'Argentina, 1985' no es un documental sino una ficción con un objetivo comercial: ganar dinero. Esta elaboración fue un acierto argumental de Ignacio Zuleta. Para lograrlo, director y productor deben atraer a un público, elegido en un lado de la Grieta que atraviesa a la Argentina desde mucho antes que naciera Jorge Lanata.
'Argentina, 1985' es una ficción cuyo truco es intentar pasar por historia veraz. Y hay un nicho de argentinos que lo cree, en parte porque no tiene contra qué comparar. Quienes vivieron la historia de verdad, no les resultan creíbles a los novatos. En cuanto al Juicio a las Juntas, que no es la que cuenta Luis Moreno Ocampo, apenas un 'suboficial' judicial, en un tema que resolvieron 'los generales' de la política, y lo hicieron tan mal que desde 1987 sufrieron un levantamiento 'carapintada' por año, vuelo directo hacia la 'Obediencia Debida' y el 'Punto Final', además del levantamiento guerrillero en La Tablada, cadena de desgracias que erosionó el gobierno de Raúl Alfonsín. La mala gestión de la economía hizo el resto. Todavía se ignora qué festeja la UCR, que huyó en 1989, y desde entonces sólo gana elecciones escondida o detrás del Frepaso o detrás del PRO.
Luis Alejandro Rizzi es abogado, fue gerente general de Aerolíneas Argentinas en los días de Alfonsín, conoce a la UCR y Urgente24 ha publicado varios de sus análisis políticos. Acaba de dar su enfoque sobre el largometraje en cuestión: "(...) Usaron como tema una cuestión muy trajinada en la Argentina, como fueron los años '70, condicionados por una subversión criminal y asesina y el modo en que fue reprimida. Así el juicio a las Juntas militares se presenta como un hecho histórico irreversible y dogmático, por haber condenado la forma de represión. Ese juicio sirvió de fundamento para obtener jugosas “reparaciones” en nombre de los “derechos humanos”, lesionados por un estado presuntamente asesino. Las víctimas de la subversión quedaron en el olvido, los “derechos humanos” no le aplican. “1985” no es un documento histórico, reitero es un negocio, un muy buen negocio, un negocio legítimo. (...)".
La historia
El argumento o guión de 'Argentina, 1985' fue escrito por su director, Santiago Mitre, y por su amigo y también director, Mariano Llinás, coproducido por Axel Kuschevatzky -famoso por participar de 'El Secreto de sus Ojos' y 'Relatos Salvajes', entre otros largometrajes en los que representó o a Telefe / Paramount o a Infinity Hill; y de los que participa la productora de Hugo Sigman y casi siempre protagoniza Ricardo Darin-. Su relato:
- "Nosotros, junto a Santi Mitre y a Mariano Llinás iniciamos el proyecto. Empezamos a charlar de hechos significativos que no tenían película, y en ese contexto Santi me dice: El juicio a las Juntas, nadie la hizo. Entonces lo miré a Santi y le dije: Hagámosla!"."
- "En lo personal yo empujé hacia una estructura narrativa más ortodoxa porque en las primeras versiones del guion se trataba de una peli más coral, con bloques narrativos; más rara, una historia que iba y venía. Yo, cuando nos dimos cuenta de eso dije: No! Esta es una de Spielberg."
(¿Se refería a 'La lista de Schindler' o 'Rescatando al soldado Ryan'?).
Imposible entender la 2da. Guerra Mundial desde cualquiera de ambos productos, por más éxito que tuviesen. Tampoco se lo propuso Spielberg.
Sin embargo, hay 'argentos' que quieren comprender y tomar posición sobre el pasado reciente argentino, comiendo pochoclo mientras miran 'Argentina, 1985'. Error del que son cómplices los periodistas ladriprogresistas, satisfechos con el relato del pasado que se construyó con los Kirchner, una batalla cultural que no quiso dar el cobarde Mauricio Macri y, parte de la valentía que la derecha le reconoce a Javier Milei, es atreverse a tocarle el traste a los elefantes sagrados.
El trabajo anterior del grupo fue 'La Cordillera', trabajo que prometió mucho y concretó poco, en especial por graves fallas del guión en los 20 minutos finales.
Omisiones
Mitre / Llinás buscan revancha en 'Argentina, 1985', una historia que no conocen. Llinás: "Mi mama era enloquecidamente alfonsinista y viví el retorno de la democracia como una fiesta, cada paso que la democracia daba impactó de una manera muy central en mi casa."
Curioso: Raúl Alfonsín no es mencionado en la historia.
Tal como señala Pablo Raciopp , autor de 'Un Juicio Inadvertido', en la web Faro Argentino, "(...) Sólo es retratado una vez, fugazmente y de lejos, en la escena que narra la cita con Julio Strassera en las vísperas del juicio. Casi una sombra. Y este es quizá el mayor punto de sensatez de este relato ya que ese encuentro marca la decisión del Presidente de no incidir en el juicio, de haber respetado en la práctica la división de poderes."
¿Fue total la prescindencia o Alfonsín estaba convencido de que el 'ambiente de época' aseguraba el desenlace buscado? Moreno Ocampo, aparentemente, da fe de la supuesta prescindencia. Llinas: "Cuando nos estaba ganando la ficción por no conocer suficientemente el tema fue cuando paramos, investigamos en profundidad con la ayuda de dos colaboradores, Martín y Federico, y nos empezamos a juntar con (Luis) Moreno Ocampo (...)".
Luego, "El Diario del Juicio (Editorial Perfil) fue la herramienta principal de trabajo que tuvimos, casi indispensable." (En la edición del 27/05/1985, Alberto Fernández fue columnista de la publicación).
¿Y cómo se llegó a los 30.000 detenidos desaparecidos? Sin duda, una inexactitud histórica llamativa, demostración de Mitre, Llinás y el resto nunca harán 'revisionismo' sino que van por lo 'políticamente correcto'. El libro documental 'Nunca Más' certificó 8.961 casos. A casi nadie le importó los 30.000 de 'Argentina, 1985'.
¿Y por qué esos generales enjuiciados habían dado un golpe de Estado? Pregunta gigantesca a la que tampoco se atrevieron Mitre y Llinás. La omisión, muy probablemente, convenció a la billetera de Hugo Sigman. Este vacío es descalificatorio del largometraje, más allá de que a la mayoría de los espectadores tampoco le resulta llamativo, quizás porque ellos tampoco lo saben. Ignorancia con ignorancia se paga.
El terrorismo
Hora de regresar al relato de Rizzi:
"(...) pude haber sido uno de los muertos del terrorismo asesino de los '70, me salvé del atentado del 'Ibérico' por 10 minutos, una casualidad.
Tenía estudio en Córdoba 1417 2º piso 'D', esa noche, creo que era un jueves tenía que terminar un recurso que, debía presentar en el Banco central, que en esa época, su oficina de sumarios, funcionaba en la calle Sarmiento donde hoy están radicados Juzgados del Trabajo. Nuestro cliente nos había avisado esa mañana que viajaba al día siguiente a Nueva York y por ese motivó debía terminar el recurso para que lo firmara el viernes a primera hora.
Trabajé hasta las 2:00 de la madrugada, pero a eso de las 11:30 PM tenía hambre y fui al 'Ibérico' a comer un sándwich en la barra, era el único bar del barrio que creo no cerraba nunca.
Me encontré con el Sr. Ugarte, que era marino retirado y abogado, lo menciono de modo concreto, porque sería la persona apuntada para producir el acto terrorista que ocurriría apenas pasada la media noche.
A Ugarte lo conocí mientras hacia el servicio militar en el SIN en los años 1961/62, siendo uno de mis compañeros de conscripción Miguel Bonasso, con el cual ahora comparto un excelente médico clínico, a veces nos encontramos en la sala de espera y conversamos sobre aquellos años...
En aquella época Ugarte era teniente de fragata.
Quiso la casualidad que lo encontrara, esa noche, en la barra del 'Ibérico', a mi espalda estaba la escalera que llevaba al sótano dónde estaban los baños. Me presenté, me contó que había estudiado Derecho y que ejercía la Abogacía que, le gustaba trabajar a la noche y que generalmente iba al bar a eso de las once a comer algo. Cuando terminé mi sándwich le dije que debía seguir trabajando en un recurso, pagamos y nos quedamos unos cinco minutos conversando en la esquina de Córdoba y Uruguay, eran las 11:55, con la promesa de reencontrarnos en cualquier momento.
Terminé mi recurso a eso de la 1:45 y salí para regresar a mi casa y allí fue cuando vi que el 'Ibérico' estaba parcialmente destruido, pregunté a uno de los policías y me explicó del atentado que había ocurrido a la 0:05, que había 1 o 2 muertos.
La subversión criminal, secuestró, torturó y mató, debo decir que en general asumió su responsabilidad sediciosa tal como en el caso del general Pedro E. Aramburu, a quien asesinaron, luego de un “juicio”.
(...) Vivimos, fuimos contemporáneos, de esos hechos, más de una vez debíamos correr a buscar a nuestros hijos a los jardines y colegios, por ataques terroristas que generaban temor en la población. Recuerdo que en una de esas búsquedas de mis hijos me encontré en medio de un tiroteo entre bandos de encapuchados a la altura de Avenida Las Heras y Agüero a eso de las 3:00 de la tarde.
Incluso en esa época el gobierno constitucional dispuso el aniquilamiento de la subversión y toleró la existencia de la triste AAA.
En 1973 el gobierno constitucional disolvió la Cámara Federal que juzgaba a los imputados por hechos subversivos y liberó a los condenados, con esas dos decisiones, se abrió el camino al “vale todo”.
No somos nosotros a los que nos corresponde emitir un juicio histórico sobre esos años porque todos fuimos parte e interesados. (...)".
Nada de esto hay en 'Argentina, 1985', un relato frívolo con ínfulas de historia certera.
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