Muchos, comenzando por María Corina Machado, creen que Donald Trump expulsará a Nicolás Maduro del poder. No han explicado cómo ocurriría eso. Invasión por tierra no habrá porque el 'trumpismo' (MAGA) no soporta un 'marine' muerto por Venezuela. ¿Negociar? El inservible Marco Rubio (le han dado el tema Venezuela porque lo han quitado de Medio Oriente y de Rusia que es todo de Steve Witkof) afirma que carece de sentido 'negociar' con Maduro. ¿Y entonces qué?
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Donald Trump vs. Nicolás Maduro: Fuegos artificiales y derrota de redes sociales
Nicolás Maduro sigue en el Palacio de Miraflores pese a Donald Trump. Algunos dicen que así Trump fortalece a Maduro. Está pasando en redes sociales.
Aquí 2 recortes acerca de este enfoque. Uno de la web de info acerca de commodities Oilprice.com/ y el otro de la web de noticias políticas de Washington DC, TheHill.com/
La estrategia de Trump podría fortalecer a Maduro
La web especializada Oilprice, muy consultada por la gente del petróleo, difundió días atrás un comentario de su Consejo Editorial:
"El enfoque actual de Estados Unidos hacia Venezuela es una estrategia deliberada de estrangulamiento financiero, como ya hemos señalado, con el objetivo de debilitar la capacidad de Maduro para financiar su red clientelar y sus redes económicas paralelas. (...) Esta es la clásica lógica de cambio de régimen blando que asume, quizás erróneamente, que este sufrimiento económico fragmentará a la élite más rápido que generará un nuevo sentimiento nacionalista que impulse a Maduro.
Esta es una estrategia arriesgada en cuanto a la oportunidad. Washington está perdiendo el control de la narrativa dentro de Venezuela, y la imagen del "robo de petróleo" de Maduro se está difundiendo con bastante éxito en las redes sociales, mucho más rápido que los tecnicismos de las sanciones.
Esta narrativa está empezando a captar audiencias que no son pro-Maduro. Se está infiltrando en segmentos opositores e indecisos que son hostiles a Maduro, pero profundamente sensibles a las violaciones de la soberanía. Una vez que la aplicación de las sanciones se vuelve más visible y genera mejores titulares, se vuelve más difícil separar la presión contra el régimen del castigo contra el país.
El segundo riesgo de Washington es la contención de la oposición. La influencia de Machado depende de ser vista como el vehículo para la restauración nacional, no como una imposición extranjera.
Si las acciones estadounidenses dominan la historia, la oposición podría perder impulso al ser vista como un proyecto externo. Una intromisión extranjera. Históricamente, eso es algo que beneficia al Presidente en el poder. Incluso más que la recuperación económica, Maduro necesita suficiente cohesión social para evitar una deserción masiva. Trump se está precipitando en este juego.
El equilibrio debe ser perfecto. Si las cosas avanzan con demasiada lentitud, el régimen podría adaptarse (con la ayuda de algunos salvavidas ocasionales de Irán y China), y considerando que las sanciones ya se han incorporado en gran medida como un elemento permanente de la vida económica venezolana. Si bien su red de apoyo está siendo presionada, los más leales a Maduro lo están aún más ahora. Washington requiere un enfoque más cauteloso para evitar que la historia se desvíe de la política de élite a la identidad nacional."
Todo muy confuso
Laura Kelly y Filip Timotija en The Hill acerca de la ausencia de precisiones operativas de parte de Donald Trump:
"La campaña de presión del presidente Trump contra el líder venezolano Nicolás Maduro continúa intensificándose, con su amenaza la semana pasada de imponer un bloqueo a los petroleros sancionados, pero el mensaje del gobierno sobre su resultado final solo se ha vuelto más confuso.
Trump no ha descartado una guerra con Venezuela, advirtiendo el martes 16/12 que la presencia militar estadounidense en la región solo crecerá hasta que Venezuela devuelva el “petróleo, la tierra y otros activos que previamente nos robaron”, en una aparente referencia a la nacionalización de la industria energética de Venezuela.
La especulación de que la Administración Trump busca un cambio de régimen se vio alimentada por las declaraciones de la jefa de gabinete de Trump, Susie Wiles, publicadas en Vanity Fair la semana pasada. Wiles afirmó que Trump "quiere seguir haciendo estallar barcos hasta que Maduro se dé por vencido. Y gente mucho más inteligente que yo al respecto dice que [Maduro] lo hará".
El secretario de Estado, Marco Rubio, no especificó el viernes si esto constituye un cambio de régimen. "Pueden interpretarlo como quieran", dijo sobre los comentarios de Wiles.
La Administración Trump también procedió a designar a Venezuela como organización terrorista extranjera e impuso nuevas sanciones a los familiares de Maduro. Esto se suma a una campaña de meses de controvertidos y letales ataques militares contra lanchas rápidas en el Caribe presuntamente dedicadas al tráfico de drogas. (...)
Trump ha declarado que USA se encuentra en un conflicto militar con cárteles de la droga armados y ha amenazado repetidamente con ampliar su campaña para incluir objetivos terrestres. Wiles, en el artículo de Vanity Fair, sugirió que esto requeriría una ley del Congreso para autorizar el uso de la fuerza.
"Si él autorizara alguna actividad en tierra, entonces sería una guerra, entonces [necesitaríamos] al Congreso", dijo Wiles.
Rubio dijo el viernes que hasta ahora “no ha sucedido nada que nos obligue a notificar al Congreso u obtener la aprobación del Congreso o cruzar el umbral en la guerra”.
Varios demócratas y expertos legales no están de acuerdo y sostienen que los ataques militares a barcos y la confiscación de petroleros son actos de guerra que deberían requerir la autorización del Congreso.
Rubio también sugirió que la diplomacia con Maduro puede ser inútil, y dijo a los periodistas que no se puede negociar un acuerdo con "esta gente", como tampoco se puede negociar un acuerdo de paz con la mafia.
“El status quo actual con el régimen venezolano es intolerable para Estados Unidos: el status quo de que operen y cooperen con organizaciones terroristas en contra del interés nacional de Estados Unidos”, dijo Rubio.
(…) USA y Venezuela se encuentran ahora en una “zona gris”, ya que Trump supuestamente dejó que el plazo para que Maduro abandonara el país expirara en noviembre y luego incrementó gradualmente la escalada militar , dijo Michael McCarthy, presidente de la asesoría de investigación Caracas Wire.
“Pensaron que todo era pura fanfarronería, un juego de póquer, pero ahora es real y es ambiguo”, dijo.
McCarthy dijo que Trump ha perdido el potencial elemento sorpresa para una acción militar a gran escala, lo que hará que los posibles ataques sean más costosos y más difíciles de vender al Congreso.
(…) La líder opositora venezolana, María Corina Machado, dijo que apoya “absolutamente” el enfoque del presidente hacia Venezuela y se hizo eco de las afirmaciones de Trump de que los días de Maduro están “contados”.
(…) Pero hay una parte importante de la base de Trump que se opone a cualquier intervención extranjera, y Trump hizo campaña principalmente con el objetivo de sacar a Estados Unidos de las guerras.
Matt Duss, vicepresidente ejecutivo del Centro de Política Internacional, dijo que Trump parecía estar moviéndose en la dirección opuesta con su enfoque hacia Venezuela.
“No solo está incumpliendo esa promesa, sino que su agresión contra Venezuela evoca los peores momentos de la violencia y la dominación imperialista estadounidense en América Latina”, dijo Duss. “Deberíamos alejarnos de esa historia, no reiniciarla”.
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