El domingo 25/4 hubo protestas en varias ciudades del mundo -París, Los Ángeles y Tel Aviv- por una decisión judicial que consideró a Kobili Traoré autor de un crimen antisemita pero "penalmente irresponsable" por haber actuado en un estado de psicosis delirante debido al consumo excesivo de marihuana.
FALLO CONTROVERSIAL
El autor confeso de un asesinato antisemita en Francia no será juzgado: Fuertes protestas
El crimen de Sarah Halimi fue el décimo asesinato antisemita en Francia desde 2006. La justicia francesa consideró que su autor no puede ser juzgado por haber actuado en un estado de psicosis delirante debido al consumo excesivo de marihuana.
En 2017, Traoré asesinó a su vecina judía, Sarah Halimi, de 65 años, en su departamento, a golpes y arrojándola por la ventana.
Thousands came out across France to protest the court decision that Sarah Halimi’s murderer won’t be tried because he was out of his mind due to pot smoking. No one understands. pic.twitter.com/R5pArQ5PXB
— Eleanor Beardsley (@ElBeardsley) April 25, 2021
Halimi era una directora de guardería jubilada, judía ortodoxa.
Traoré confesó haber cometido el asesinato.
El hecho de que Halimi era la única judía en el edificio y que el agresor gritara "Alahhu akbar" durante el hecho, así como que proclamara luego haber "matado al Shaitan" (nombre árabe dado a uno o más genios malignos del Islam que tientan a los hombres a pecar, de la misma manera que el Satán judeocristiano) hicieron que fuera percibido por el grueso de la sociedad francesa como en crimen antisemita.
Se trató del décimo asesinato antisemita en Francia desde 2006, cuando Ilan Halimi, de 23 años y sin relación con Sarah, fue secuestrado y torturado hasta la muerte.
Pero en el caso de Sarah, el gobierno y los medios tardaron meses en describir el asesinato como antisemita, lo que suscitó muchas críticas entre figuras públicas tales como Bernard-Henri Lévy.
El gobierno finalmente reconoció la motivación antisemita en el crimen pero en 2019, el asaltante fue declarado penalmente irresponsable por haber actuado en un estado de psicosis inducido por el consumo de cannabis, por lo que, según las leyes francesas, no puede ser llevado a juicio.
La decisión fue apelada y siguió un camino judicial que encontró su última parada el pasado miércoles 14/4, cuando el Tribunal Superemo de Apelaciones de la Corte de Casación confirmó las sentencias de tribunales inferiores: Traore no puede ser juzgado porque estaba demasiado drogado con marihuana para ser responsable penalmente de sus acciones, cometió el asesinato tras sucumbir a un "ataque de delirio".
El domingo, según France24, unas 25.000 personas se movilizaron en París y otras ciudades francesas, así como en Israel.
El mismo presidente francés Emmabuel Macron pidió un cambio en la legislacion, para garantizar que las personas asuman responsabilidades por delitos violentos que cometan mientras se encuentran bajo la influencia de las drogas.
La principal protesta, convocada por el Consejo Representativo de Instituciones Judías de Francia, se celebró en el icónico mirador de Trocadero, en el centro de París, donde también acudieron personalidades de prácticamente todo el espectro político del país.
"Decidir tomar narcóticos y luego 'volverse loco' debería, en mi opinión, no eliminar su responsabilidad penal", subrayó Macron al periódico Le Figaro.
Los abogados de la familia de la víctima han dicho que llevarían el caso al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Además, la hermana de la mujer asesinada buscará presentar la causa a las autoridades de Israel. El derecho penal en Israel puede aplicarse a los delitos de antisemitismo cometidos en el extranjero cuando las denuncias son presentadas por ciudadanos israelíes. Pero, por regla general, Francia no extradita a sus ciudadanos.
El doctor Shimon Samuels, director de Relaciones Internacionales del Centro Wiesenthal, dio un discurso frente a la Embajada francesa en Israel durante las protestas, en el que impulsó la creación del movimiento ”Jewish Lives Matter” (Las Vidas Judías Importan).
Samuels comenzó su discurso recordando el ataque con bomba a la sinagoga de la Unión Liberal Israelita de Francia, en octubre de 1980. El atentado causó 4 muertos y más de 40 heridos. Las víctimas todavía esperan justicia. Ese ataque terrorista dio origen a una ola de atentados contra judíos en Europa, recordó Samuels, que concluyó con el ataque al restaurante judío Jo Goldenberg en París en 1982, en el que murieron 6 personas. “De los tres asesinos, dos obtuvieron refugio en Cisjordania y uno en Noruega.”
Samuels sugirió “estudiar la viabilidad de que el Estado de Israel solicite una extradición para su juzgamiento en Jerusalén” bajo la “jurisdicción universal” en todos esos casos en que la violencia antisemita sea tratada de forma inadecuada, como ocurrió en el caso de Sara Halimi.
“Esto podría ser impulsado por un nuevo movimiento: “JLM”, Jewish Lives Matter (Las Vidas Judías Importan)”, concluyó..
"Este caso es desgarro puro. Es desgarrador el destino de esta mujer, Sarah Halimi, directora de guardería jubilada, a la que molieron a palos antes de defenestrarla. La abúlica palinodia en torno a si se consideraba este asesinato antisemita o no; un asesinato perpetrado a gritos de 'he matado al diablo'", escribió Bernard-Henri Lévy en el artículo "Por una 'ley Sarah Halimi'", publicado en el diario El Español.
"El silencio de las asociaciones feministas que hacen una gran labor de apoyo a las mujeres maltratadas, víctimas de la violencia doméstica y cuya voz, esta vez, no escuchamos."
El veredicto, en diciembre, del Tribunal de Apelación, y hoy, del Tribunal de Casación, en el que se falla que Kobili Traoré, el asesino, con un historial delictivo que acumula una veintena de condenas, actuó, en esa ocasión, presa de un acceso de psicosis delirante y que, por tanto, se le considera penalmente irresponsable.
Por no hablar de las buenas almas que, viendo que la ley ha hablado, pero que no se ha hecho justicia, siguen repitiendo que 'comprenden la conmoción de la comunidad judía', ¡como si fuera solo la comunidad judía, y no toda la nación, la que tuviera motivos para sentirse ofendida por este juicio malogrado y este luto que ahora se torna imposible!"
(...)
El Tribunal de Casación podría —perfectamente— haber ido más allá de una interpretación restrictiva de los textos, como hace todo el resto del año; tenía derecho a comentar el silencio de una ley que se abstiene de distinguir entre "acceso de psicosis delirante" y "locura". Dicho de otra manera, bien que podría haber puesto sobre la mesa la cuestión de este vacío jurídico y, preocupado por ver cómo se estaban confundiendo la irresponsabilidad penal y la inmunidad moral, emitir el siguiente veredicto: "Es cierto que no se juzga a los enfermos mentales y que se entiende que un hombre cuyo juicio está nublado por la locura es irresponsable en términos penales; pero ¿qué pasa con quien no está loco? ¿Qué pasa con el yihadista que toma Captagon para envalentonarse? ¿Y qué pasa con aquel que, al tomarse una sustancia desinhibidora, ha sido el causante de su propio trastorno neuropsíquico?".