Una miniserie de Prime Video llega para mezclar lo sobrenatural con lo más oscuro de la realidad latinoamericana. Basada en una novela argentina que generó polémica en 2024, este thriller incómodo y magnético se mete con temas que muchos prefieren esquivar y deja una sensación rara: la de mirar algo que podría estar pasando al lado de tu casa.
MUY CUIDADA Y BIEN CONTADA
La nueva miniserie que adapta una polémica novela argentina y ya es furor
Se estrenó en Prime Video una miniserie basada en una novela argentina que escandalizó al gobierno en 2024. Oscura, potente y con una historia que no te suelta.
La historia que Prime Video no pudo edulcorar
Algunos estrenos se ven y se olvidan. Pero Cometierra, la nueva apuesta de Prime Video dirigida por Daniel Burman, no es de esos. Es una miniserie que te deja tierra bajo las uñas. En 7 episodios, adapta la novela de Dolores Reyes y que en 2021 se convirtió en un fenómeno literario del conurbano al mundo, y que ahora llega con una versión mexicana que no pierde su raíz social ni su costado oscuro.
La historia sigue a Aylín, interpretada por Lilith Curiel, una adolescente que vive en los márgenes de la Ciudad de México y descubre un poder tan raro como doloroso: cada vez que come tierra, tiene visiones que la guían hacia personas desaparecidas. Entre ellas, su maestra Emma (Yalitza Aparicio), cuya desaparición dispara toda la trama.
La miniserie adapta la novela de Dolores Reyes en México, con siete episodios de Prime Video, donde la protagonista descubre un poder sobrenatural para encontrar desaparecidos.
"Queríamos mantener, en el mejor de los sentidos, lo primitivo del recurso", contó Burman en una entrevista con Filonews. "Mostrar a alguien que come tierra y lograr que eso no genere rechazo fue uno de los mayores desafíos visuales", agregó. La serie, lejos de caer en el morbo, trabaja con una sensibilidad que mezcla lo íntimo con lo político.
El elenco, que también incluye a Harold Torres, Mabel Cadena y Arcelia Ramírez, se mueve entre la violencia del barrio, la mística de la tierra y una atmósfera un tanto mística, aterradora e incluso tierna.
Ni siquiera la crítica tuvo reproches con esta adaptación. MicropsiaCine.com la definió como "un producto formalmente cuidado y bien narrado que transforma la historia en una mezcla de drama adolescente con thriller sobrenatural". En tanto, desde EscribiendoCine destacaron que "más que una historia sobrenatural, propone una mirada política sobre la violencia de género y la desaparición, donde lo fantástico se convierte en vehículo de verdad".
La serie fue aclamada por mezclar realismo mágico, violencia social y drama adolescente.
Burman, que viene de producciones como El abrazo partido, dice que "fue uno de los materiales más arriesgados con los que trabajé en mi vida", y no exagera. Cometierra tiene algo que pocas ficciones logran: te pone incómodo, pero no podés dejar de mirar. La serie no romantiza la miseria, ni convierte el dolor en espectáculo. Lo que hace es mostrarlo como parte de nuestra identidad latinoamericana.
Censura, barro y política: Cómo esta novela terminó en polémica
Antes de que Amazon la transformara en serie, Cometierra ya había sido tema de debate nacional. En 2024, el libro se convirtió en polémica política y se armó tal escándalo que terminó con denuncias judiciales, tuits incendiarios y una insólita campaña de censura.
Y es que la novela, que formaba parte del programa "Identidades Bonaerenses" (con el que el gobierno de Axel Kicillof distribuyó libros en escuelas públicas de la provincia) describía algunas escenas de índole sexual de manera muy explícita. "Podía apretarla con los labios mientras la pija jugaba en mi boca" y "Sin apartar su boca de mi pecho, bajó una de las manos hasta mi concha" son algunas de las citas.
La novela, traducida a 15 idiomas y elogiada por The New York Times, fue acusada por varios sectores libertarios de "promover la sexualización de los chicos". La vicepresidenta Victoria Villarruel escribió en X: "¡Dejen de sexualizar a nuestros chicos! ¡Con los chicos NO!". Y Javier Milei amplificó el ataque compartiendo mensajes contra el programa.
El episodio terminó en una denuncia penal contra el ministro Alberto Sileoni, impulsada por la Fundación Natalio Morelli, por supuesta "difusión de material pornográfico". Entre los libros señalados, además de Cometierra, estaban Las primas de Aurora Venturini y Las aventuras de la China Iron de Gabriela Cabezón Cámara. Ninguno fue retirado oficialmente, pero el mensaje quedó claro: la censura se actualiza, ya no prohíbe, pero te amenaza con hacerlo.
El libro generó polémica en Argentina por su inclusión en escuelas, con denuncias y críticas políticas. La autora defendió su obra, que ahora vuelve como serie, manteniendo su fuerza y su relevancia social.
Reyes, sin vueltas, defendió su libro y lo resumió mejor que nadie: "Cometierra tiene vida propia. Me parece ridículo querer censurarla: la historia ya circula, el personaje se vive como real". Y tenía razón. Mientras todos se metían en el barro, su personaje cruzaba fronteras.
En plena guerra de hashtags, Kicillof subió una foto leyendo el libro y escribió: "Qué mejor que un domingo de lluvia para leer buena literatura argentina. Sin censura." Algo simple pero que expuso algo más potente: que en un país que discute libros como si fueran armas, leer sigue siendo un acto político.
Hoy Cometierra vuelve desde la pantalla para cerrar el círculo. La tierra de la que hablaba Reyes ahora tiene cuerpo, imagen y sonido. En tiempos donde se grita "libertad" mientras se callan voces, esta historia (la de una chica que busca a los que no están) incomoda por recordar que la tierra guarda todo lo que quisimos esconder, y tarde o temprano, lo devuelve.
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