EUTANASIA
"Morir con dignidad": Uruguay dio el paso histórico que Argentina aún evita discutir
Uruguay se animó a aprobar la eutanasia tras tres años de debate. En Argentina hay al menos 5 proyectos sobre el tema esperando ser debatidos.
Mientras el país vecino sancionó la llamada Ley de "Muerte Digna" con amplio respaldo político y social, en el Congreso Nacional argentino duermen al menos cinco proyectos que buscan habilitar la eutanasia activa y el suicidio asistido bajo condiciones médicas estrictas.
Argentina no se anima al debate
Aunque desde 2012 rige la Ley de Muerte Digna (26.742) —que permite rechazar tratamientos invasivos o el uso de hidratación y alimentación artificial—, la eutanasia activa sigue penalizada en el país. En cambio, Uruguay dio un paso más al garantizar por ley el derecho a “transcurrir dignamente el proceso de morir”, convirtiéndose en el primer Estado latinoamericano en regular la práctica por vía legislativa.
El nuevo escenario regional aceleró el debate local, donde ya existen propuestas de distintos sectores políticos, pero sin consensos ni tratamiento en comisiones.
Los proyectos que descansan en el Congreso
En los últimos dos años se presentaron cinco iniciativas en el Congreso nacional, impulsadas tanto por legisladores del oficialismo como de la oposición. Todas comparten una misma base: el respeto por la autonomía y dignidad de los pacientes que atraviesan enfermedades graves, incurables o padecimientos que generan sufrimiento físico o emocional insoportable.
El senador Alfredo Cornejo y la senadora Mariana Juri (UCR), por ejemplo, propusieron una “Ley de Buena Muerte” que habilita la eutanasia a partir de los 16 años y plantea la creación de Comisiones Médicas de Asistencia y Evaluación en cada provincia, encargadas de controlar los pedidos y garantizar la transparencia del proceso.
Desde Hacemos Coalición Federal, Miguel Ángel Pichetto presentó un texto que, además de despenalizar la eutanasia, contempla el suicidio asistido bajo supervisión médica. Su proyecto también prevé la exención de responsabilidad penal para los profesionales que actúen conforme a la ley.
Por el lado del kirchnerismo, un grupo de 14 diputados encabezado por Carolina Gaillard y Gabriela Estévez impulsa la “Ley de muerte voluntaria médicamente asistida”, con un enfoque centrado en los derechos humanos y en la articulación con los cuidados paliativos. La iniciativa propone la creación de una Comisión Nacional de Supervisión que reúna a médicos, abogados y especialistas sociales.
En paralelo, un bloque de legisladores de la UCR y el PRO, entre ellos Jimena Latorre, Margarita Stolbizer y Karina Banfi, también presentó su propio texto bajo el nombre de “Buena Muerte Médicamente Asistida”, donde se refuerza la idea del consentimiento informado y la cobertura total del procedimiento dentro del sistema de salud público y privado.
Eutanasia: entre el consenso social y el freno político
Pese a la diversidad de autores y partidos, ninguna de las propuestas avanzó. En parte, por las urgencias económicas que dominan la agenda legislativa y por la resistencia de grupos religiosos que rechazan la despenalización.
El diputado Pablo Yedlin, presidente de la Comisión de Salud, reconoció al portal Infobae que el debate “no tiene fecha” y advirtió que la discusión debería darse en paralelo con la garantía de cuidados paliativos. “Sin ese sistema sólido, desde lo ético es muy difícil sostener el debate sobre la eutanasia”, explicó.
De acuerdo con un relevamiento del Conicet, el 80% de los profesionales de la salud que atienden pacientes graves está a favor de una ley que regule la eutanasia. En tanto, un estudio del Observatorio Pulsar (UBA) muestra que el 77% de los argentinos respalda el derecho de decidir sobre el final de la vida en contextos médicos extremos.
El espejo uruguayo
El caso de Uruguay genera un punto de inflexión en la región. Con el apoyo de una amplia mayoría parlamentaria —20 de los 31 senadores votaron a favor—, el país aprobó la ley luego de más de tres años de debate.
La norma, inspirada en los modelos de Bélgica y Países Bajos, permite solicitar la eutanasia a personas mayores de edad, mentalmente aptas y con enfermedades incurables o padecimientos irreversibles. El proceso incluye evaluaciones médicas, consentimiento escrito y supervisión estatal.
La aprobación generó un fuerte impacto simbólico en el resto del continente. En América Latina, solo Colombia y Ecuador permiten la eutanasia, aunque por fallos judiciales, no por leyes.
Un debate inevitable
La sanción uruguaya reactivó el reclamo de pacientes, médicos y organizaciones de derechos civiles en la Argentina. Para muchos, el país ya no puede seguir postergando una discusión que atraviesa lo legal, lo ético y lo humano.
“Hablar de eutanasia es hablar de libertad y dignidad”, sintetizó un legislador opositor que impulsa uno de los proyectos. “Uruguay demostró que se puede legislar sin tabúes. Ahora es nuestro turno”.
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