Los Guinness, la dinastía familiar detrás de la popular cerveza negra que lleva su nombre, estuvieron envueltos en escándalos, rivalidades entre hermanos y acusaciones de manipulaciones del precio de sus acciones, al mismo tiempo que se llenaron los bolsillos con millones de libras y lograron altos cargos políticos, e incluso, algunos se convirtieron en nobles.
PUERTAS ADENTRO
Escándalos y rivalidades de la familia que creó la cerveza Guinness
La trama real detrás de la serie House of Guinness, del creador de Peaky Blinders. La dinastía de la cerveza rodeada de escándalos entre la propia sangre.
Todo se remonta a 1759, cuando Arthur Guinness, quien años más tarde se convertiría en el patriarca del clan del lúpulo, fundó la compañía al tomar un concesión de una cervecería en desuso en Saint Jamés Gate, en Dublín, por un contrato de 9 mil años –algo insólito–. Al principio, Arthur Guinness elaboraba una ale ligera al estilo inglés. Sin embargo, fue en 1778 cuando introdujo la port stout, un tipo de cerveza más oscura que sería la base de la Guiness de hoy en día.
Más adelante, su legado terminaría sobresaliendo no sólo por su tipo de cerveza stout, sino también por los escándalos familiaries y las miserias en medio de la disputas entre hermanos por el control de la empresa, lo que quedó expuesto en la reciente serie de Netflix, House of Guinness, del creador de Peaky Blinders, cuya trama la escribió Ivana Lowell, descendiente de los Guinness.
Rivalidad entre hermanos Guinness
El nieto del fundador de la cerveza Guinness, Sir Benjamin Lee Guinness, quien consolidó la empresa cervecera antes de su muerte en 1868, dejó como herederos a sus dos hijos, Arthur (el mayor) y Edwuard (Ned), exceptuando a su hija y otro heredero.
En su testamento, estipulaba que Arthur y Ned debían administrar juntos la cervecería y, en caso de que uno de los dos decidiera dar un paso al costado, su parte pasaría al otro hermano pagando la suma.
"Eran todos muy jóvenes y su padre les dejó a ambos una enorme responsabilidad y un enorme legado. Cada uno se vio obligado a encontrar su propio camino”, afirma Ivana Lowell, descendiente de la dinastía cervecera, a cargo del libreto de la serie House of Guiness y cuyo linaje incluye a la novelista Lady Caroline Blackwood y a Maureen, marquesa de Dufferin y Ava, una de las célebres “chicas doradas Guinness”.
Lowell cuenta a la BBC que Anne, la única hija mujer, heredó una cantidad simbólica, que luego usó para beneficencias y mejorarles la vida a los enfermos y pobres de Irlanda. Mientras que Benjamín, uno de sus hermanos, se le negó la posibilidad de heredar una fortuna, ya que era considerado un borracho.
Lo que aparece narrado en la serie House of Guinness es la lucha entre los fenianos, (católicos, insurrectos y abiertos a la independencia de Irlanda), y los Guinness, (unioncistas -no querían romper relación con Gran Bretaña- protestantes, aristócratas y ricos) que eran todo lo que repudiaban los fenianos.
En cuanto a Arthur, el mayor, tenía aspiraciones políticas, era conservador probritánico (estaba en contra de la independencia de Irlanda de Reino Unido) y cuando en 1868 fue elegido miembro del Parlamento (MP) de Dublín, se anuló su elección debido a irregularidades electorales y acusaciones de corrupción. Por su vida política dejó al margen a la empresa cervecera.
Según sus biografistas, Arthur se casó con Lady Olivia Charlotte HedgesWhite en 1871. No tuvieron hijos y se rumoreaba que no tenían actividad sexual, lo que alimentó la especulación de que era gay.
En 1876, Edward, el otro hermano que heredó la parte de la empresa, mucho más pragmático y menos político, le compró la parte de Arthur por unas £600,000. A partir de este momento, modernizó la empresa, introdujo nuevas técnicas y fortaleció la marca. En 1886, expandió la empresa en Londres y se convirtió en uno de los hombres más ricos de Irlanda.
Ivana Lowell, autora de House of Guiness y descendiente directa de la dinastía cervecera
En palabras de Ivana Lowell, descendiente de los Guinnes que escribió la trama de la serie de Netflix, su madre Lady Caroline, era alcohólica y a menudo descuidada, y no le contó a Lowell la verdad sobre quien era su padre.
Ella asumía que su padre era el segundo marido de su madre, el compositor Israel Citkowitz, hasta que un amigo, un día después de la muerte de Lady Caroline en 1996, puso en duda esa información.
Una prueba de ADN confirmó finalmente que era hija de Moffat. Lowell describió esta odisea de descubrimientos en sus elocuentes y, en ocasiones, desgarradoras memorias Why Not Say What Happened ("Por qué no decir lo que pasó").
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