La explosión de los precios de la carne vacuna volvió a encender las alarmas inflacionarias, justo en la previa de las fiestas de fin de año. En las últimas semanas, los precios mayoristas se dispararon cerca de un 25%, lo que podría generar un piso elevado para el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de noviembre.
Economistas y referentes del sector coinciden en que la oferta ajustada y la fuerte demanda —impulsada por las exportaciones— son los motores detrás de este salto de precios.
Según el consultor ganadero Víctor Tonelli, la ganadería atraviesa una etapa particularmente compleja: hay “nuevos consumidores que se vuelcan a la proteína vacuna” y los precios internacionales están en alza, lo que abre una ventana para que Argentina exporte más, publicó LetraP.
Las exportaciones de carne
El sector exportador juega un rol clave. El negocio cárnico vende cada vez más al mundo, lo que deja menos hacienda para el consumo doméstico. En 2025, según datos de la Fundación Mediterránea citados por Letra P, el complejo Carne y Cuero vacuno ya vendió al exterior por US$ 3.468,4 millones, un salto del 38,9% respecto al mismo mes del año anterior.
Otro factor estructural es la falta de financiamiento para los productores. A pesar de que los precios de la hacienda están altos, muchos ganaderos no pueden reinvertir: las tasas son elevadas y el crédito es escaso.
Según el economista Javier Preciado Patiño, los costos para producir novillos son cada vez más altos que otras proteínas: “Para que un novillo gane un kilo de peso hay que darle siete kilos de alimento, mientras que para pollo o cerdo se requieren menos de tres kilos”, explicó al mismo medio.
Esa brecha de costos puede resultar en que, en el mediano plazo, la carne vacuna sea entre 50% y 100% más cara que otras carnes, como ya ocurre en algunos mercados externos.
Además, hay restricciones de oferta por razones climáticas: sequía en algunos campos y engordes atrasados como consecuencia de una primavera “benigna” limitan el volumen de hacienda disponible.
El presidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores, Leonardo Rafael, comentó en diálogo con MDZ:
Y añadió:
Y detalló que los precios de algunos cortes llegaron a aumentar hasta el 55% en el mostrador, mientras que otros como la carne picada se mantuvieron más estables.
En este contexto, un aumento en las cuotas de exportación podría perjudicar aún más la disponibilidad de carne para el mercado interno.
La demanda de carne
Desde el lado del consumo, la subida de la carne podría golpear fuerte. Mientras que el aumento de las exportaciones impulsa los precios al alza, la demanda local se ve afectada por los ajustados ingresos reales de los argentinos. Para muchos hogares, la carne vacuna es uno de los productos más sensibles del gasto, y su encarecimiento presiona el poder adquisitivo.
Cómo la carne podría afectar a la inflación de noviembre
Desde el lado estadístico, los datos también avalan el impacto inflacionario. En paralelo a estas subas, analistas advierten que el traslado de los precios mayoristas al consumidor no se ha completado, lo que significa que aún hay margen para nuevas remarcaciones.
De cara a fin de año, los economistas temen que esta tendencia se intensifique. Con la demanda típica de las fiestas y la escasez de hacienda, los aumentos podrían profundizarse, y la carne volvería a operar como un motor clave de inflación.
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