La Unión Europea (UE) se prepara para una de las decisiones más controvertidas de su política de sanciones desde el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania. En los próximos días, los Estados miembros intentarán aprobar un mecanismo que permitiría inmovilizar de forma indefinida hasta 210.000 millones de euros en activos soberanos rusos.
Con esta maniobra esperan impedir que el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, pueda vetar la renovación periódica de estas sanciones.
Según Financial Times, funcionarios involucrados en las negociaciones dijeron que la intención es aprobar la legislación antes de la cumbre de líderes de la próxima semana, aprovechando poderes especiales que permiten tomar decisiones por mayoría en situaciones económicas excepcionales. Esta vía legal, amparada en el Artículo 122 del Tratado de la UE, evitaría la exigencia de unanimidad habitual en materia de sanciones.
La Unión Europea espera ganar margen de negociación
El movimiento obedece, en gran parte, a la presión creciente de Estados Unidos para avanzar en un marco de negociación de paz para Ucrania. Bruselas quiere llegar a esas conversaciones con una posición firme sobre los activos rusos congelados, evitando que posibles decisiones unilaterales de Washington —como un levantamiento anticipado de sanciones— puedan bloquear el uso europeo de esos fondos.
La Comisión Europea propuso recientemente emplear esos activos como respaldo a un préstamo de hasta 90.000 millones de euros destinado a Kiev, que se desembolsaría durante los próximos dos años. Para ello, los activos deben permanecer inmovilizados sine die, pues bajo el régimen actual su congelación solo se renueva cada seis meses y requiere unanimidad.
La resistencia de Orbán y el temor a un giro estadounidense
Hungría, tradicionalmente el gobierno más cercano al Kremlin dentro del bloque, se ha opuesto frontalmente tanto al préstamo como a cualquier iniciativa que refuerce la ayuda a Ucrania. El portavoz gubernamental, Zoltán Kovács, calificó la propuesta de la Comisión como una transgresión absoluta de las “líneas rojas” de Budapest.
En Bruselas existe la preocupación de que Orbán pueda bloquear la renovación de sanciones en el futuro, especialmente si una eventual administración de Donald Trump decide relajar la presión sobre Rusia. Por ello, los diplomáticos ven urgente desvincular la decisión sobre los activos del debate político más amplio que tendrán los líderes europeos durante la cumbre.
Bélgica exige garantías ante riesgos legales
Otro punto de fricción proviene de Bélgica, sede de Euroclear, el mayor depositario afectado por las sanciones y responsable de cerca de 185.000 millones de euros de los activos rusos retenidos. Bruselas teme que, si las sanciones se desmoronan por un giro legal o político, Bélgica termine afrontando demandas multimillonarias del gobierno ruso o de entidades afectadas.
El gobierno belga ha solicitado garantías de responsabilidad compartida entre todos los socios del bloque. La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, aseguró recientemente que prácticamente todas las exigencias belgas han sido incorporadas al plan.
Una decisión que puede dejar heridas duraderas
Si la votación sale adelante mediante mayoría cualificada, podría desatar tensiones internas comparables a las generadas por las disputas sobre política migratoria en años previos. Sin embargo, para muchos gobiernos europeos la prioridad es asegurar la continuidad de las sanciones y mantener la estabilidad del apoyo financiero a Kiev en un momento clave de la guerra.
Más noticias en Urgente24
Champions League: Inter 0-1 Liverpool, los Reds ganaron en Italia y trepan en la tabla
BCRA: 90 días de restricción al que compre dólar oficial
La Argentina de la bicicleta: El industricidio avanza (y sufren trabajadores)
Gran salto de Ramos Nápoli: De redactor de Karina Milei a dirigir Asuntos Nucleares
A 2 años de Javier Milei, crece el malestar social y la economía cruje