CÓRDOBA. La década que pasó en el campo (2015-2025) fue victoria de Brasil por amplio márgen. Un estudio de la Bolsa de Cereales de Córdoba reveló que ese país fue el que más creció en materia de cultivos, superando a Estados Unidos y Argentina, sus principales competidores en la materia a nivel global.
La realidad fue relevada en el Informe Económico 457 de la entidad, que reveló un crecimiento importante de la performance brasileña, con tendencias positivas tanto en la soja, como así también en maíz y trigo empujadas por la inversión tecnológica, la expansión de la frontera agrícola y las políticas fiscales que alentaron a la producción. El estudio tomó en cuenta el periodo comprendido entre 2015/16 y 2024/25, con variables como la tasa de crecimiento anual del área sembrada, rendimiento y producción para los tres cultivos mencionados.
En el caso de Estados Unidos, el análisis sobre la performance en los últimos 10 años concluyó un sostenimiento de la productividad tras haber alcanzado el límite de la frontera agrícola posible y la punta del desarrollo tecnológico. El país norteamericano se disputó el liderazgo con Brasil, país con el que alternó según las distintas campañas.
Mientras tanto, el caso argentino mostró un comportamiento dispar. Si bien algunos cultivos mostraron tendencias de crecimiento, el general reveló un ritmo mucho más lento y desparejo de crecimiento que el de sus competidores, condicionado por limitaciones tecnológicas y de inversiones.
Brasil domina la soja
En ese sentido, el campo brasileño avanzó de manera acelerada ampliando la frontera cultivable (3,8% de crecimiento anual) y dominando el rendimiento, marcando el récord de campaña con 170 millones de toneladas en la campaña 24/25. Una realidad contraria a la de Estados Unidos y Argentina, quienes vieron incluso retracciones del área cultivada con soja fruto de mayor competitividad de otros cultivos en términos de precios internacionales.
En Argentina, la producción de soja sufre caídas (-2,2% por año), debido a aspectos macroeconómicos, climáticos y tecnológicos, por mencionar, derechos de exportación elevados, restricciones comerciales, márgenes favorables para otros cultivos, y escasa inversión en biotecnología, lo que generan desincentivos en la producción de esta oleaginosa, desarrolla el informe.
En la década que pasó, la producción de soja en Brasil creció 6,9%. En Estados Unidos, avanzó un 1,1%, mientras que en Argentina hubo una caída del -2,2%.
El maíz avanzó
En el caso del maíz, el podio se lo llevó Brasil. Si bien los tres países crecieron en la materia durante la última década, el campo brasileño fue el que mayor registro logró ingresando rápidamente a un mercado que décadas atrás resultaba marginal para la economía de ese país.
En este caso, Argentina siguió el sendero del crecimiento con una tasa del 3% anual en términos de productividad. Además, lideró el crecimiento en área cultivada, acelerando hasta un 4,8% y superando a la propia expansión brasileña (3,9%).
En Estados Unidos, mientras tanto, el maíz se comportó estable con una tasa de avance promedio del 0,8%. Nuevamente, las capacidades norteamericanas de acelerar la producción se vieron limitadas por el “techo” virtual de las mismas en términos de frontera agrícola y capacidades técnicas.
El trigo más atractivo
Respecto al trigo, el informe señaló importantes avances en los tres países. Nuevamente, el liderazgo se lo llevó Brasil aplicando un crecimiento promedio de la producción del 6%, aunque en este caso fue seguido muy de cerca por Argentina, con el 5,5%.
Para Argentina, la producción se mantuvo en crecimiento al igual que la superficie cultivada, que superó a sus competidores anotando un promedio del 4,1% anual. Una vez más, se trató de un cultivo que se mantuvo más atractivo que otros por cuestiones fiscales y de precios internacionales.
Por último, Estados Unidos evidenció una retracción en materia de productividad de trigo. Con menor rentabilidad relativa, la producción cayó en promedio un -0,8%, empujada por la contracción del área cultivada como principal freno.
Argentina y las retenciones
Según el informe, el campo argentino se movió en las últimas décadas fuertemente condicionado por los derechos a la exportación. En la comparativa entre los tres cultivos, la soja fue la de mayor decrecimiento siendo, en coincidencia, la que más carga fiscal presentó en las distintas administraciones.
Cultivos como el maíz y el trigo, no tan apuntados por la presión fiscal y aún en condiciones adversas desde lo económico y cambiario se desarrollaron con mayor potencia. Algo que invita a pensar en un escenario libre de retenciones y con apuesta técnica para avanzar en la superación de las adversidades ambientales que, por cierto, son pocas en Argentina.
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