le dijo que sí, que cobró, que se olvidó de decirle, que no sé qué", relató la panelista. Hubo un acuerdo informal para devolver el dinero en cuotas; pagó dos y nunca más. Lo peor: nada estaba documentado. Lo único concreto es que ahora está detenido, y esa deuda, sin papeles, queda perdida en la nebulosa.

El impacto judicial que podría complicar a Wanda

Mientras Desayuno Americano (América TV) mostraba el momento exacto en que Payarola era detenido en Nordelta (imágenes que Carlos Salerno describió en vivo mientras contaba que la causa incluye estafa, defraudación y lavado de activos), Mauro Icardi hizo lo que mejor sabe hacer en estos casos: subir historias a Instagram con dardos bien direccionados. "Cada uno tiene el abogado que se merece", escribió, y después remató con un texto que directamente lo destrozó, llamándolo "lacra, estafador, acosador y ladrón".

Pero también hay un dato que puede complicar a Wanda en serio. Según Luis Bremer en A la Tarde, las apelaciones por las multas que Icardi presentó contra ella habrían caído por mala gestión de Payarola, lo que la deja frente a una deuda de 300 millones de pesos. Para una figura como ella, no es un monto imposible, pero sí un golpe político y público, sobre todo en plena pulseada judicial con su ex.

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Yanina, en El Observador, sumó otro ángulo que nadie quiere decir en voz alta pero está flotando hace días: "Dicen que termina condenado, se le van a acumular todas las causas. Esperemos que Wanda no quede engrampada en nada". Y agregó que había señales desde hace meses de que algo no cerraba: "Ana Rosenfeld se lo venía diciendo a Wanda… algo le hizo abrir los ojos, tarde".

Entre todo esto, Wanda eligió el silencio. Lo cual llama la atención considerando que suele salir a marcar la cancha rápido. Y no es casual, dado que hay denuncias vinculadas a honorarios impagos, movimientos financieros poco claros y, sobre todo, un desgaste emocional evidente. Incluso L-Gante, que había recomendado a Payarola, quedó pegado al embrollo y terminó cambiando de abogado.

El silencio de Wanda alimenta dudas mientras la causa crece y se ramifica en nuevos frentes.

A esta altura, lo único seguro es que la novela Wanda–Icardi sumó una historia inesperada, con un abogado que pasó de aliado a acusado y una protagonista que, por primera vez en mucho tiempo, quedó a la defensiva.

Y como suele pasar en estas historias, lo que viene promete repercusiones y más nombres propios entrando en escena. Porque cuando la confianza se rompe, el efecto dominó no perdona.

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