Los hallazgos señalan "una nueva vía" para combatir estas enfermedades, dijo el principal autor de la investigación, el microbiólogo Gong Cheng de la Universidad de Tsinghua, China.
Según un artículo de divulgación de Science sobre el estudio, las personas pueden emitir un olor corporal diferente cuando están enfermas, especialmente durante una infección.
Por ejemplo, con COVID-19 se liberan moléculas que los perros y las "narices electrónicas" pueden detectar. De manera similar, los parásitos de la malaria cambian el olor de los humanos.
No obstante, se desconocía si el mecanismo también era utilizado por los virus que causan dengue y Zika, hasta los experimentos llevados a cabo por el equipo de Cheng.
Por un lado, instalaron tres jaulas interconectadas: en la primera canalizaron aire que había soplado sobre ratones que estaban enfermos con Zika, la segunda con aire que había fluido sobre ratones sanos y en la tercera mosquitos hambrientos. El 70% de ellos desplazó a la primera jaula.
Para probarlo en humanos, los investigadores limpiaron las axilas de personas sanas y de pacientes con dengue con un material absorbente, aislaron las moléculas que podrían transportarse por el aire y las aplicaron a papel de filtro. Los mosquitos también prefirieron el aire contaminado.
La evidencia podría "revolucionar" el diagnóstico de las enfermedades que hoy en día requieren un análisis de sangre, dijo a Science James Logan, especialista en control de enfermedades de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, Reino Unido, que estudió un mecanismo similar de la malaria.
Una nariz electrónica, por ejemplo, podría detectar la exudación y proporcionar un diagnóstico más rápido.
"¡El virus puede manipular el microbioma de la piel de los huéspedes para atraer más mosquitos y propagarse más rápido!", exclamó el inmunólogo Penghua Wang, uno de los autores del estudio publicado en la revista Cell.
Dengue y Zika
El dengue provoca fiebre, sarpullido, dolores y, a veces, hemorragia y muerte. Cada año se notifican más de 50 millones de casos y alrededor de 20.000 fallecimientos, la mayoría de ellos en niños de áreas tropicales, según datos de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de Estados Unidos.
Por su parte, el Zika es otra afección viral transmitida por mosquitos de la misma familia. Aunque es poco común que enferme gravemente a adultos, un brote reciente en Latinoamérica provocó defectos de nacimiento graves en fetos de mujeres infectadas.
Los síntomas consisten en fiebre leve, sarpullido, dolor de cabeza, en las articulaciones y muscular, malestar general y conjuntivitis no purulenta, según describe la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La fiebre amarilla, la encefalitis japonesa y el virus del Nilo Occidental también son miembros de esta familia de virus.
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