CÓRDOBA. La renuncia a la presidencia de la Legislatura de Córdoba de Oscar González fue un duro sacudón para el Gobierno provincial de Juan Schiaretti. A través de ese legislador, el peronismo cordobés había logrado una articulación legislativa en la provincia que le aseguraba la gobernabilidad plena.
CAMBIOS
Córdoba: Quién es la nueva N°3 en el poder provincial
Córdoba sufrió un gran cambio en el poder con la salida del legislador Oscar González. Lo reemplaza una mujer del peronismo.
Y su salida, tras el accidente fatal que lo puso en el ojo de la tormenta, fue casi tan grande como su gestión al servicio del Gobierno provincial. Claro, su reemplazo no será fácil.
Precisamente esa tarea le fue consignada a Nadia Fernández. La legisladora es una mujer cercana a la senadora Alejandra Vigo, a su vez esposa del gobernador Juan Schiaretti.
Ahora, Fernández pasará a ocupar ese lugar fundamental que la ubicará como la tercera en la línea sucesoria del poder en la provincia de Córdoba. Algo para nada despreciable en una gestión que, hasta aquí, le dio poco protagonismo al sexo femenino.
El dato que juega en contra de Nadia Fernández es el tiempo. En diciembre, la Legislatura deberá elegir nuevas autoridades para convivir con el Poder Ejecutivo, por lo que su gestión podría ser efímera.
Por eso, la legisladora deberá demostrar solvencia en muy corto plazo. Tal vez así se consiga un pasaje hacia el próximo año, ese que marcará el final de una era en el peronismo cordobés.
Justamente ese recambio generacional, que en caso de victoria tendrá a Martín Llaryora como nuevo líder, le abre la ventana a cientos de dirigentes que querrán ocupar los lugares que “la vieja guardia” vayan dejando atrás. Esos son espacios de poder incalculable dentro de la jurisdicción provincial.
Aunque hay posiciones que no serán libradas con tanta facilidad. De allí devendrán tensiones que probablemente se liberen en un escenario post electoral.
Antes, a Fernández le tocará bailar con una muy difícil: el Mundial. Durante ese evento, la Legislatura cordobesa trabajará arduamente fuera del foco mediático.
Los temas más calientes se discutirán en ese periodo, ya sin el experimentado González manejando los hilos. Una prueba de fuego que, en caso de ser superada por la nueva presidente, será un muy buen pergamino para pegarse al cargo.
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