Un reciente estudio realizado por la Universidad de Salzburgo revela que las lepidópteras, más conocidas como mariposas, han comenzado a extinguirse de manera vertiginosa tras el desarrollo de la agricultura industrial y el uso de pesticidas desde 1960.
LEPTIDÓPERAS EN EXTINCIÓN
¿Por qué no hay tantas mariposas como cuando éramos niños?
Un estudio de una universidad austríaca coincide con investigadores del CONICET en adjudicar el uso de pesticidas como responsable de la extinción de mariposas.
El equipo de investigación liderado por el científico Jan Christian Habel de la Universidad de Salzburgo analizó dos oleadas de desaparición de mariposas en Salzburgo basándose en registros del museo Haus der Natur -de dicha ciudad austríaca-. La primer fase u oleda de extinción correspondería al período de principios del siglo XIX, la segunda, post 1960. Dicha investigación se publicó en la revista de ciencia Science of the Total Environment, hecho que lo dio a conocer el medio Spectrum.
Jan Christian Habel y sus colegas austríacos, observaron con ojo clínico alrededor de 60.000 datos de 168 especies distintas de mariposas de la región del norte de Austria, una área de 7000 kilómetros cuadrados, y de la etapa comprendida entre 1920 y 2019.
En cuanto al período de 1920 a 1960, el comienzo paulatino de la destrucción de pantanos para el cultivo agrícola, provocó , según Jan Christian Habel y su equipo, un primer descenso de la población de mariposas, y además, la emigración de éstas hacia turberas, tipos de humedales lacustres, en altitudes más altas. "Durante este período, por ejemplo, se drenaron muchas ciénagas y praderas húmedas, pero también se transfirieron terrenos baldíos secos al cultivo; el resultado es una disminución continua de especies como Colias palaeno, que se especializan en estos ecosistemas", explicó Jan Habel de la Universidad de Salzburgo.
La segunda oleada de extinción de dichos insectos holometábolos, posterior a la Segunda Guerra Mundial, ocurrió a propósito del abuso de pesticidas, fertilizantes y la eliminación de prados florales de abundante biodiversidad para la proliferación y subsistencia de estos alados coloridos. Con respecto a ello, el doctor Thomas Schmitt del Instituto Entomológico Alemán Senckenberg que participó en dicha investigación, sostuvo:
Ello concuerda con lo expuesto por la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de Ecosistemas (IPBES, en inglés) e investigadores del CONICET como co-participantes en un estudio internacional que concluyó en ocho factores causantes de la disminución mundial de la población polinizadora como las abejas y mariposas. Éstos son: la cobertura y configuración de la tierra; el nuevo manejo de la tierra; el uso de pesticidas; manejo de dichos polinizadores; cambio climático; especies exóticas invasoras; pestes y patógenos y organismos genéticamente modificados.
Cultivo y pesticidas
El investigador Marcelo Aizen, del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente (INIBIOMA, CONICET-UNCOMA), Leonardo Galetto, del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV, CONICET-UNC) y Lucas Garibaldi, del Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales, Agroecología y Desarrollo Rural (IRNAD, CONICET-UNRN) han sido los tres profesionales argentinos en el estudio con IPBES.
Dichos profesionales medioambientales y de el ámbito de la biología vegetal han estipulado que las transformaciones en el paisaje, el manejo local de la tierra y uso de pesticidas han diezmado la cantidad de polinizadores locales. "El pasaje de un suelo cubierto con distintos cultivos a una situación de monocultivos está relacionado con mayor uso de pesticidas. Entonces es difícil separar y distinguir cuánto del efecto sobre los polinizadores se debe a la homogeneización del hábitat y cuánto a los pesticidas”, sostiene Marcelo Aizen.
En ese sentido, las atroces consecuencia ambientales en lo que respecta a desaparición paulatina de polinizadores, según IPBES son: 1) déficits en la polinización; 2) inestabilidad en el rendimiento de los cultivos; 3) mermas en la producción de miel y otros productos de colmena; 4) disminución, en el largo plazo, de la capacidad del sistema de producción de comida para recuperarse de situaciones adversas; 5) reducción en la disponibilidad de frutos silvestres; 6) merma en los polinizadores manejados; 7) declive en la diversidad de polinizadores silvestres; 8) pérdida de diversidad de plantas silvestres; 9) pérdida del valor estético, felicidad o bienestar asociados con polinizadores silvestres o plantas silvestres; 10) pérdida de formas de vida o prácticas culturales tradicionales en las que los polinizadores juegan un papel integral.
Por tanto, lo anteriormente expuesto impactaría de lleno en lo que se denomina biodiversidad cultural y prácticas sociales relacionadas con la polinización, ya que algunas comunidades y sujetos sociales utilizan, por ejemplo, la miel o la jalea real para su alimentación y producción medicinal o cosmética, entre otros.
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