El primer ministro de Portugal, António Costa, dimitió este martes de manera express tras verse envuelto en un escándalo de corrupción vinculado al sector del litio y el hidrógeno verde; mientras que su colega socialista de España, el presidente Pedro Sánchez, enfureció a un grueso de la población que marchó en las calles en contra de la Amnistía a los independentistas.
PORTUGAL Y ESPAÑA
António Costa, la amnistía de Pedro Sánchez y vergüenzas del socialismo
En Portugal renunció el premier tras un escándalo de corrupción, y en España, el gobierno de Pedro Sánchez enojó a la ciudadania por una inminente amnistía a los independentistas: cuando el Socialismo usa al Estado para sus chanchullos.
En el caso puntual en jurisdicción lusa, varios miembros del Gabinete tal como el premier Costa están siendo investigados por un entramado de corrupción, prevarización y tráfico de influencias relativo a concesiones de explotación de litio -en las minas norteñas de Romano y Barroso- , que salpicó de lleno al mandatario e incluso le allanaron su residencia.
La Fiscalía ha emitido órdenes de detención para interrogar al jefe de gabinete del premier portugués, dos administradores de su sociedad/ consultora “Start Campus” y un abogado, además de otros imputados como el ministro de Infraestructuras João Galamba, y el presidente del Consejo Directivo de la Agencia Portuguesa del Ambiente.
Además de lo anterior expuesto, la Justicia lusa investiga un entramado de irregularidades en concesiones de proyectos de una central energética de hidrógeno y de construcción de un centro de datos. Costa dijo que sintió “sorpresa” porque la Fiscalía lo incluyó en la actual investigación de corrupción, que hasta el momento ya registró más de 40 lugares.
Así, en la primera plana de los tabloides y diarios portugueses aparece el escándalo de Costa, hecho que les rememora a los lusos a la corrupción de José Sócrates, otro socialista expremier corrupto que desplegó contratos espurios en ‘nombre del asistencialismo’ y terminó en Tribunales.
En 2021, si bien Sócrates zafó de ser juzgado por corrupción al recibir millones de diferentes empresas y entidades bancarias a cambio de contratos públicos, fue juzgado por 31 delitos relativos a fraude, blanqueo de capitales y falsificación de documentos.
Ahora bien, en cuanto a corrupción que salpica ahora a Costa, este actual premier de Portugal, no tuvo más remedio que renunciar a su cargo tras dialogar con el presidente y ahora reza por no arrastrar al fango a más funcionarios públicos.
“Fui hoy sorprendido de que ya se ha instaurado contra mí una causa criminal, obviamente estoy totalmente disponible para colaborar con la Justicia en todo lo que entienda necesario para apurar toda la verdad, sea de la materia que sea”, declaró también Costa antes del anuncio de su dimisión.
Saliendo del escándalo de Costa hacia los pagos limítrofes, en España una multitud salió a las calles en protesta contra los ‘guiños’ del presidente Pedro Sánchez a los independentistas catalanes.
Codicia de poder de Sánchez por el pacto independentista
La furia social en España durante este martes y miércoles se debió a la promesa de Sánchez de una Amnistía a los independistas catalanes, para tener apoyo en bancada para otro mandato bajo el sistema electoral indirecto.
El actual presidente y líder del PSOE/Partido Socialista Obrero Español está negociando una amnistía con los separatistas catalanes (JxCat), lo que le perdonaría el proceso penal a Carles Puigdemont, por ejemplo, pero también allanaría el camino para condonar las penas del terrorismo nacionalista del ETA, como contó U24.
Recordemos que Carles Puigdemont, ex presidente de la Generalitat (autogobierno catalán), permanece en el exilio por el pedido de captura de España tras declarar de manera ilegal la independencia de la Comunitat del Barça.
“España no pacta con traidores. Amnistía no”, dice una de las pancartas de los 7000 manifestantes que se agolparon ante las puertas de la sede del PSOE gobernante, en la calle madrileña Ferraz.
“¡Pedro Sánchez, hijo de Puta” gritaban varios de esos manifestantes a los que se le salió la cadena y que comenzaron a tirar piedras/botellas a los agentes, que respondieron reprimiendo con gases y balas de gomas.
Si bien la mayoría de las protestas durante todo el fin de semana fueron más que nada en los locales del PSOE, el partido de ultraderecha español Vox hizo un gran llamamiento en las redes para pronunciarse en las calles contra tal Amnistía.
"No quebrarán al PSOE” y "no esperamos nada de quienes por acción u omisión apoyan el asedio a las casas del pueblo socialistas… Su silencio les retrata”, han sido las declaraciones a última hora de Pedro Sánchez ante la insurrección en las calles que ha sido fogoneada por la Derecha española.
"La derecha perdió el 23J en las urnas y ahora vuelve a perder en las calles, evidenciando su proyecto excluyente y antidemocrático. Pueden instigar a los ultras, pero España les queda grande. Hay gobierno progresista para rato", cuestionó por su parte la líder de Más Madrid, Mónica García.
Es que en las elecciones de julio, aunque el PP/Partido Popular del conservador Alberto Núñez Feijóo fuese el más votado no alcanzarían los escaños para conformar gobierno. PP tiene a favor 172 escaños (Vox, Coalición Canaria y UPN) frente a las 178 bancas 'contreras' que apoyarían al PSOE (Sumar, Junts, ERC, EH Bildu, PNV y BNG) que se traduce en un horizonte de fracaso dado el sistema de elección indirecta para presidente de la República.
Dicho esto, la Aministía que negocia ahora el gobernante español con los independentistas, no fue el único paso en falso que activó el enojo social en las calles. Una marea de centro derecha se manifestó en Madrid por cansancio, también, ante el actual despilfarro de plata del Estado en cuestiones banales.
Un ejemplo de este asistencialismo absurdo, es decir, no para salud/seguridad, lo ilustra el hecho de que este año el Ministerio de Igualdad español impulsó la app "Me Toca" para dividir tareas domésticas entre género, lo que le costó al estado español €211.750 de euros: ¿realidad o sobreprecio?
Y además, tal como su homólogo portugués, Sánchez y dirigentes del PSOE se vieron mamchados por un colosal escándalo de corrupción, conocido ya como el “caso Mediador”, que no sólo piantó votos del electorado socialista en julio pasado sino que generó el resquebrajamiento de la figura de "impoluto" del Socialismo gobernante.
En el centro de ese escándalo de corrupción está Juan Bernardo Fuentes, un diputado socialista de las Islas Canarias al que su partido forzó a renunciar en febrero tras salir a la luz que habría 'asistido' a empresas que pretendían hacerse con contratos públicos, obtener subvenciones europeas o evitar inspecciones sanitarias durante la Pandemia a “cambio de una contraprestación” financiera.
Según un documento jurídico que expuso AFP, este político de 60 años forjó una red de sobornos que bajo “el primer paso” efectuaba “una transferencia bancaria de 5.000 euros” a una asociación deportiva que presidía el diputado a través de un empresario canario, Antonio Navarro.
Con un costo extra de 3.500 euros más, los empresarios podían agasajarse de visitas privadas al Congreso de Diputados, noches de festejo en hoteles y ‘puticlubs’ con prostitutas, alcohol y drogas.
Según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Canarias al portal 20minutos, hasta el momento ha habido trece detenidos, pero sólo uno ingresó a prisión. Tal organización criminal estaría encabezada por cuatro personas; el exdiputado socialista antes mencionado Juan Bernardo Fuentes; su sobrino Taishet Fuentes; el general de la Guardia Civil, Francisco Espinosa Navas; y el empresario canario Antonio Navarro Tacoronte, todos del Oficialismo.
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