La Fuerza Aérea de Ucrania confirmó este lunes que el “Fantasma de Kiev” fue una existencia mediática que en realidad nunca existió. El anuncio se da luego de que el diario londinense Times Of London haya identificado al “fantasma” como Stepan Tarabalka, piloto de 29 años que fue registrado muerto en combate el 13 de abril.
El “Fantasma de Kiev” fue un mito que surgió al inicio de la guerra en Ucrania cuando se viralizó a través de las redes sociales la historia de un supuesto piloto solitario que habría derribado diez aviones rusos en los primeros días de combate, según el gobierno ucraniano, y que a lo largo de la contienda llegó a derivar 40 aviones más hasta ser abatido por las tropas rusas. Los vídeos habían sido recreados con imágenes antiguas y escenas de videojuegos.
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El mito del fantasma de Kiev recorrió todo el mundo como una imagen heroica de un soldado ucraniano, demostrando su patriotismo y su poder de resistencia ante los rusos. Sin embargo, ya pasados más de 2 meses desde el inicio de la invasión de Rusia, el gobierno de Ucrania sale a desmentir la existencia del fantasma de Kiev tal como los medios occidentales lo presentaban.
La Fuerza Aérea de Ucrania advirtió en Facebook de que "el 'Fantasma de Kiev' es una leyenda de superhéroes cuyo personaje fue creado por los ucranianos". “Pedimos a la comunidad ucraniana que no descuide las reglas básicas de higiene de la información", decía el mensaje, instando a la gente a "comprobar las fuentes de información antes de difundirla".
Sin embargo, el mito del Fantasma de Kiev ha sido promovido por el propio ex presidente de Ucrania, Petro Proroshenko y otros oficiales ucranianos. Durante los primeros días de la guerra, el Servicio de Seguridad de Ucrania afirmó que el fantasma había derribado 10 aviones enemigos, protegiendo a los ucranianos. Desde entonces, Facebook marcó la publicación como falsa.
Poroshenko, presidente de Ucrania entre 2014 y 2019, publicó una foto de un piloto con casco en una cabina en Twitter, identificando a la persona como el Fantasma de Kiev. "Con defensores tan fuertes", escribió Poroshenko, "¡Ucrania definitivamente ganará!".
Esa foto fue publicada hace casi tres años por el Ministerio de Defensa. El piloto de la imagen está haciendo un vuelo de prueba con un casco nuevo. Entonces, incluso si ese es de hecho el misterioso piloto, la foto es antigua.
El 27 de febrero, un tweet de la cuenta oficial del gobierno de Ucrania escribió: La gente lo llama el Fantasma de Kiev. Y con razón: este as de la UAF domina los cielos de nuestra capital y nuestro país, y ya se ha convertido en una pesadilla para los aviones invasores rusos. Nuevamente haciendo referencia la mito del Fantasma de Kiev como una persona individual.
Aunque estas publicaciones y declaraciones tengan fuentes oficiales del gobierno ucraniano, la Fuerza Aérea ucraniana declaró que en realidad el fantasma de Kiev era un “mito, una imagen colectiva” de una brigada dentro de la Fuerza Aérea, y que no correspondía a un piloto particular, ya que “nadie sería capaz de derribar mas de 40 aviones”. Al final, ¿a quién creer y a quién no?
Los ucranianos llamaron a su brigada “el fantasma de Kiev”, cuyo nombre fue a la vez promocionado por un fabricante de aviones a escala que utilizó el mito como estrategia de marketing. En otras palabras, la idea del fantasma de Kiev como un piloto héroe, capaz de enfrentar al ejército ruso tan determinantemente, arriesgándose de esa manera por su patria era solo una herramienta de propaganda para “levantar la moral de las FFAA ucranianas y de los ciudadanos”.
El historiador militar ucraniano Mijaíl Zhirohov dijo que al principio de la guerra los rusos dominaban el espacio aéreo ucraniano, por lo que un piloto ucraniano "sólo podía haber derribado dos o tres" aeronaves.
La guerra psicológica
Desde el inicio de esta guerra, el factor mediático se volvió uno de los principales campos de batalla, en el que Rusia y Ucrania, junto con occidente, se atribuyen y acusan mutuamente crímenes de guerra, ataques, bombardeos, etc. de manera cruzada. Como por ejemplo, el supuesto bombardeo a Mariupol, el ataque a una estación de trenes, la masacre de Bucha fueron evento altamente publicados por el gobierno y los medios ucranianos como ataques provenientes de Rusia, el cual niega rotundamente estas acusaciones, diciendo que en realidad son montajes y que estos ataques corresponden a armamentos y ubicaciones dentro de la misma Ucrania.
Esta guerra sin dudas tomó tintes psicológicos, donde por el lado ucraniano se busca aprovechar la situación para explotar el ataque de Rusia todo lo posible para instar a Europa y a Occidente a involucrarse más en la guerra a su favor, utilizando inclusive piezas de relato no del todo verídicas, y/o imposibles de verificar.
Bajo esta retorica, Pablo Moral en tanto concluye a propósito del notable éxito de Ucrania en la guerra psicológica:
"(...) Todo ello forma parte de una estrategia del Gobierno ucraniano para mostrarse como un defensor de la democracia occidental agredido por un régimen autoritario más poderoso. Con ello busca ganarse a la opinión pública internacional, para que Gobiernos y empresas apliquen sanciones o envíen material bélico sin sufrir costes reputacionales. Las redes sociales han sido fundamentales: bajo lemas como “si caemos, caeréis vosotros” o “Europa, serás la siguiente”, las autoridades han vinculado la supervivencia del país a la de todo el continente. En la misma línea, trataron de infundir miedo a una catástrofe nuclear tras la toma de centrales nucleares por el Ejército ruso.”
El fantasma de Kiev parece haber sido un juego que se salió de las manos, donde los oficiales de las Fuerzas Armadas tuvieron que “tomar responsabilidad” y declarar que el mito no es real. Un elemento de propaganda comunicacional típico en épocas de guerra con el objetivo de instar nacionalismos y llamar a la acción, pero que en un contexto de globalización y avances tecnológicos, la mentira tiene patas cortas.
Samuel C. Woolley, profesor en la escuela de periodismo y escuela de información de la Universidad de Texas, planteó que el uso de la propaganda no siempre es tan siniestro como las emociones que evoca la palabra.
Pero, ¿y si los ucranianos están utilizando otros elementos como propagandísticos para denunciar la invasión de Rusia, retratando a el Kremlin como el agresor y responsable de todo mal en Ucrania cuando la verdad es otra?
El Fantasma de Kiev probablemente fue una figura alentadora similar al Tío Sam, dijo Woolley, personajes creados para persuadir al público a apoyar la guerra y convocar sentimientos de patriotismo.
“La comparación es un intento de elevar la moral entre los países que luchan contra un líder despótico versus, en el lado ruso, un déspota que intenta usarlo para controlar los medios e infundir miedo en su propia población para hacer las cosas que necesita hacer. " él dijo.
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