Durante las sesiones de este domingo el bloque minoritario republicano rechazó la posibilidad de poner un tope en el precio de la insulina para el mercado privado, una medida que era parte de un paquete climático y económico de los demócratas. Esta negativa a limitar los montos de este medicamento afectará a millones de diabéticos en Estados Unidos.
RESOLUCIÓN POLÉMICA
Insulina en Estados Unidos: el precio de vivir con diabetes
Desde el bloque republicano en el Senado estadounidense se rechazó la limitación del precio de la insulina para el mercado privado
Esta resolución afectará a millones de diabéticos con seguro médico privado que, de haber sido incluida en la medida aprobada que se dirige a la Cámara de Representantes de Estados Unidos, habrían tenido la chance de no pagar más de 35 dólares por un medicamento que actualmente, ronda un precio que a los pacientes de diabetes les cuesta de 334 a 1,000 dólares mensuales.
Por qué el precio de la insulina es tan alto en Estados Unidos
La problemática sobre los altos precios de los medicamentos en Estados Unidos está instalada desde hace tiempo. De hecho, para 2018, el precio de la insulina en territorio estadounidense era diez veces mayor en comparativa con 32 países, pero existe una diatriba económica: Según estimaciones de la Oficina de Presupuesto del Congreso, la limitación del precio de la insulina podría costarle al Estado alrededor de 23 mil millones de dólares durante la próxima década.
Sin embargo, de acuerdo al reporte de la Fundación Kaiser, 7 millones de personas necesitan la insulina a diario y 14% de ellos usan más del 40% de sus ingresos para pagarla. Bajo este panorama, aunque la tendencia de los países es regular los precios que las farmacéuticas cobren por los medicamentos, no es el caso de Estados Unidos. En la industria estadounidense, los montos de los fármacos no poseen limitaciones que los contengan y los precios fluctúan a discreción de las empresas. Un ciudadano que padece la enfermedad gasta en promedio unos 16000 dólares anuales en gastos médicos, según la Asociación Estadounidense de Diabetes.
Sin embargo, la regulación por 35 dólares propuesta sólo hace referencia al copago o desembolso de los pacientes, pero no al precio del medicamento como tal. Éste quedaría intacto para cientos de miles de personas sin seguro médico, ya que hubiera sido absorbido por las aseguradoras de Estados Unidos, lo que bien podría acarrear aumentos en las primas. Este precio tampoco contemplaba los gastos en insumos para la diabetes que los pacientes deben afrontar, que incluyen reactivos, aparatos medidores, jeringas y otros tantos suministros necesarios para regular la insulina.
¿Existen alternativas para los pacientes con diabetes?
La ciencia avanza a pasos agigantados en tiempos post-pandemia, ya que según el Informe Mundial de la Ciencia de la UNESCO, la inversión mundial en investigación y desarrollo (I+D) registró un aumento del 19% en el último quinquenio. Dentro de este marco, el investigador Vincent Marion y el equipo del laboratorio de genética médica en la Universidad de Estrasburgo desarrollaron un producto llamado PATAS, una nueva clase terapéutica de antidiabéticos para tratar la diabetes tipo 2.
PATAS es un acrónimo de "péptido derivado de PKC alfa dirigido a ALMS" y el investigador puntualizó que trata la fuente real de la diabetes. En contraposición a mitigar las consecuencias de la diabetes y la regulación glucémica, este nuevo enfoque de estudio se dirige al mecanismo biológico que subyace a la enfermedad.
En los ensayos con roedores donde se utilizó PATAS a modo de inyecciones subcutáneas una vez por semana, la grasa abdominal de los ratones diabéticos ya no tenía acceso a la glucosa, y pudieron absorberla nuevamente. Ésta luego se metabolizó sintetizando y secretando lípidos beneficiosos en todo el cuerpo, mientras que al mismo tiempo absorbió lípidos extremadamente tóxicos.
Los resultados apuntaron a una marcada mejora en la resistencia a la insulina después de un mes de tratamiento, basándose en una reducción de la dosis-efecto en el índice de evaluación del modelo homeostático por un factor de cinco. De la misma forma en la que se notó una mejoría en la tolerancia a la glucosa en modelos animales diabéticos. Además, la esteatosis hepática y la fibrosis se redujeron considerablemente en todos los modelos animales diabéticos probados.
Aunque los progresos en este estudio son preliminares, la insulina sigue siendo el principal fármaco para tratar la diabetes no sólo en Estados Unidos sino en el mundo entero. Se estima que la diabetes afecta a un aproximado de 537 millones de personas en todo el globo, siendo la mayoría de ellas con diabetes tipo 2. Este número ha ido en ascenso estos últimos años debido a cuatro factores principales: El envejecimiento de la población, el sedentarismo, los malos hábitos alimentarios y el diagnóstico en edades cada vez más tempranas.
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