Las temperaturas en la atmósfera de Neptuno han fluctuado inesperadamente en las últimas dos décadas, según una nueva investigación de científicos espaciales de la Universidad de Leicester (Reino Unido).
RARAS TEMPERATURAS
Cambios en la atmósfera de Neptuno inquietan a astrónomos
Un nuevo estudio reveló que la temperatura en la atmósfera de Neptuno ha fluctuado inesperadamente en las últimas dos décadas.
Para sorpresa de los investigadores, los datos mostraron que desde 2003 a 2018 disminuyó 8 grados Celsius.
El estudio, publicado hoy (11/4) en Planetary Science Journal, combinó todas las imágenes infrarrojas térmicas existentes del planeta, recopiladas por múltiples observatorios.
Algunos de los instrumentos fueron: el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral y el telescopio Gemini Sur en Chile, el Telescopio Subaru, el Telescopio Keck y el telescopio Gemini Norte, todos en Hawái, y espectros del Telescopio Espacial Spitzer de la NASA.
Al analizar los datos, los investigadores pudieron revelar una imagen más completa que nunca de las tendencias en la temperatura de Neptuno.
El doctor Michael Roman, autor principal del artículo, expresó:
Neptuno experimenta estaciones al igual que la Tierra. Sin embargo, dada su gran distancia del Sol, tarda más de 165 años en completar una órbita alrededor de la estrella anfitriona, por lo que sus estaciones cambian muy lentamente, con una duración de más de 40 años terrestres cada una.
“Nadie esperaba ver cambios grandes y rápidos”, dijo el doctor Glenn Orton, coautor del estudio.
Aún se desconoce la causa de estos cambios inesperados de temperatura estratosférica, y los resultados del estudio desafían la comprensión de los científicos sobre el planeta.
“Las variaciones de temperatura pueden estar relacionadas con los cambios estacionales en la química atmosférica de Neptuno, que pueden alterar la eficacia con la que se enfría la atmósfera", hipotetizó Roman. A lo que agregó "pero la variabilidad aleatoria en los patrones climáticos o incluso una respuesta al ciclo de actividad solar de 11 años también puede tener un efecto”.
Se necesita más seguimiento de la temperatura y los patrones de nubes para evaluar más a fondo cualquier posible conexión en los próximos años.
Las respuestas a estos misterios y más vendrán del Telescopio Espacial James Webb (JWST), que está configurado para observar a los dos gigantes de hielo, Urano y Neptuno, a finales de este año.
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