El miércoles 26/5, el presidente sirio Bashar al-Assad, fue reelecto para un cuarto mandato presidencial de 7 años.
SIRIA
Bashar Al-Assad ganó por el 95% de los votos pero cuestionan su matemática para la participación electoral
Un país que lleva una década de conflicto y donde el gobierno no controla grandes áreas del territorio. Así y todo, el régimen de Al-Assad celebró la alta participación electoral y asegura que es una muestra de que el país funciona normalmente pese a la guerra, pero otras voces cuestionan sus números.
Al-Assad ganó con el 95% de los votos, un incremento respecto del 89% de los votos que había sacado en 2014.
La oposición siria dijo que las elecciones fueron una "farsa" y las potencias occidentales la calificaron de no haber sido "ni libres ni justas".
Según oficiales sirios, la participación electoral fue del 78,6%, más de 14 millones de sirios habrían votado el 26/5.
Pero críticos occidentales señalaron que esto es altamente improbable dado que gran parte del electorado vive en áreas controladas por rebeldes o tropas kurdas, donde la votación no tuvo lugar.
Antes de la votación, el ministro de Interior sirio, Mohammed Khaled al-Rahmoun, había dicho que más de 18 millones de personas eran elegibles para votar, incluidos ciudadanos sirios que vivían afuera.
Pero se estima que 13 millones de esos potenciales votantes no podrían haber participado de la elección, ya sea porque viven en áreas que no están bajo el control del régimen o porque huyeron del país en medio del conflicto y no pueden mostrar un sello de salida en sus pasaportes.
El gobierno de Assad planteó que la elección muestra que Siria funciona normalmente a pesar del conflicto que lleva una década, que ha matado a cientos de miles de personas y ha hecho que alrededor de 11 millones de personas -alrededor de la mitad de la población- tenga que abandonar sus hogares.
Siria está actualmente dividida en 4 áreas de control, explica Ali Aljasem en el portal The Conversation.
El régimen de Assad control Damasco, Latakia, Homs, Hama, Tartous, Sweida y partes de Deraa, Aleppo, Raqqa, Deir Azzor y Hasaka, lo que incluye a alrededor de 12,5 millones de personas.
Alrededor de 3,5 millones de personas viven en áreas controladas por las Fuerzas Democráticas Sirias, de base kurda, en el este del país.
Otras 3,2 millones de personas viven en Idlib, al norte, bajo el control del grupo Hay’at Tahrir al-Sham (HTS) – anteriormente conocido como Jabhat al-Nusra, afiliado de Al Qaeda.
Luego, unas 1,3 millones de personas están en el noroeste del país bajo el control del Ejército Nacional Sirio, una mezcla de grupos opositores y remanenets del Ejército Libre Sirio.
Oficiales europeos y estadounidenses han cuestionado la legitimidad de la votación, diciendo que viola las resoluciones de la ONU que buscan resolver el conflicto en el país, así como también se han quejado por la falta de monitoreos internacionales en la elección.
Votar solo era posible en áreas del país bajo el control gubernamental. Muchos de los refugiados sirios en el exterior tampoco pudieron o quisieron participar.
3 candidatos pudieron participar de las elecciones de los 31 que aplicaron a ser candidatos. El resto fue rechazado por el régimen.
Assad enfrentó una oposición simbólica por parte de un exministro, Abdullah Salum Abdullah, y un miembro de un grupo opositor sobre el que gobierno sirio ha aplicado sanciones hace tiempo, Mahmoud Ahmad.