Un paciente de 31 años necesita un trasplante urgente debido a una grave condición cardíaca. Pero el hospital lo quitó de la lista de más de 100.000 personas en espera por no estar vacunado.
BIOÉTICA
Debate global: ¿Es ético negarle el trasplante a un no vacunado?
Más de 100.000 personas esperan recibir un trasplante de órganos en Estados Unidos. Dentro de los requisitos, un hospital pide que estén vacunados, ¿por qué?
La noticia suscitó un nuevo capítulo del debate global sobre bioética en tiempos de COVID-19.
Por su parte, las autoridades del Brigham and Women's Hospital de Boston han explicado claramente las razones de la medida en un comunicado:
La escasez de donaciones de órganos lleva a los médicos a tomar decisiones para garantizar que un paciente que recibe un trasplante tenga la mayor probabilidad de supervivencia.
Mientras tanto, el padre del paciente llamado David Ferguson dijo que la vacuna contra el COVID-19 va en contra de los "principios básicos" de su hijo, ya que él "no cree en eso".
Por su parte, el Hospital comunicó que la medida fue tomada en cumplimiento de sus políticas sobre trasplantes.
El doctor bioestadístico, Robert Klitzman, también opinó sobre la polémica bioética y dijo que hay disponibles “muy pocos órganos, así que debemos decidir quién lo recibirá y para eso, revisamos quién tiene mayor probabilidad de sobrevivir”.
Pocas chances de sobrevivir sin la vacuna
Ferguson se encuentra en el hospital de Boston desde el 26 de noviembre debido a un problema cardíaco hereditario que hace que sus pulmones se llenen de sangre y líquido, según explica el texto de la campaña en GoFundMe que una amiga organizó para pedir ayuda con los costos médicos.
En el texto se explica también que el paciente no está vacunado debido a su preocupación por los casos de inflamación cardíaca.
Se trata de un efecto secundario potencial de la vacuna contra el coronavirus que los científicos, médicos y organizaciones líderes, como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, han enfatizado que es raro y temporal.
De hecho, los riesgos para el corazón son mayores por la infección de COVID-19 que por la vacuna.
El doctor Arthur Caplan, director de ética médica de la Escuela de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York, le explicó a CBS News que después de cualquier trasplante el sistema inmunitario del paciente queda como si estuviese apagado e incluso un resfriado común puede ser fatal.
En la declaración del hospital se sugirió que hay otros factores además de que el paciente no está vacunado para quitarlo de la lista. No obstante, la institución no quiso discutir más detalles para preservar la privacidad del paciente.
Debate global
"Es su cuerpo, es su elección", dijo el padre de Ferguson. Del lado del Hospital, decidir que el paciente no sea elegible para el trasplante también es una elección, aunque en este caso está basada en certezas científicas.
“Estamos defendiendo nuestros derechos constitucionales”, es uno de los lemas de los grupos antivacunas.
“Una vacuna es una invasión a la integridad de nuestro cuerpo. Es perverso que el Estado, que debería proteger a sus ciudadanos, quiera obligarnos a que nos vacunemos”, dijo una manifestante alemana en una de las protestas organizadas este mes en contra de la obligatoriedad de la vacuna.
No es la primera vez que la pandemia abre el debate entre "principios personales" y ciencia. Tampoco es la primera vez que un paciente no vacunado en Estados Unidos genera polémica sobre el acceso a la atención médica.
Hace pocos días también una mujer de Minnesota demandó a un hospital porque supuestamente los médicos intentaron quitarle el ventilador a su esposo no vacunado, tras haber estado conectado durante dos meses.
A pesar de la abundancia de inoculantes, solo el 63% de los estadounidenses tienen las dos dosis de la vacuna contra el COVID-19 y cerca del 40% tiene la tercera de refuerzo.
Lo cierto es que tanto el pase sanitario como la obligatoriedad de las vacunas está poniéndo de relieve el debate. Resta esperar cómo se desenvolverán dichas medidas en términos legales y éticos.