Mientras la agenda del mercado sigue dominada por el dólar, la inflación y la estrategia del Banco Central (BCRA), la Comisión Nacional de Valores (CNV) avanzó con una modificación regulatoria de peso que, hasta ahora, recibió escasa atención. Se trata de una norma que redefine el nivel de información que deberán reportar los Agentes de Liquidación y Compensación, con un foco directo en su endeudamiento y en prácticas que pueden amplificar riesgos en escenarios de tensión.
CONTROL DE PASIVOS
Una norma silenciosa de la CNV que cambia el control sobre las ALyC
Mientras la agenda del mercado sigue dominada por el dólar, la inflación y la estrategia del BCRA, la CNV avanza con una modificación regulatoria de peso.
No hay prohibiciones explícitas ni cambios operativos inmediatos. El giro es más sutil y, por eso mismo, más relevante. Más información, más detalle y mayor capacidad de control sobre el apalancamiento real del sistema.
Lupa sobre los pasivos financieros
El corazón de la reglamentación es la creación de un régimen informativo mensual obligatorio que alcanza a la totalidad de los pasivos financieros asumidos por los ALyC, sin importar su origen o modalidad. La CNV busca dejar atrás una mirada fragmentada y construir una radiografía completa del nivel de exposición de cada agente.
La obligación incluye deuda tradicional, financiamiento entre privados y cualquier forma de compromiso financiero que impacte sobre la situación patrimonial.
El punto sensible del préstamo de valores
Uno de los cambios más relevantes pasa por el préstamo o alquiler de valores negociables, una operatoria habitual pero poco visible para el público general. A partir de ahora, estos acuerdos deberán informarse tanto si el ALyC actúa como prestamista como si lo hace como prestatario, incluso cuando no exista documentación formal.
El alcance va un paso más allá. La obligación también cubre los acuerdos en los que participen clientes vinculados al agente bajo el concepto de cartera propia ampliada.
Detalle fino
La CNV exige un nivel de desagregación elevado. Identificación de las partes, fechas de inicio y vencimiento, especies involucradas, valor nominal, moneda de referencia y condiciones económicas pactadas. Toda la información tendrá carácter de declaración jurada, un dato no menor en términos de riesgo regulatorio y sancionatorio.
El regulador no solo quiere saber cuánto deben los agentes, sino cómo, con quién y bajo qué condiciones.
Un cronograma ajustado
La implementación no deja demasiado margen para la adaptación gradual. Los ALyC deberán presentar información retroactiva correspondiente a varios meses en un plazo corto, y luego incorporarse al esquema mensual permanente.
En paralelo, la reglamentación elimina esquemas informativos anteriores que habían quedado desactualizados. El objetivo es ordenar el marco normativo y concentrar la información relevante en un único régimen, más robusto y alineado con estándares de supervisión modernos.
Lectura de fondo
El contexto explica la decisión. Con un mercado todavía frágil, antecedentes recientes de volatilidad y un sistema financiero que busca recuperar profundidad, la CNV opta por anticiparse al riesgo sistémico en lugar de reaccionar tarde.
Para los agentes, implica mayor carga operativa y menor margen para maniobras opacas. Para el mercado, es una señal clara. El apalancamiento dejó de ser un dato invisible.
Pasó casi inadvertida, pero esta reglamentación marca un cambio estructural en la forma en que se supervisa el riesgo dentro del mercado de capitales argentino. En un contexto donde la confianza es un activo escaso, la CNV eligió reforzarla con información. Y eso, en economía, nunca es un detalle menor.
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