El domingo 8 de enero será un recuerdo oscuro para la democracia brasileña. Grupos de ‘bolsonaristas’ atacaron y asaltaron las sedes de los 3 poderes judiciales en Brasilia(Corte Suprema, Poder Ejecutivo y el Congreso Nacional), todo en un magnánimo intento de Golpe de Estado. Quizás lo más irónico de la situación, intencional o no intencional, es que, dos días atrás, el pasado 6 de enero, se cumplió el segundo aniversario de la toma del Capitolio en los Estados Unidos. En ambos eventos, militantes de extrema derecha (trumpistas y bolsonaristas, respectivamente) rompieron con toda regla democrática y quisieron tomar el poder en sus propias manos.
ESPEJOS GOLPISTAS
Tristes parecidos entre el ataque al Capitolio y Brasilia
Ambos hechos nefastos y oscuros para las democracias de ambos países, USA y Brasilia, tienen en común algo que va más allá de los líderes y las intenciones.
Lo triste de ambas situaciones, por si ya no lo eran los suficientes, es que en ambas circunstancias los líderes de ambos militantes no condonaron lo ocurrido.
Los ataques en USA
La toma del Capitolio en Estados Unidos estuvo repleta de extremismo, sangre y odio. Todo tomó origen en cuanto Donald Trump, entonces presidente, se quejó de sobremanera por el “fraude electoral” por el que había sufrido una derrota ante Joe Biden. De modo que, instalando un discurso de odio, instó a sus militantes para que marcharan al Congreso a debatir por la pésima certificación de los comicios del año 2020. Y con esa actitud directa que lo caracteriza, Trump no agregó más. Lo peor ocurrió al poco tiempo. El 6 de enero del 2021, trumpistas radicales invadieron el Capitolio a la fuerza. Eran miles. No solo ocuparon el edificio, sino que también pelearon contra policías. El hecho dejó a 5 muertos y más de 60 personas heridas.
Los ataques en Brasil
En el caso de Brasil, el ataque tomó por lugar 3 directrices distintas. Por lo que la magnitud a escala institucional es más severa que lo que fue en USA. No obstante, Trump no reconoció la derrota electoral a manos de Biden, mientras que Bolsonaro en realidad aceptó todo con bastante seguridad e incluso hizo alusión a que actuaría dentro del marco constitucional. Por lo que el ataque no fue esperado desde ningún frente. El hecho de que Lula triunfara, el opositor por excelencia de Bolsonaro, causó una sensación de malestar entre los militantes de extrema derecha que no tardaron en salir a reflejarlo a las calles. Si bien hubo manifestaciones de parte de Bolsonaristas antes, Bolsonaro había pedido que se movilizaran pacíficamente. Cosa que en el ataque al Poder Ejecutivo, Legislativo y el Congreso Nacional no ocurrió.
Cristina Fernández de Kirchner, actual vicepresidente de la Argentina, en Twitter también comparó las similitudes de ambos hechos.
Las imágenes de hoy en Brasilia replican con exactitud las imágenes del 06/01/2021 en el Capitolio de Washington. No es casual.
Silencio (anti) patriota
Otro punto que tienen en común ambos hechos es que, respectivamente, Donald Trump terminó por ‘lavarse las manos’ con lo ocurrido. Y casi que se desligó por completo de los hechos que él mismo instigó. Mientras que Jair Bolsonaro no se proclamó al respecto ante un episodio enorme e histórico para su país, ese al que él afirmó que tanto amaba.
Según datos de la agencia Telam, en Brasil la violencia política aumentó 400% en 2022 respecto de 2018 y Lula debió comenzar a usar chaleco antibalas, sobre todo porque un millón de civiles tuvo acceso a la portación de armas libremente a partir de la política de flexibilización inaugurada por Bolsonaro. Otro punto de coincidencia con el republicano estadounidense.
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