ARGENTINA

Golpe para Alberto F: “La pandemia no puede ser la única realidad"

Juan Schiaretti dejó sentado en su discurso más reciente que aún está lejos de lograrse una unidad peronista en Córdoba y que los pronósticos no son favorables para los intereses del Gobierno nacional. Sin embargo, la puerta no se cierra del todo.

CÓRDOBA. El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, inauguró en la mañana de hoy 1 de febrero, el 143º periodo de sesiones ordinarias de la Legislatura unicameral de Córdoba, ante la presencia de todos los bloques que la conforman. Mediante un discurso que duró aproximadamente 27 minutos, el "Gringo" repasó varios puntos, como la situación sanitaria, la obra pública, la inversión en la provincia y la deuda externa.

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Pero lo más interesante en el monólogo del Gobernador fue que, fiel a su estilo, volvió a utilizar un discurso público para dejar sentada su postura política y la de Hacemos por Córdoba, cuyos principales actores estaban presentes para avalar lo que dijo el mandatario cordobés. Además de repasar los “triunfos” de la gestión en materia económica, como la reestructuración de la deuda en dólares, y en materia de obra pública, como la realización del tercer carril en la circunvalación o las obras cloacales, Schiaretti hizo referencia a la actualidad de su Gobierno y la relación con Casa Rosada, de una manera sutil pero intencionada.

Con un eje centrado en la pandemia, lo expresado confirmó el nivel de “distancia” política que maneja con el Frente de Todos alrededor de un posible acuerdo con ese espacio, que se viene gestando desde el 2020. "Hay una nueva realidad, pero la pandemia no puede ser la única realidad", expresó enfáticamente el Gobernador cordobés, marcando una diferencia con el Gobierno nacional. 

Dicha diferencia no son meras palabras, ya que el Gobierno de Hacemos por Córdoba ha tomado una postura de no adherir a las últimas decisiones sanitarias de Casa Rosada, que ahora oficia de “consejera” para la provincias. De este modo, Schiaretti se ha ido despegando lentamente del Gobierno nacional, aunque sin traicionar a otro ejemplar de la misma especie peronista. 

Cabe recordar que el Gobierno nacional tuvo como objetivo seducir a Hacemos por Córdoba para lograr un acuerdo de unidad que los conduzca a un mejor rendimiento electoral en un de los distritos más adversos para el FDT, además de ser una necesidad legislativa para lograr quórum en el Congreso, especialmente en la Cámara baja. Los deseos kirchneristas son los de poder controlar una de las cuatro bancas que el schiarettismo tiene en Diputados, algo que no ha sucedido durante el 2020 y que obligó al Gobierno nacional a negociar recursos por el quórum. 

A partir de la “solución” (o postergación del problema, como quiera verse) que llegó con la reestructuración autónoma de la deuda para Schiaretti (unos 1685 millones de dólares a pagar al 2027 en tres bonos), el gobierno de Hacemos por Córdoba se sacó la soga política del default del cuello y comenzó a destrabarse de las garras kirchneristas que parecían ser el único camino. Tal fue la “liberación”, que incluso llegó a rumorear la posibilidad de que Horacio Rodríguez Larreta le habría acercado una propuesta de fórmula al propio Schiaretti, algo que parece estar lejos de concretarse en la realidad. 

Volviendo a la distancia política entre el espacio que gobierna a Córdoba y el FDT, Schiaretti referenció de manera breve pero explícita cuál es su postura con la gestión de Alberto Fernández. “Cuidamos siempre la diversidad, trabajamos en conjunto con todos los municipios y comunas sin importar que piensa cada uno, lo mismo con el Gobierno Nacional, con el que tenemos una relación institucional correcta", dijo Schiaretti, poniendo en hielo a una relación que alguna vez pudo ser candente. 

Así, y sin ataques, el Gobernador cordobés dejó en claro que el peronismo de córdoba sigue teniendo vigente su ADN independiente, al menos hasta que él siga sentado en el lugar más importante del Panal. La misión de Alberto Fernández de lograr una comunión peronista total en el país no parece estar cerca, ya que se le negó una de las figuritas más difíciles, al menos por el momento. 

No hay que pasar por bajo el hecho de que el propio Fernández aún no hizo una visita oficial a la provincia de Córdoba, un síntoma de ese distanciamiento. El terreno adverso que la “Docta” representa para el Frente de Todos, hace que el Presidente de la Nación no haya podido desembarcar, aunque desde el espacio ya se arme un posible puerto propio de la mano del senador Carlos Caserio.  

La isla de Córdoba, una idea adictiva. 

Además de la distancia marcada por Schiaretti con el Gobierno nacional, el Gobernador cordobés volvió a reflotar la idea de una Córdoba diferenciada, aunque esta vez de un modo “dietético”, ya que no lo hizo en pos de enfrentarse a nadie al mando de la Rosada (como sí había sido a principios de la década pasada). “Entendemos que siempre hay que trabajar juntos entre los que fuimos elegidos por el pueblo, para garantizar la gobernabilidad a cada estamento del Estado. Ese es el mandato del pueblo de la provincia. Y acá hay un modelo cordobés de gestión que interpreta ese mandato y que fue ratificado a lo largo del tiempo en las urnas", destacó Schiaretti.

Si bien desde hacemos por Córdoba parecen haber aprendido que Córdoba no se trata de una isla (encabeza los números de pobreza e inseguridad del país), al schiarettismo más duro parece gustarle mucho la idea del independentismo político que tanto fruto les dio en las urnas a través de 20 años. Y la nostalgia de los años “dorados” parece ser el cemento de una postura inclaudicable que los más cercanos a Schiaretti le atribuyen a su figura.

Un dato no menor es que, en los dos últimos actos oficiales donde el Gobernador cordobés estuvo presente, su espacio parece haber cerrado filas. Presencias exclusivas como la del intendente de Córdoba, Martín Llaryora, la diputada Alejandra Vigo y el vicegobernador Manuel Calvo, hacen pensar que Hacemos por Córdoba ha ido limpiando jugadores de un plantel que parecía mucho más grande, con la actual ausencia de jugadores que parecían ser el posible pivote entre el Gobierno nacional y el Gobierno provincial, como Martín Gill, o Juan Manuel Llamosas. 

Ello no quiere decir que estos actores hayan desaparecido en el espacio. Llamosas se muestra como natural del espacio de Hacemos por Córdoba y algunos dicen que su acercamiento a la Nación fue más un atropello de esta última que un deseo del intendente de Río Cuarto. 

Sin embargo, lo cierto es que Schiaretti parece haber cerrado el juego luego de haber conseguido el músculo político y económico para hacerlo. Quedará por verse para que lado se decanta una fuerza que sin dudas inclinara la balanza para un lado o para otro en los próximos años a nivel nacional. 

Punto por Punto.

Además de los guiños políticos y las expresiones referenciales, Schiaretti realizó un repaso de gestión y enumeró una serie de compromisos que buscará cumplir en este nuevo año, ante la atenta mirada de una oposición provincial que tiene como principal contraargumento el agotamiento del modelo schiarettista luego de tantos años. 

En una primera parte, Schiaretti inició su discurso tocando el tema del coronavirus y la pandemia. El Gobernador aseguró que “Córdoba no tuvo sobresaltos con la primera ola” y también habló de la vacunación, diciendo que la provincia comprará “las vacunas que hagan falta en cuanto entren a venderla los laboratorios a los estados provinciales".

Respecto al “casi” default que sufrió córdoba y el acuerdo de reestructuración que logró en tiempo de descuento, Schiaretti no dejó de exhibir su orgullo. "Córdoba, como es su tradición y su conducta, cumplirá con sus compromisos económicos sin caer en default”, explicó entusiasmado. 

Además, Schiaretti se refirió a la vuelta a clases ratificando el regreso paulatino a las mismas aunque sin dar fechas precisas. "Hemos avanzado con los gremios, los especialistas de salud y el COE, para retomar paulatinamente las clases presenciales”, dijo el Gobernador cordobés, quien días atrás había asegurado el inicio para el 1 de marzo próximo. 

En otro orden, y en uno de los puntos más fuertes, Schiaretti repasó el plan de obras públicas, nombrando los proyectos más importantes para el 2021. Para dicho año, el Panal prevé más inversión en cloacas, rutas y gas natural, como así también obras de infraestructura para lugares carenciados. 

Por último, y en uno de los puntos más deplorables de la gestión schiarettistas en los últimos años, el mandatario cordobés hizo referencia a la seguridad. "En el primer semestre se pondrá en funcionamiento el 'sistema 911' para optimizar las respuestas ante emergencias, con el equipamiento más moderno del mundo", prometió.