Los tamberos del departamento Las Colonias, en el centro lechero de Santa Fe, arden. Se trata de productores de San Jerónimo Norte, Santa María, Las Tunas y Franck que conforman un pool de 15 tambos, y que desde hace tres meses no reciben pago alguno por la leche que entregan a la empresa láctea Sudamericana de Lácteos, la usina instalada en la localidad de Díaz, en plena cuenca de producción lechera de Argentina.
FUERTE CRISIS EN EL SECTOR
Otra gigante láctea acorralada por deudas pone en peligro toda la cadena lechera
Otra gigante láctea de Santa Fe está en graves problemas: Debe $350 millones a proveedores y advierten por el impacto para toda la cadena lechera.
La situación comenzó con simples atrasos pero ya es un problema grave: la deuda ya supera los $350 millones y crece con los días.
"Somos un pool de leche de esta zona, y lamentablemente tenemos tres meses de deuda: agosto, septiembre y octubre. Esto nos genera un agujero financiero enorme, terrible", explica Sergio Claussen, uno de los productores afectados.
"Algunos lo sienten más que otros. El que tiene más espalda lo aguanta, pero al que venía con alguna deuda o sin capital, esto lo termina de golpear muy fuerte", agrega.
Parmalat, La Mucca y Lactalis a Sudamericana
La planta hoy conocida como Sudamericana de Lácteos tiene una larga trayectoria de cambios de dueños. En distintos momentos perteneció a Parmalat, La Mucca y Lactalis, hasta que empresarios rosarinos la gestionaron por un tiempo y, a comienzos de este año, la vendieron al cordobés Sergio Servio, propietario de Lácteos Servio en Villa María, dueño de marcas como Premio, SyS, Tambería Holandesa, Pensilvania y Tuca.
Esta empresa que incluso tiene operaciones de comercio exterior, recibe materia prima de varios tambos del departamento San Jerónimo, incluyendo a 15 unidades productivas que rondan los 35.000 litros diarios, que pertenecen a unos diez productores que conforman un pool de leche, que le provee una tercera parte del total que acumulan. Es en relación a esa leche cruda que se genera actualmente una deuda de importancia en los pagos.
Bajo la nueva administración, la planta santafesina siguió funcionando con normalidad, recibiendo leche de productores locales y manteniendo su cartera de clientes. Pero a mitad de año, los pagos comenzaron a atrasarse. En agosto directamente se interrumpieron.
Los tamberos aseguran que al principio se les prometió una regularización "a la brevedad", algo que nunca ocurrió. "Nos decían que pronto iban a ponerse al día, que era algo momentáneo, pero la deuda siguió creciendo. Hoy nadie sabe realmente qué pasa dentro de la empresa", lamenta Claussen.
A los productores no solo les preocupa la falta de pago sino también el silencio de la láctea.
No paga alquiler ni por la leche que recibe
A los productores les preocupa tanto la falta de pago como el silencio de la compañía. "No tenemos una charla directa con los nuevos dueños, solo con un encargado que nos pide paciencia. Nos falta información y eso genera mucha incertidumbre", comenta el tambero.
El grupo de productores calcula que solo su pool representa cerca de un tercio de la leche que procesa la planta, unos 35.000 a 40.000 litros diarios. La imposibilidad de redirigir esa producción a otras industrias agrava la situación, ya que ninguna usina de la zona puede recibir ese volumen extra en forma inmediata.
Mientras tanto, las cuentas siguen acumulándose: sueldos, alquileres, cuotas bancarias.
"Es una torta de guita que te falta a fin de mes. Si no se regulariza, vamos a empezar a ver cheques rebotados y tambos paralizados", advierte Claussen.
Una crisis en todo el sector lácteo
Sabido es que el conflicto con Sudamericana de Lácteos no es un caso aislado. La lechería argentina atraviesa un momento crítico: el consumo interno de productos lácteos lleva años en retroceso y, según datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), el consumo per cápita cayó a niveles equivalentes a los de hace dos décadas.
A eso se suman los altos costos financieros, el encarecimiento del alimento balanceado y la baja del precio de la leche cruda, que en muchos casos no cubre los costos de producción. En distintas provincias del país, las empresas del sector enfrentan problemas similares.
Lo hacen Lácteos Verónica, SanCor, que continúa con una reestructuración que lleva años, y también La Suipachense, que actualmente está con la producción frenada y hay miedo por despidos masivos.
El problema, advierten, es que la planta sigue recibiendo leche y fabricando productos, pero sin pagar. Según trascendidos, la firma habría tenido cuentas embargadas por la AFIP, apenas fue adquirida, lo que complicó su operatoria financiera. Desde entonces, los cheques comenzaron a rebotar y los pagos se frenaron por completo.
Dentro del grupo de productores, el temor es doble: no cobrar lo adeudado y, además, perder la relación comercial con la planta, que durante años fue considerada un cliente confiable. "Nosotros le entregamos desde la época en que estaba Lactalis, y siempre tuvimos un trato impecable. No esperábamos algo así", dice el productor.
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