La noche del martes 18/11 en Nueva York será recordada como una de esas veladas que sacuden los cimientos del mercado artístico mundial. En la flamante sede de Sotheby's, instalada en el emblemático edificio Breuer, un cuadro de Gustav Klimt superó todas las expectativas y se convirtió en la obra de arte moderno más cotizada de la historia en una subasta. El martillo cayó tras una puja que parecía no terminar nunca: 236,4 millones de dólares. Sí, leíste bien.
¡RÉCORD!
236 millones por un cuadro: Cuál es la obra de arte que desplazó a Modigliani
Con seis postores en disputa, el cuadro de Gustav Klimt se convirtió en la obra de arte moderna más cara jamás subastada.
El "Retrato de Elisabeth Lederer", realizado entre 1914 y 1916, acaba de escribir un nuevo capítulo en el coleccionismo internacional. Esta pieza, que muestra a la hija de uno de los principales mecenas del artista, luciendo un resplandeciente vestido blanco sobre un fondo azul salpicado de destellos, pertenecía al legado de Leonard Lauder, fallecido en junio de este año. Lauder, ejecutivo cosmético y heredero del imperio Estée Lauder, había prestado durante años la obra a la Galería Nacional de Canadá antes de que tomara el camino hacia la sala de subastas.
Lo que nadie anticipaba era la batalla que se desataría por obtenerla. Al menos seis postores entraron en la disputa, y uno de ellos recién se animó cuando la cifra ya rozaba los 171 millones. Durante veinte minutos interminables, las ofertas volaron de un lado al otro de la sala. Finalmente, un coleccionista anónimo que participaba vía telefónica lanzó una serie de pujas millonarias que terminaron por sentenciar el resultado. Cuando Oliver Barker, el subastador, bajó el martillo, la euforia explotó. Aplausos, gritos y caras de asombro llenaron el recinto.
Para dimensionar la magnitud de esta transacción, basta con mirar el ranking histórico. El récord anterior para una obra de arte moderno en subasta lo tenía "Desnudo reclinado" de Amedeo Modigliani, vendido en 2018 por 157,2 millones. Klimt no solo lo superó, sino que lo dejó muy atrás. Ahora el simbolista austriaco ingresa al exclusivo club de las obras que superaron la barrera de los cien millones, liderado todavía por el "Salvator Mundi" de Leonardo da Vinci, que alcanzó los 450 millones en 2017.
La garantía de Sotheby’s elevó el piso del cuadro a cifras récord
Incluso dentro del propio universo de Klimt, esta venta marca un hito. El récord previo del artista había sido establecido apenas en 2023 con "La dama del abanico", que llegó a los 108,8 millones. Es decir, en menos de dos años, el precio de sus obras prácticamente se duplicó.
Sotheby's no dejó nada librado al azar. La casa de subastas garantizó desde el inicio que la pieza se vendería por una suma histórica, dispuesta a pagarla incluso si ningún otro postor presentaba una oferta superior. Además, prolongó esta protección a las 24 piezas que formaron parte de la venta nocturna del legado Lauder, convirtiendo la inauguración de su nueva sede en un evento tan estratégico como espectacular.
"La dama del abanico".
La estimación inicial de Sotheby's rondaba los 150 millones de dólares, una cifra que ya de por sí sonaba ambiciosa. Pero el mercado habló más fuerte. La pintura de Elisabeth Lederer, con su elegancia atemporal y su técnica deslumbrante, demostró que el apetito por las obras maestras del modernismo no tiene techo. Y que cuando la calidad se une a la historia, los coleccionistas están dispuestos a pagar lo que haga falta.
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