En ese sentido, la primera huelga que impactó en la puntualidad o siquiera la realización de los vuelos programados fue en España. Su principal aeropuerto, el de Barajas (Madrid) sufrió graves demoras durante el domingo y la primera hora del lunes a raíz de un reclamo laboral de una empresa que brinda servicio de control de seguridad previo a la zona de embarque.
La compañía en cuestión es Trablisa, cuyos trabajadores cesaron tareas al mínimo, generando colas de espera de hasta una hora para ejercer los controles correspondientes en los pasajeros. Esto entorpeció el embarque de los viajeros, concluyendo en importantes retrasos e incluso cancelaciones de vuelos programados de distintas empresas.
Entre los reclamos laborales, los servicios de seguridad solicitaron bonos de hasta 1.000 euros al mes, reconocimiento de kilometraje, trabajo en verano, un alza del 75% en el valor de la hora extra y jubilación del personal a los 52 años, entre otras. Según reportes del medio español El País, la empresa en cuestión estaría lejos de resolver esas diferencias.
Francia e Italia
Además de la situación española, el fin del verano y la época de mayor volumen de tráfico de pasajeros habilitó a los sindicatos la posibilidad legal de incurrir en una huelga. Es por ello que en Italia, las autoridades advirtieron posibles afecciones previstas hacia el fin de semana del 26 de septiembre, cuando una de las mayores low cost del mercado, Volotea, sufra una medida de fuerza por 24 horas.
Encargados del equipaje, el personal de tierra y las tripulaciones de la compañía iniciarán un reclamo en torno a las condiciones laborales que provocará cancelaciones y suspensiones en toda Italia, complicando ciertos circuitos turísticos.
Mientras tanto, el impacto mayor será la huelga en Francia. Allí, un paro masivo de controladores aéreos complicará definitivamente a toda Europa dejando el espacio aéreo francés intransitable.
La huelga, que estaba programada para el próximo 18 de septiembre, fue aplazada debido a la serie de renuncias que impactaron en el Gobierno francés. Según el sindicato SNCTA, la falta de una línea de comunicación con el Estado motivó a reprogramar la medida de fuerza para los días 7, 8 y 9 de octubre, donde más de 1.500 trabajadores abandonarán sus tareas.
¿Y en Argentina?
Mientras tanto, el sector aerocomercial de Argentina atraviesa semanas de calma luego de serias complicaciones por reclamos de distintos sectores. Aunque esto no sería permanente ya que se encuentran latentes conflictos de gran escala.
Entre ellos, el que mantiene el Gobierno nacional con la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA). Desde ese sector señalaron que el vencimiento del plazo de conciliación obligatoria dejó abierta la posibilidad de un paro nacional de pilotos, cuya programación todavía no está determinada.
Esto se daría en el marco de los cambios introducidos por la Secretaría de Transporte referidos a la reducción del periodo de descanso y vacaciones, además de otras condiciones laborales.
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