Este martes 07/10, el mercado global fue testigo de un hito que ya se esperaba: el precio del oro superó por primera vez los US$ 4.000 por onza, alcanzando un nuevo récord histórico. Esta escalada se da en un contexto marcado por la volatilidad financiera, la incertidumbre macroeconómica y las expectativas de una flexibilización monetaria en Estados Unidos.
ORO MATA DÓLAR
El oro pasó la barrera de los US$ 4.000 la onza y puede subir más
El oro subió 53% en 2025 y marca un récord histórico. Los inversores se refugian en el metal dorado ante el miedo a una recesión global.
A lo largo del año, el metal dorado ya acumulaba una subida cercana al 53%, mientras que desde 2020 su revalorización trepó un 112%. Esta performance lo fue convirtiendo en uno de los activos refugio más codiciados por inversores recelosos de los vaivenes de acciones, bonos y divisas.
¿Cómo se llegó a este récord del oro?
Uno de los principales motores de esta escalada del oro es la expectativa de que la Reserva Federal de Estados Unidos recorte sus tasas de interés. Menor costo del crédito y una potencial caída del dólar hacen que mantener oro —aunque no genere rendimiento por sí mismo— pierda menos en comparación con otros activos financieros.
A ello se le suma una demanda sostenida desde bancos centrales e inversores institucionales. Goldman Sachs proyecta que el precio podría tocar los US$ 4.900 por onza en el corto plazo.
Las tensiones políticas globales y el debilitamiento de la confianza en los mercados tradicionales también empujaron a que los capitales busquen seguridad en activos tangibles.
En Estados Unidos, además, el cierre parcial del gobierno (“shutdown”) ha generado inquietud adicional entre los operadores, al tiempo que la economía muestra señales de desaceleración.
El último informe ADP en Estados Unidos registró una caída de 32.000 empleos en septiembre, la mayor desde marzo de 2023, mientras que datos recientes sobre vacantes laborales y actividad manufacturera sugieren que hay menos demanda de trabajadores y una tendencia al debilitamiento en el sector fabril. Esto refuerza la hipótesis de que la Fed podría aplicar hasta dos recortes de tasas antes de fin de año.
Riesgos en la suba del oro
Pese al esplendor que tiene este mercado, hay nubarrones que podrían frenar su impulso. El cierre gubernamental en Estados Unidos podría limitar la disponibilidad de datos oficiales clave (nóminas, inflación), complicando la toma de decisiones de la Fed. Además, gran parte del alza ya está “comprada” por los inversores, lo que podría provocar una corrección si algo sorprende al alza en política monetaria o geopolítica.
Otro factor para vigilar es el dólar. Si llegara a fortalecerse por razones externas, podría contrarrestar buena parte del recorrido alcista del oro. Y aunque los ETF respaldados en oro mantienen flujos sólidos de capital, su capacidad para seguir absorbiendo nuevas compras tiene un límite.
¿Hacia dónde va la tendencia?
Por ahora, el mercado apuesta a que las tasas en Estados Unidos podrían comenzar a disminuir —posiblemente en tandas de 25 puntos básicos— lo que dejaría más margen para el oro como activo refugio.
Sin embargo, si del otro lado hay sorpresas —como inflación persistente, una Fed que decide contenerse o movimientos cambiarios abruptos—, esa tendencia podría moderarse. Por ahora, el oro goza de protagonismo global, dejando claro que, en tiempos de incertidumbre, sigue siendo un activo al que muchos recurren para proteger valor.
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