ROSARIO. El fútbol infantil viene siendo protagonista de lamentables episodios violentos que no ocultan lo que pasa en la ciudad. Este jueves (28/11) por la noche, un jugador de 11 años fue agredido a patadas por seguidores del club contrario durante un partido que tuvo que ser suspendido.
LA PELOTA SE MANCHA
Seguridad sin límites: La violencia en Rosario llegó al fútbol infantil
En Rosario, el fútbol infantil viene siendo protagonista de lamentables hechos de violencia exponiendo las dificultades en materia de seguridad.
El incidente tuvo lugar cerca de las 22.30 y pese a que el parte policial no reportó heridos, la agresión hacia el menor suma otro capítulo a la preocupante lista de hechos violentos que afectan, no solo a los cotejos de Primera División, sino que también sacude a los torneos de divisiones inferiores en Rosario.
Dicho caso quedó registrado en la seccional 21, donde se identificó a dos personas como responsables de la agresión. No obstante, al cierre del informe, no se habían realizado detenciones.
"Pegale, quebralo", le gritaban los profesores apuntados. Dos palabras que suelen escucharse a diario en las tribunas sin importar las consecuencias.
La violencia que sobrepasa los límites
La violencia que se vivió este jueves entre dos clubes de la ciudad, se suma a una seguidilla de episodios ocurridos en las últimas semanas y que se adhieren a la realidad.
Sin ir muy lejos, el pasado domingo, un juvenil de otra institución, precisamente de El Torito, donde se formó Ángel Di María, fue atacado con un palo en la cabeza por un hombre mayor que salió de la tribuna visitante. El chico de 17 años tuvo que se atendido en un hospital donde le realizaron estudios en la zona lesionada presentando un gran hinchazón. Si bien horas más tarde fue dado de alta, tuvo que regresar debido a una descompensación y síntomas persistentes. Por su parte, el agresor se encargó de huir en cuatriciclo.
Otros de los casos sucedió durante la misma semana, cuando jugadores de otro club atacaron a un árbitro luego de recibir un gol en un encuentro por la Liga Rosarina.
Como si eso no fuera poco, el pasado 15 de noviembre también se desató una batalla campal en Granadero Baigorria. Allí, dirigentes de Lavalle de Rosario denunciaron una brutal agresión a sus jugadores, uno de ellos fue derivado, de manera inconsciente, a un hospital, mientras a que otro le robaron su moto.
Sin seguridad
Estos episodios son un llamado de atención para las autoridades deportivas y la sociedad en general. La violencia en el deporte no solo afecta a quienes participan directamente, sino también a las familias y espectadores, empañando los valores de respeto y convivencia que debería fomentar, en este caso, el fútbol.
Los recientes hechos ponen de manifiesto la creciente inseguridad de la ciudad a nivel general. Pero esta problemática no viene desde ahora, sino que es un rejunte de lo que actualmente vive la sociedad. Como dato no menor, a todo lo mencionado se le agrega el homicidio de el barra brava de Rosario Central, Andrés "Pillín" Bracamonte, quien fue asesinado, junto a su mano derecha, Daniel "Rana" Atardo, luego del partido entre los canallas y San Lorenzo en el Gigante de Arroyito a inmediaciones del estadio.
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