Gestando un golpe de Estado: Bolsonaristas 'cranearon' todo
La insurrección bolsonarista que atacó a los tres poderes -con su invasión criminal y ‘no autoconvocada’ al Congreso Nacional de Brasil, al Palacio presidencial del Planalto y al edificio del Supremo Tribunal Federal en Brasilia (08/01/23)-, tal como lo informó Urgente 24, se estaba gestando desde los altos mandos militares y funcionarios afines a Bolsonaro, que arengaban a los manifestantes y a su delirio de una intervención militar (justificada en la falacia del fraude electoral) para derrocar al recién asumido como presidente, Lula Da Silva.
La prueba de dicha acusación recae en que el recientemente designado como ministro de defensa, el coronel José Múcio Monteiro, quien asumió su cargo el pasado 2 de enero por designación del nuevo presidente Lula, había justificado el previo ambiente ‘caldeado’ de las protestas frente a los cuarteles alegando que eran ‘democráticas’ y que con el correr de los días mermarían sin necesidad de represión; pero ello fue una estrategia para 'lavarse las manos' y fogonear a los terroristas a sabiendas que terminaría en un intento de golpe de Estado.
“No sabía que se lo iban a tomar tan en serio”, se excusó Múcio hace pocos días, luego de la fatídica entradera a las distintas sedes de los tres poderes estatales, por parte de los mismos inadaptados de siempre, esos que nos homogeneizan con el mundo y que siempre germinan solitos pero ‘regaditos’ por las fake news más absurdas, esas que hacen mella desde las redes sociales (tal como en el asalto al Capitolio), ignorando los procesos constitucionales y el Estado de Derecho, generando que se alíen con otros inadaptados en una especie de delirio en masa donde ‘vale todo’, inclusive reclamar un golpe militar, profanar estatuas y vandalizar mobiliario justificándose en ajusticiar al adversario maligno.
En la comunidad ‘bolsonafascista’ no solo hizo la vista gorda a la insurrección popular sino que también la incentivó, está el gobernador de Brasilia, anteriormente mencionado, Ibaneis Rocha, el cual según The Intercept Brasil es “una especie de Bolsonaro que prefiere los vinos caros al pollo con farofa”.Su secretario de Seguridad Pública, destituido como un manotazo de ahogado la noche del pasado domingo (08/01/23) es nada menos que el jefe de la Policía Federal, Anderson Torres, quien había sido jefe de gabinete del diputado Fernando Francischini -de la União Brasil paranaense-, imputado por divulgación de noticias falsas en torno a un supuesto fraude electrónico en comicios.
Siguiendo con esa línea de pensamiento, el magistrado Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal de Justicia, apuntó también al gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha (de la locación en donde sucedió la gran revuelta), quien fue apartado de su cargo por 90 días tras una orden judicial del mismísimo Moraes. El juez recalcó públicamente que los disturbios “solo podían ocurrir con la anuencia, y hasta la participación efectiva" de las autoridades pertinentes en cuanto a seguridad pública e inteligencia.
Aire en sus cabezas cuadradas
La cosmovisión del monopolio de la fuerza legítima y también, del exterminio de la delincuencia y la disidencia utilizando mecanismos que atentan contra los derechos humanos, están enquistados en la idiosincrasia militar y policial de Brasil. Tal es así, que en una nota periodística escrita por el Mayor de la Policía Militar del Distrito Federal en 2021, Luiz Fernando Ramos Aguiar, para el diario Gazeta do Povo, se criticó el tratamiento mediático sobre la redada policial en la favela de Jacarezinho, que dejó un saldo fatal de 28 muertos, y que según testigos, fueron acribillados sin un juicio justo, además de otros operativos cuya crueldad policíaca dejó varias víctimas.
“Inmersos en una mentalidad corrompida por el hambre cultural, el adoctrinamiento ideológico y el desprecio por la realidad, los tribunales y las redacciones se han convertido en el bastión del crimen. La inmensa mayoría de los vehículos de periodismo “profesional”, en lugar de señalar el horror del crimen y la barbarie de los delincuentes, vuelcan sus titulares contra las fuerzas policiales e ignoran el sufrimiento de las víctimas”, escribió el ex mayor de la Policia Militar de DF, Luiz Fernando Ramos.
Pero ello no condice con el menosprecio por los derechos humanos por parte de sus colegas de las FF.AA. Solo en el estado de Río de Janeiro, desde 1998, la policía ha matado a una persona cada 10 horas, según lo reveló el diario O´Globo. Un caso que ilustra los crímenes de lesa humanidad perpetrados por la policía de Brasil, es el de un hombre con problemas mentales que fue asesinado en una ‘cámara de gas’ montada en el baúl de su coche, cual relato del Holocausto.
El 26 de mayo del 2022, en la ciudad de Umbaúba, estado de Sergipe, un hombre de 38 años llamado Genivaldo de Jesús Santos, fue detenido por llevar medicamentos (dada su condición psiquiátrica) y se lo obligó a meterse adentro del baúl de su vehículo. Allí se le colocó un gas y se lo dejó encerrado hasta que terminó muriendo por inhalación, según el propio testimonio del sobrino y el brutal video del asesinato viralizado en redes que acreditó ello:
Le pidieron que levantara las manos y encontraron paquetes de medicamentos en su bolsillo. Mi tío se puso nervioso y me preguntó qué había hecho. Le pedí que se calmara y me escuchara Le pidieron que levantara las manos y encontraron paquetes de medicamentos en su bolsillo. Mi tío se puso nervioso y me preguntó qué había hecho. Le pedí que se calmara y me escuchara
https://twitter.com/andrecaramante/status/1529583905950638081
Por ello, el discurso presidencial de Lula en el que tildó de fascistas a los bolsonaristas del intento de golpe de estado del domingo (08/01/23) no está lejos de la realidad. "Esos vándalos, que podríamos tildar de fascistas fanáticos, hicieron lo que nunca se había hecho en la historia de este país. No hay precedente de algo así en la historia de nuestro país, por eso deberán ser castigados", sostuvo el actual presidente, quien agregó que investigarán un posible financiamiento de dichos terroristas