La reestructuración financiera de Generación Mediterránea (GEMSA) y Central Térmica Roca (CTR) tomó un giro decisivo. Las compañías del Grupo Albanesi notificaron a la CNV, BYMA y MAE que The Bank of New York Mellon (BNY) renunció a su rol como fiduciario internacional de las Obligaciones Negociables Clase X, una serie con un valor nominal autorizado de hasta US$1.000 millones.
MÁS COMPLICACIONES PARA EL GRUPO
GEMSA y CTR: La salida de BNY reavivan las alarmas sobre Albanesi
En medio del default de GEMSA y CTR, BNY renunció como fiduciario de la ON Clase X y dejó en otras manos la administración de un contrato por hasta US$1.000 MM.
La estructura ya estaba alcanzada por un nuevo evento de default, confirmado en la documentación interna publicada en hechos relevantes.
El reemplazo recae en CSC Delaware Trust Company, que asumió el cargo el 13 de noviembre. El traspaso llega en un contexto de deterioro que viene escalando desde hace varios meses.
El default cambia todo el tablero
El documento que detalla el evento de default confirma que GEMSA y CTR incumplieron cláusulas que afectan de manera directa al conjunto de la estructura. La ON Clase X, firmada bajo un contrato internacional en 2021 y modificada en varias oportunidades, quedó dentro del alcance del incumplimiento.
En un escenario de default, la figura del fiduciario deja de ser un actor administrativo y pasa a ser un protagonista central. Es quien representa los derechos de los tenedores, coordina comunicaciones, define procedimientos y evalúa pasos críticos como la eventual aceleración de la deuda. La renuncia de BNY en este punto del proceso generó inquietud entre analistas y acreedores.
Un cambio de fiduciario en plena crisis
La notificación enviada a los reguladores asegura que CSC Delaware Trust Company tomó el control del contrato con el mismo alcance funcional que ejercía BNY. Esto incluye la administración de registros internacionales, la transferencia documental y el manejo operativo de los pagos previstos en el indenture.
La salida de BNY estaba en análisis hace meses. La multiplicación de enmiendas contractuales, el deterioro crediticio del grupo y el aumento de exigencias regulatorias aceleraron su retiro. La transición aparece ordenada en los documentos formales, aunque se realiza en un momento extremadamente delicado. El nuevo fiduciario debe examinar en detalle el historial de enmiendas, validar la documentación previa y operar sobre un contrato atravesado por defaults recurrentes.
La Clase X es uno de los instrumentos más relevantes dentro del programa de ON del Grupo Albanesi. Su envergadura, con un potencial de hasta US$1.000 millones, convierte cualquier movimiento dentro del contrato en un evento significativo. Los tenedores observan con atención cada decisión del nuevo fiduciario.
El mercado de deuda corporativa argentino conserva cicatrices de procesos similares. Por eso, cualquier ajuste que afecte instrumentos de alto valor nominal genera interpretaciones sobre la solidez y la gobernanza del emisor.
La salud financiera del grupo
El default confirmado y el cambio de fiduciario refuerzan la visión negativa sobre la situación financiera del Grupo Albanesi. GEMSA y CTR, a pesar de su peso operativo en el sistema térmico nacional, enfrentan un escenario contractual complejo y una presión financiera que se intensificó en los últimos trimestres.
El reemplazo de BNY puede interpretarse como una transición técnica destinada a sostener el andamiaje jurídico del instrumento. También puede leerse como una señal de agotamiento dentro del propio contrato. En ambos casos, la City entiende que se trata de un indicio de la fragilidad creciente de la estructura financiera del grupo.
Una transición que marca el rumbo del proceso
La combinación de default confirmado, renuncia de BNY y asunción de CSC Delaware Trust Company configura un episodio clave para el futuro de GEMSA y CTR. La documentación enviada a los reguladores deja en claro que el grupo busca mantener activa la vía contractual para iniciar conversaciones formales con acreedores. La transición implica nuevos actores, nuevas responsabilidades y un proceso que se vuelve cada vez más complejo.
Para los inversores, el mensaje es contundente. El riesgo permanece en niveles elevados. La estructura está sometida a tensiones crecientes. El proceso recién empieza y cada documento difundido por las compañías modifica el mapa de riesgo del Grupo Albanesi.
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