El INdEC informó que en junio la actividad económica avanzó 6,4% interanual, un número que el Gobierno no dudará en mostrar como prueba de recuperación. Sin embargo, el mismo informe advierte que en la comparación con mayo el EMAE desestacionalizado cayó 0,7%, lo que pone en evidencia que la recuperación no logra consolidarse.
Los motores que empujaron el rebote
De los quince sectores que componen el indicador, doce crecieron. La intermediación financiera lideró con un salto de 28,7%, apalancada por el dinamismo del crédito tras la liberalización del mercado.
El comercio mayorista y minorista mostró un alza de 11,5%, siendo la rama con mayor incidencia positiva sobre el EMAE, seguido por la industria manufacturera, que avanzó 7,8%. También sumaron la construcción, con 9,9%, y hoteles y restaurantes, con 11%, en un año de fuerte repunte del turismo interno.
Sectores en rojo
No todos pudieron aprovechar el rebote. La pesca se derrumbó 74,6% interanual, un desplome histórico vinculado a menores capturas y trabas logísticas. También retrocedieron la administración pública y los servicios comunitarios, con bajas de 0,7%, aportando la mayor incidencia negativa.
En conjunto, estos sectores recortaron casi medio punto porcentual al crecimiento de junio.
El freno mensual preocupa al mercado
Más allá del 6,4% anual, el dato que encendió alarmas es el -0,7% mensual desestacionalizado. Es la segunda caída en lo que va de 2025, junto con marzo, y confirma que el repunte muestra altibajos.
El componente tendencia-ciclo avanzó apenas 0,3%, un crecimiento demasiado débil para consolidar expectativas de recuperación fuerte.
Los analistas privados también lo remarcaron en los últimos días. Desde la Fundación Libertad y Progreso advirtieron que “la economía está prácticamente estancada desde febrero”. Invecq, en su último informe, proyectó que el segundo semestre difícilmente supere un 1% adicional de crecimiento, evidenciando que el rebote post-crisis 2024 se está agotando.
Desde Adimra
El análisis sectorial de Adimra destaca: "En julio, los sectores de Maquinaria Agrícola (16,8%) y Carrocerías y Remolques (17,7%) se mantuvieron como los de mayor crecimiento interanual, consolidando la trayectoria positiva que vienen sosteniendo desde comienzos de año. Ambos rubros registraron una aceleración respecto al mes previo y continúan siendo los principales motores del entramado metalúrgico, aunque el ritmo de expansión comienza a moderarse en comparación con los picos del primer trimestre."
"En contraposición, el sector de Autopartes (-2,9%) profundizó levemente su tendencia negativa, confirmando las dificultades que arrastra desde hace más de un año. En tanto, Fundición (-10,5%) interrumpió la mejora parcial observada en junio, manteniéndose en niveles históricamente bajos."
"El sector de Bienes de Capital (-1,8%) volvió a mostrar una caída interanual, reflejando un desempeño inestable y sin señales claras de recuperación. A su vez, Equipos y Aparatos Eléctricos (0,6%) y Otros Productos de Metal (1,6%) sostuvieron incrementos moderados, que aportan cierta estabilidad, aunque aun sin configurar un repunte firme."
"Por último, Equipamiento Médico (1,7%) revirtió la contracción de junio y retornó a terreno positivo. No obstante, el crecimiento fue acotado y todavía no compensa"
Inflación y política monetaria
El freno coincide con un escenario de mayor tensión inflacionaria. Según publicó El País el 13 de agosto, el IPC de julio marcó un 1,9%, con aceleración tras meses de bajas, impulsado por la devaluación del peso y ajustes tarifarios.
El Gobierno celebró que la inflación núcleo fue de apenas 1,5%, la más baja desde 2018, pero el mercado ya descuenta que la presión cambiaria volverá a trasladarse a precios en agosto.
Con tasas que superan el 69% anual y una política de emisión prácticamente clausurada, la estrategia oficial es sostener la narrativa de estabilización. El costo: consumo e inversión enfriados, algo que ya se siente en las mediciones del EMAE.
Impacto político
El dato llega en plena campaña para las elecciones legislativas. En el Gobierno ponen el foco en el 6,4% interanual como muestra de que el “plan funciona”. La oposición, en cambio, resalta el freno mensual y el efecto “piso bajo” de 2024, un año donde la economía cayó más de 5%.
En paralelo, esta semana el Council of the Americas reunió a empresarios y funcionarios en Buenos Aires. Allí se debatió sobre el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), pensado para atraer capitales a sectores estratégicos como energía y minería. El empresariado aplaude el marco, pero advierte que sin estabilidad macro el dinero difícilmente llegueelpais.com.
El campo
La otra apuesta está en el agro. La Bolsa de Comercio de Rosario destacó el 20 de agosto que las lluvias récord de este mes consolidaron reservas hídricas que podrían dar una campaña “históricamente alta”.
Se estima que el trigo alcanzará 20 millones de toneladas y que soja y maíz podrían marcar récords. De confirmarse, el agro podría aportar el oxígeno que hoy no llega desde la demanda interna.
Una recuperación que no despega
El 6,4% interanual de junio suena fuerte en los titulares, pero no alcanza para esconder la fragilidad del repunte. La economía argentina sigue atrapada en un dilema: el ajuste fiscal y la disciplina monetaria frenan la inflación, pero al mismo tiempo asfixian la actividad.
Pero la foto de junio deja en claro que, más allá del relato, la economía todavía no logra encontrar un sendero de crecimiento sostenido.
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