La búsqueda de medicamentos efectivos para COVID-19 no se dio con tanto éxito como con las vacunas. Casi dos años después, solo algunos han superado ensayos clínicos. Pero la comunidad médica ve con optimismo a la fluvoxamina, un antidepresivo barato y conocido.
FLUVOXAMINA
Barato y conocido: Un antidepresivo es eficaz para COVID-19
Los científicos habían observado el efecto antes, pero ahora un gran estudio corroboró la efectividad del antidepresivo fluvoxamina para COVID-19.
En un gran estudio realizado por investigadores de Canadá, Estados Unidos y Brasil, se descubrió que el medicamento reduce las probabilidades de que los pacientes con coronavirus de alto riesgo fueran hospitalizados.
Los resultados publicados ayer miércoles (28/10), podrían abrir la puerta a nuevas pautas para el uso de la fluvoxamina a nivel mundial.
El antidepresivo se ha recetado de forma segura durante casi 30 años como tratamiento para el trastorno obsesivo compulsivo.
No obstante, con la aparición y propagación del coronavirus, los investigadores pusieron atención al fármaco debido a su capacidad para reducir la inflamación y que, potencialmente, podría contrarrestar la respuesta del cuerpo a la infección.
De hecho, varios estudios más pequeños sobre la fluvoxamina a principios de la pandemia mostraron resultados prometedores, pero ninguno fue tan grande o persuasivo como el publicado ayer en The Lancet Global Health.
Entre los casi 1.500 pacientes con COVID-19 en Brasil que recibieron fluvoxamina o un placebo, el fármaco redujo la necesidad de hospitalización u observación médica prolongada en un tercio, encontró el estudio.
Fluvoxamina para coronavirus
Entre los participantes del ensayo, algunos tuvieron problemas para tolerar el antidepresivo y dejaron de tomarlo. El inconveniente generó dudas entre los científicos sobre la dosis adecuada.
Pero excluyendo a estos pacientes, los beneficios fueron sorprendentes.
La fluvoxamina redujo la necesidad de hospitalización en dos tercios y disminuyó drásticamente el riesgo de muerte: un solo paciente con COVID-19 que recibió fluvoxamina murió, en comparación con 12 que recibieron un placebo.
Otro de los obstáculos para terminar de probar le fármaco, en realidad una fortuna, es el mismo que actualmente tienen los grandes ensayos de tratamientos para coronavirus: la dificultad de encontrar grandes poblaciones sin vacunar y expuestas al virus.
En el estudio, la mayoría de los participantes no estaban vacunados. Pero plantea dudas sobre qué tan bien funcionará el antidepresivo entre los vacunados.
Se necesitan ensayos más grandes para evaluar el uso de fluvoxamina para COVID-19 que corroboren su eficacia. En ese caso, el fármaco podría llegar a países de menores ingresos y con menos acceso a las vacunas, ya que un tratamiento de 10 días cuesta cerca de 4 dólares.
Fuente: The New York Times