El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, tiene razón cuando dice que "la situación en Medio Oriente es la más peligrosa desde al menos 1973". Washington se enfrenta a un dilema ineludible. ¿Cómo disuadir más ataques mortales de Irán o del eje de la resistencia sin infligir daños tan graves que deriven en un guerra más amplia en Medio Oriente?
OPCIONES
Dilema de USA: ¿Cómo vengarse de Irán sin entrar en guerra?
USA baraja varias alternativas antes de ejecutar la represalia contra Irán cuya eventual desmesura podría desencadenar una guerra más amplia en Medio Oriente.
Según medios internacionales, el presidente Joe Biden que prometió poderosas represalias tras el ataque con drones de grupos militantes radicales respaldados por Irán que operan en Siria e Irak y que mató a tres soldados estadounidenses e hirió al menos a 34 contra el puesto militar Torre 22 en Jordania, cerca de la frontera con Siria, el lunes (29/01) ordenó a sus asesores que presenten una gama de opciones de respuesta para disuadir enérgicamente otros atentados.
“Responderemos con decisión a cualquier agresión y haremos responsables a las personas que atacaron a nuestras tropas”, informó Antony Blinken . "Esa respuesta podría tener múltiples niveles, presentarse en etapas y mantenerse en el tiempo". Si bien la idea es no buscar una escalada mayor, la represalia es inevitable. Estados Unidos contratacará. El desafío es medir y amortiguar el impacto de la “venganza” cuya eventual desmesura podría desencadenar una guerra más amplia en Medio Oriente
El atentado fue revindicado por el grupo Resistencia Islámica, respaldado, como muchos grupos de resistencia, por Irán que justificaron por el auxilio estadounidense a Israel. Irán niega participación alguna pero USA ya responsabilizó directamente a Teherán.
3 opciones contra Irán
Estados Unidos teme desencadenar una guerra más amplia con Irán. Según The Wall Street Journal, 3 son las formas (unas más peligrosas que otras) de castigar al país que financia a terroristas:
- Un ataque directo contra Irán
- Golpear a los grupos proxy del régimen o al personal en el extranjero
- Aumentar la presión financiera sobre la maltrecha economía de Teherán
Ataque directo a Irán
La primera opción, acaso la más peligrosa y la que inevitablemente desencadenaría una gran guerra regional, es liderada por los republicanos. Consiste en que el ejército estadounidense despliegue ataques sin precedentes contra objetivos en territorio iraní. Ni Donald Trump se animó a hacerlo en 2019 después de que Irán derribara un dron de vigilancia estadounidense.
Los partidarios de Trump calificaron a Biden de débil y citaron el asesinato por parte de la administración Trump del comandante de la Fuerza Quds, Qasem Soleimani , en 2020 como un ejemplo de un ataque disuasivo exitoso. Sin embargo, esa operación disuasiva fracasó en cierto punto ya que aquel asesinato de uno de los hombres mas poderosos y estimados de la región podría explicar en parte la guerra actual entre Hamas e Israel.
En diciembre de 2023, el portavoz del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, Ramadan Sharif reveló que la masacre en los kibutz fue parte de un venganza por el asesinato de Qassem Soleimani. Hamas luego lo desmintió aclarando que el atentado surgió en respuesta “a la ocupación sionista y su agresión constante contra nuestro pueblo y nuestros lugares sagrados".
Otros nortemaricanos más cautelosos plantearon la idea de atacar la infraestructura periférica de exportación de petróleo de Irán o su marina.
Golpe a grupos proxy
Estados Unidos puede responder indirectamente contra Irán, es decir, proporcionalmente apuntando al llamado “eje de resistencia” de Irán, en lugar de al propio Teherán.
“Atacar a su personal paramilitar de la Fuerza Quds en Siria, Irak y Yemen, atacar barcos iraníes en el mar o montar un ataque importante contra el grupo de milicias respaldado por Irán que se consideró responsable”.
Sin embargo, ese ciclo de venganza podría salirse de control y alcanzar al propio Irán. Esta represalia está en línea con los ataques norteamericanos a 3 instalaciones utilizadas por el grupo Kataib Hezbollah, respaldado por Irán, en Irak.
Sanciones económicas
Wall Street Journal también evalúa que la administración de Joe Biden podría ampliar la lista de sanciones contra Irán y presionar a otros aliados occidentales para que las apliquen. “Estados Unidos ha impuesto sanciones más duras a Irán que cualquier economía de buen tamaño del mundo, pero no todas se aplican”.
“Las sanciones estadounidenses existentes tenían como objetivo obligar a Teherán a cumplir con su programa nuclear, frenar su desarrollo de misiles balísticos y frenar la capacidad del régimen para financiar la inestabilidad regional a través de su conjunto de representantes militantes. Sin embargo, el régimen ha desarrollado un sistema comercial y financiero internacional que ayuda a aislar su economía de estas medidas financieras”.
En este punto sopesan la posibilidad de perturbar las ventas de energía sancionando a las empresas y bancos extranjeros que están ayudando a Irán, incluidos entidades de China, el mayor comprador de petróleo del país.
“La administración Biden debe golpear a Irán donde más duele, los mismos bolsillos que alimentan y financian a los representantes terroristas de Teherán”, dijo la senadora Joni Ernst , republicana de Iowa que forma parte del Comité de Servicios Armados del Senado al diario.
El problema de este enfoque es que recrudecería la animosidad con el gigante asiático, y USA podría desencadenar una nueva guerra con otro enemigo por el conflicto irresoluble de Taiwán. Además, tal represalia sería menos tangible e impactante que el fuego.
Desde que consolidó su apoyo a Israel, USA ha sufrido más de 150 ataques por parte de grupos proxy en los que perdió sorprendentemente solo a 3 soldados. El fuego cruzado con los hutíes en el Mar Rojo están en niveles de máximo peligro tras el brutal ataque de USA y Gran Bretaña desde el aire y el mar contra objetivos militares en Yemen.
Es realmente difícil lograr un equilibrio, porque si no devuelven el golpe o pecan de insuficiente fuerza, los ataques continuarán, y, por otro lado, si lo hacen, corren el riesgo de provocar una guerra más amplia. Tal es el dilema que enfrenta el débil e impopular Joe Bien que busca su relección con números negativos de aprobación en las encuestas.
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