CÓRDOBA. La parálisis que Juntos por el Cambio sufre en Córdoba tiene un responsable principal: el PJ. Con la fecha de las elecciones en manos del Gobierno provincial, los movimientos opositores parecen estar congelados hasta nuevo aviso.
FECHAS
Juntos por el Cambio paralizado por juego psicológico
Juntos por el Cambio Córdoba parece estar congelado en el tiempo y no avanza en definiciones. Solo lo hará cuando se conozcan las fechas.
Ello, claro, supone una gran ventaja para los oficialistas que construyen a toda velocidad el aparato completo para llegar bien parados a la fecha que tan sólo ellos conocen. Sin embargo, en Juntos por el Cambio no hay siquiera signos de vida, algo que preocupa por demás a los propios coalicionistas (sobre todo intendentes).
Con la tensión entre Luis Juez y Rodrigo De Loredo en su punto máximo, se volvió muy complicado para Juntos por el Cambio lograr definiciones. Y el tiempo no corre igual para todos.
Además de la ambición de ambos dirigentes por ser candidatos a gobernadores, hay toda una ciudad de dirigentes por detrás, entre quienes se encuentran intendentes, legisladores e incluso posibles funcionarios que están a la espera de resoluciones para comenzar a trabajar en sus propios niveles. Algo que parece imposible hasta que no se resuelva quién será la cabeza de la oposición en Córdoba.
El nivel de parálisis es tal, que Juntos por el Cambio siquiera tiene una fórmula para poder terminar con esa tensión y dar algunas definiciones concretas. Incluso las comunicaciones parecen estar caídas, y los únicos movimientos llegan solo con el estímulo de dirigentes nacionales que arriban a la provincia en busca de sus propias candidaturas.
En cuanto a la fecha electoral en sí, en Juntos por el Cambio no hay ni pistas de lo que pueda suceder. Las especulaciones más recientes es que el Gobierno provincial dispondrá fechas después de junio, tal y como estaba pautado con anterioridad.
No obstante, eso puede cambiar a voluntad del Ejecutivo provincial. Un mínimo escándalo o cualquier evento que suceda en las entrañas del peronismo podría activar la fecha electoral sin previo aviso y a Juntos por el Cambio con los pantalones abajo, con pocas definiciones.
Por otra parte, las indefiniciones nacionales también ejercen presión. Hoy no existe nadie con voluntad de bajar tan solo a recomendar algún tipo de juego para definir al candidato.
De esa manera, la tensión interna en Juntos por el Cambio Córdoba parece estar alcanzando niveles insufribles. Los dirigentes algo de qué agarrarse para comenzar a darle forma a sus propios armados, que muchas veces no responden a los tiempos de los protagonistas provinciales.
Ante la indecisión, incluso algunos consideran poder traspasarse al oficialismo, sin perjuicio de perder su lugar en Juntos por el Cambio nacional. Algo que resulta muy difícil pero que ya está sucediendo con la intendente de Estación Juárez Celman, Myrian Prunotto.
A la radical la podrían seguir varios de los que ya están cansados de la interna entre Juez y De Loredo. Los dos dirigentes encuentran resistencia en algún punto de sus espacios, cuando la lógica indica que ya deberían irse moviendo como socios, cada uno convencido del lugar que le tocó ocupar.
Eso, teniendo en cuenta que el PJ abrió convocatorias para ampliar la coalición de gobierno actual, resulta muy peligroso pensando en el grosor de las filas opositoras. Algo muy importante a la hora de pensar en que Juntos por el Cambio va a competir contra un espacio con raíces en todos los rincones provinciales.
Así las cosas, solo el tiempo dirá si Juntos por el Cambio durmió en la espera. Lo cierto es que los juegos psicológicos están en marcha en Córdoba, y sin dudas serán trascendentales para poder llegar enteros a la competencia real.
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