Ello bajaría el costo de emisión monetaria, pero preocupa el impacto inflacionario en la "subjetividad" de los consumidores.
En el Banco Central acompañan la idea que, consideran, reduciría el gasto para imprimir billetes, además de hacerle más sencillas las transacciones a la gente que se mueve en efectivo, que siguen siendo gran parte de los argentinos.
La senadora tucumana Beatriz Avila presentó el miércoles un proyecto para que el gobierno imprima billetes de mayor denominación de 2.000, 5.000, 10.000 y 20.000 pesos, para facilitar las transacciones.
En el Gobierno reconocen que es un debate abierto, pero destacaron que se estudia una denominación menor a la propuesta por la senadora de Juntos:
Además, según una versión del sitio 'La Política Online', la discusión "está lejos de estar resuelta, aunque es posible que se alcance alguna definición en las próximas semanas".
$10.000 con la "Scaloneta"
Lo más insólito del debate fue la propuesta de un funcionario cercano a Alberto Fernández de crear un billete de $10.000 con la imagen de la Selección argentina.
Por supuesto, en el Ministerio de Economía no lo tienen entre sus propiedades y la Secretaría de Finanzas que conduce Eduardo Setti se resiste la iniciativa.
Por otra parte, afirman que en el Palacio de Hacienda la idea de un nuevo billete tampoco cae bien:
Funcionarios en el entorno de Gabriel Rubinstein, el viceministro, consignaron ayer, según publicó 'El Cronista Comercial', que "la emisión de un billete de mayor valor nominal pesa más en la subjetividad de los consumidores y produce una sensación de incertidumbre sobre los precios".
Pero, a la vez, desde el Banco Central, si bien afirman que observan "una dinámica exitosa en el uso de medios electrónicos de pago en los centros urbanos", "no logramos replicar en todo el territorio nacional, donde el nivel de conectividad y la falta de inclusión digital son factores que no ayudan".
Cabe recordar que en el año 2015, cuando el de mayor valor nominal era el de 100 pesos, ya estaban aprobados los billetes de 200 y 500 pesos, que tenían las imágenes de los presidentes Yrigoyen y Perón. Y fue Cristina Kirchner quien decidió posponer la impresión, escudada en el contexto electoral, para delegar esa decisión en el presidente asumido.
Y de hecho, el billete de $1000 nació en la gestión de Mauricio Macri pero lentamente comenzó a derretirse. En simultáneo, los de $5, $10 y $20 fueron sólo útiles para las propinas. Las monedas dejaron de circular dado que tenían más valor como metal que lo que representaban en pesos.
El dilema, en año electoral
El problema de no lanzar billetes de valores más elevados, además del de los bancos y de la economía en negro, es también de la política que maneja fondos no declarados y más en años electorales...
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