Desde el lunes 12/09 al miércoles 14/09, el eje de la información económica local pasó por el Centro Cultural K y el “Mini Davos”, un éxito, sino económico. Tras unos pocos días de “descanso”, el presidente Mauricio Macri viajó a Nueva York, como orador el lunes 19/09 en el día de apertura de la Clinton Global Initiative, presentado por Bill y Chelsea Clinton (padre e hija).
MAURICIO Y EL APOYO A HILLARY
Mauricio en la Fundación Clinton, ¿qué pasa si gana Trump?
Con el primer debate presidencial 1 semana después de la visita de Mauricio Macri a la Fundación Clinton; y Donald Trump achicando diferencias en 30 días (está a 2.1%/3.15% cuando antes estaba a 6.4%/6.9%), se aconsejaba prudencia.
Queda la duda de si no conviene apostar también por Donald Trump, hoy día perdedor según la mayoría de las encuestas, aunque ganador según algunas pero en todas creciendo a una velocidad llamativa. Habrá que ver si puede mantener la tendencia. De todos modos, hoy día apostar ahí tiene más o menos el mismo valor cuando Carlos Menem/Hugo Anzorreguy apostaron por José María Aznar en España, y éste ganó (motivo de la designación, en su momento, de Alejandro Macfarlane en YPF, en los días cuando Alfonso Cortina mandaba en Repsol).
La buena relación Macri-Clinton arranca en junio de 2009 después que “Bill” visitara Ciudad de Buenos Aires para una conferencia promoviendo su Fundación –visita más recordada los US$ 250.000 que habría cobrado y por su paso por un “cabarute” sobre la calle Gallo-. De paso el Gobierno de la Ciudad adhirió al C40, el programa de lucha contra el cambio climático esponsoreado por la Clinton Foundation.
Tiempo y reuniones mediante, la relación con los Clinton y en particular el favoritismo del Presidente por la candidata del Partido Demócrata fue creciendo. Así, en marzo de 2014, Mauricio fue convidado con su esposa Juliana Awada a la cena-homenaje que le hiciera el Consejo Judío Estadounidense en el restaurant Cipriani y en junio 2015 fue uno de los invitados especiales al acto de lanzamiento de la campaña de Hillary en Nueva York.
Pero la relación ha ido mucho más allá de lo personal y se conocieron una serie de declaraciones oficiales, como las poco diplomáticas de la canciller Susana Malcorra respecto a que un triunfo de Donald Trump resultaría “preocupante” para la región, “esperemos que los estadounidenses sepan elegir” (Trump) “opina desde una posición que no es saludable”. A su vez, el Jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña, habló del “respeto, la admiración y la relación que tenemos con Hillary Clinton”; y que “Trump… en lo personal no me gusta anda”.
Semejante tendencia alcanzó su epítome en la entrevista que en agosto brindó el Presidente al sitio web BuzzFeed –aquella de la controvertida reacción presidencial a la cuestión de los detenidos desaparecidos-, cuando, al responder sobre Donald Trump, Macri contestó: “Creo en las relaciones, no en levantar muros y apostamos a eso desde acá, así que espero tener una contraparte que crea lo mismo, pero sus propuestas parecen lo contrario”, un claro apoyo a la elección de Hillary Clinton que llevó a titular la entrevista: “El Presidente argentino acaba de escoger a Clinton sobre Trump”(reforzando la buena relación entre Macri y Barak Obama en la reunión del G20 en China).
Por suerte los estadounidenses no consideran que esto ponga en riesgo su sistema político –o puede que sea simple menosprecio-, como para no tildar de “intervencionistas” las opiniones y actitudes de otros presidentes (imaginemos qué ocurriría en la Argentina si, en tiempo de elecciones, Obama viniese a disertar en una fundación de Cristina pero no en la de sus rivales). Habría que ver si sucedería lo mismo en caso de tratarse del caso de algún gobernanete relevante como la 1er. ministro británica Theresa May o de su par germana, Angela Merkel....
Es cierto que la Fundación Donald Trump está envuelta en escándalos, y hay una investigación judicial en curso, además de una investigación especial del diario The Washington Post.
También es cierto que Macri no guarda una buena impresión de Trump, probablemente porque lo conoció de verdad. Mauricion tenía 24 años y el estadounidense andaba por 40. “Es una larga historia, de hace mucho tiempo. Fue cuando tuve que cerrar un negocio familiar en Nueva York”, le dijo Macri a la cadena estadounidense CBS, cuando le preguntaron por sus vínculos con el republicano. Cerrar en forma literal: Franco Macri estaba muy presionado para concluir su participación en un proyecto inmobiliario en Nueva York, y nunca se pudo aclarar de dónde venía la presión para que abandonara la iniciativa. Pero fue con Trump, socio en la ambición de 150 pisos en la Gran Manzano llamado Lincoln West, que negociaron salirse del juego.
La historia fue revelada en la biografía "Trump: The Deals and the Downfall" (Trump: los negocios y la caída), escrita por el periodista Wayne Barret, colaborador de Newsweek y docente de Periodismo en la Universidad de Columbia.
“Me encanta Buenos Aires, es una hermosa ciudad. Conozco grandes hombres de negocios en la región, como Macri. Es un buen tipo”, confesó Trump en 2012 al diario La Nación, cuando anunció una inversión de US$ 100 de millones en la Trump Tower, en Punta del Este. “Conozco a los dos (Macri), al padre y al hijo, que ahora es jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Me caen bien y creo que son una gran familia. Me dijeron que el hijo está haciendo un buen trabajo en Buenos Aires. Aprovecho para mandarle mis saludos”, completó en aquella entrevista el presidenciable.
Pero Macri va a hablar en el principal brazo de la Fundación Clinton, que también se encuentra denunciada, aunque Barack Obama desafió públicamente a comparar las fundaciones de los Clinton y la de Trump.
Los partidarios de Trump afirman que no sospechan que las de los Clinton no hagan obras de bien, las hay y muchas, merced a los cerca de US$ 2.200 millones que han recaudado en 12 años. Un tercio fue reunido en el exterior, incluyendo aportantes argentinos -socios “visionarios” como Gerardo Whertein, Matias Garfunkel, Eduardo Eurnekian y Jose Luis Manzano, quienes habrían donado entre US$ 2 millones y US$6 millones- y otra gente del mundeo que fue acusada, en algunos casos, como violadores de derechos humanos, por ejemplo.
Las acusaciones de los de Trump contra las fundaciones de los Clinton van desde el uso del cargo de la ex secretaria de Estado para conseguir donaciones de entidades, gobiernos y empresarios “comprando el acceso” a la Casa Blanca (lo que se conoce como “pay for play”; más de la mitad de las entrevistas de Hillary con gente fuera del gobierno, siendo funcionaria pública, fue con “donantes”), gastos logísticos (Bill y Hillary “se patinan” más de US$ 8 millones al año en viajes), direccionamiento del dinero (después del más reciente terremoto en Haití, la Fundación más grande de los Clinton recaudó US$ 30 millones que se emplearon básicamente para financiar nuevos complejos hoteleros con el argumento de que promoviendo el turismo se ayudaría a reconstruir la economía de la mitad más pobre de la isla La Española. Los de Trump dicen que ese dinería tendría que haberse volcado a viviendas populares), uso político (Bill Clinton admite que busca un premio Nobel de la Paz con su trabajo al frente filantrópico), etc.
También es cierto que las denuncias no fueron solamente de Trump. Antes, quien era rival de Hillary en las primarias demócratas, el senador 'Bernie' Sanders, apuntó al objetivo, obteniendo espacio en, por ejemplo, The Wall Street Journal.
Una encuesta cerrada el 04/09 por CNN/ORC afirma que el 38% de los estadounidense entienden que la Fundación Clinton debe cerrarse ya, 22% que debe cerrarse si gana Hillary y 34% que debe cerrarse parcialmente. Entre la sospechada de corrupción Fundación Trump y la cuestionada Fundación Clinton, probablemente Macri tendría que haberse ausentado de ambas.
Con el primer debate presidencial 1 semana después del “endorsement” macrista a Clinton; y Trump habiendo achicado en 30 días a 2.1%/3.15% la diferencia con su contrincante (promedio 4 y 2 vias de Real Clear Politics; desde 6.4%/6.9%), se aconsejaba prudencia.