Este martes (10/12) Benjamin Netanyahu se convirtió en el primer primer ministro israelí en funciones en la historia de Israel que testificó como acusado en juicio por corrupción en medio de una guerra de 7 frentes y del creciente autoritarismo del gobierno contra los mismos principios democráticos que alguna vez definieron al estado judío.
EN PLENA GUERRA
Juicio por corrupción: Benjamin Netanyahu niega todo y ataca a la prensa
Benjamín Netanyahu es el primer premier israelí en funciones en la historia de Israel que testifica como acusado. Fraude, abuso de confianza y aceptación de sobornos.
Debido al estallido de la guerra en curso con Hamas en Gaza, los tribunales operaron en un formato de emergencia únicamente para audiencias urgentes. 8 años después de que iniciara las investigaciones en su contra por soborno, fraude y abuso de confianza en tres casos de corrupción diferentes, Netanyahu calificó los cargos contra él como "un océano de absurdos" y prometió que su versión tendría peso en el caso de la fiscalía.
“No fueron significativos, fueron una gota en el océano, pero una gota en el océano es mucho. El proceso (la investigación y el juicio) que involucró a todo el país y distrajo a toda una nación, eso es otra cosa. Pero los eventos en sí mismos fueron una gota en el océano", según supo Haaretz.
El juicio en sí comenzó hace casi cuatro años, el 24 de mayo de 2020. Se ha prolongado por múltiples aplazamientos solicitados por los abogados de Netanyahu, la pandemia de COVID, una enorme cantidad de material de investigación, cambios seriales de abogados defensores, generosidad judicial con respecto a interrogatorios de una larga lista de testigos sobre cuestiones marginales y, las guerras de Gaza y Líbano.
Si bien Netanyahu volvió a reiterar que las acusaciones en su contra distraen de los problemas mucho mayores que enfrentan Israel y la región, se jactó de que puede abordar en simultáneo el esfuerzo bélico y el juicio penal:
“Estoy dirigiendo un país, dirijo el país y el ejército de Israel en siete frentes, y todavía creo que puedo hacerlo todo a la vez" antes de decir que él y su familia han enfrentado calumnias como ninguna en el mundo.
Se espera que Netanyahu sea interrogado en primera instancia por su abogado defensor durante seis horas al día, tres días a la semana durante varias semanas. Su testimonio podría requerir 15 audiencias, pero podría requerir menos o más.
Asimismo, aprovechó el espacio para presentarse como estadista global en que revindicó sus logros, como los Acuerdos de Abraham, y habló sobre la tensión entre él, los líderes mundiales y los medios de comunicación globales en su lucha contra Irán, un Estado palestino y la construcción de asentamientos. “Básicamente, relata toda su carrera: una defensa no de su inocencia, sino de todo su legado”, analizó el diario crítico israelí.
El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, el ministro de Comunicaciones, Shlomo Karhi, y el ministro de Transporte, Miri Regev, así como el presidente de la Knesset, Amir Ohana acudieron al juicio.
3 casos de corrupción
Tal como contó Urgente24, Netanyahu enfrenta 3 casos 1000, 2000 y 4000. En el primero 1000, se acusa a Netanyahu de recibir obsequios ilegales (puros, cajas de champán y joyas) por valor aproximado de 700.000 NIS de los empresarios Arnon Milchan y James Packer mientras se desempeñaba como primer ministro, cargo que ocupó de 1996 a 1999, y luego de 2009 a 2021.
Sobre esto, el polémico premier dijo: “Es una mentira absoluta. De vez en cuando me doy el gusto de fumar un puro, pero no puedo fumarlo continuamente porque estoy constantemente en reuniones y reuniones informativas... Odio el champán. No puedo beberlo, simplemente no me gusta".
Además, se alega que Netanyahu actuó a favor de Milchan en tres asuntos a petición suya, incluido el contacto con el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, para extender la visa de Milchan y el contacto con el ministro de Finanzas, Yair Lapid, para extender la exención de impuestos para los residentes que regresan. Netanyahu afirma que apenas aceptó regalos de amigos, sin haberlos pedido, y dice que está siendo víctima de una "caza de brujas".
En el Caso 2000, Netanyahu está acusado de fraude, sobornos y abuso de confianza por su interesados vínculos con el editor de Yediot Aharonot , Mozes. Diálogos secretos supuestamente giraron en torno a mejorar la cobertura del primer ministro a cambio de restricciones al periódico competidor Israel Hayom.
El caso 4000, sufre la acusación del otorgamiento de beneficios regulatorios por valor de cientos de millones de shekels al empresario Shaul Elovitch. A cambio de sobornos y manipulación de la cobertura de Walla, que Elovitch controlaba.
Las enorme manifestaciones precedentes a la guerra contra la reforma judicial del gobierno respondían al riesgo que suponía. Muchos lo vieron como un intento de Netanyahu de designar a funcionarios corruptos o no calificados, leales para proteger de las acusaciones judiciales.
En septiembre se proyectó en el Festival de cine de Toronto “The Bibi Files”, un documental que expone la corrupción del primer ministro israelí. Según la pieza audiovisual, Netanyahu está prolongando la devastadora guerra en Gaza, que ha acumulado más de 40.000 muertes, para evitar una posible pena de prisión derivada de acusaciones de corrupción y su consecuente muerte política.
La legislación israelí contempla la pena máxima de diez años de cárcel por una condena por soborno, pero es muy poco probable porque se trata del cargo que los jueces ya recomendaron que la fiscalía desestimara. La pena por fraude y abuso de confianza es de tres años de cárcel.
“Medios de izquierda”
Durante el juicio, Netanayhu dedicó bastante tiempo para hablar del papel actual de los medios de comunicación en Israel. Dijo que era víctima de una “cacería de brujas” orquestada por unos medios hostiles y un sistema legal parcializado que busca derrocar su largo gobierno.
En nombre de la guerra contra el terrorismo, Netanyahu y su séquito han estado justificando múltiples medidas autoritarias y excesivas contra los palestinos y contra los (traidores) compatriotas, meros valientes judíos y opositores con un poco de criterio. La guerra contra Hamas se ha transformado en una excusa para suprimir la disidencia interna, desde la censura en los medios, cines y escuelas hasta la aprobación de leyes antidemocráticas, bajo la narrativa oficial que presenta a todo palestino como terrorista y todo opositor como antisemita.
"La mayoría de los comentaristas, editores y periodistas provenían del campo izquierdista y reflejaban a la izquierda", afirmó Netanyahu este martes durante el juicio alegando que los medios de comunicación en Israel no presentaban una amplia gama de opiniones.
"Esto genera una gran frustración y también perjudica un aspecto fundamental de la democracia, que es, por supuesto, el mercado de las ideas y la libertad de expresión".
"Pensé que había dos maneras de hacerlo: o bien trayendo inversores de Israel o del extranjero que invirtieran en los medios de comunicación existentes, o bien creando nuevos medios de comunicación, Lo importante es la diversidad, porque la cuestión en Israel no es si la izquierda estará representada; está representada más que en cualquier otro país... Consideré que esto también era un gran peligro para la democracia".
El primer ministro dijo que este sesgo creó una brecha entre lo que el público piensa y cree y lo que muestran los medios que ve. "La gente debería ser la que determine" en qué dirección se inclina la cobertura, una repetición del mismo argumento que utiliza en relación con la gobernanza.
En lugar de admitir que su bando político intenta controlar los medios de comunicación, defendió que apoya y quiere una variedad de opiniones. Recientemente Netanyahu sancionó a Haaretz, una fuente vital para el mundo en tiempos de excesos.
Días atrás, la directora jefe adjunta, Noa Landau, informó que Netanyahu aprobó una resolución que suspende cualquier publicidad estatal, suscripciones financiadas por el Estado o cualquier otra 'conexión' con Haaretz. Esto no es otra cosa que un boicot que indudablemente perjudicará sus ingresos.
En mayo de este año, el gobierno israelí censuró una artículo opinión escrito por el activista israelí Jonathan Pollak para Haaretz que cuestionaba el encarcelamiento arbitrario de los palestinos.
Ese mismo mes confiscó una cámara y equipo de transmisión pertenecientes a The Associated Press (AP) en el sur del país, al acusar a la agencia de noticias de violar la 'ley Al Jazeera' que permite clausurar a medios extranjeros que están dañando o comprometiendo la seguridad nacional.
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