A los científicos no les gusta hacer predicciones, pero desde el surgimiento de la COVID-19 la presión los llevó a arriesgar algunas. El año pasado, algunos de ellos sugirieron que las mutaciones del Sars-coV-2 no tendrían un papel tan importante. Pero este año apareció la variante Delta, arrojando más dudas que certezas sobre el fin de la pandemia.
FIN DE LA PANDEMIA
Apareció la variante Delta, ¿qué vendrá después?
Luego de varias predicciones erróneas, los científicos no pueden indicar cuándo será el fin de la pandemia. Esto es lo que puede suceder tras la variante Delta.
Uno de ellos fue Edward Holmes, un experto en evolución viral de la Universidad de Sydney. En un principio creía que el virus evolucionaría para evitar solo parte de la inmunidad humana, pero probablemente haría que las personas se enfermaran menos con el tiempo.
“Un año después, se ha demostrado que estaba bastante equivocado en todo”, dijo Holmes a Science.
El SARS-CoV-2 evolucionó hasta conseguir que la variante Delta sea más virulenta y mucho más infecciosa, causando que más personas se enfermen. Desde su aparición ya no es tan fácil proyectar el fin de la pandemia.
La variante Delta una de las cuatro "variantes de preocupación" identificadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es tan radicalmente diferente del virus que apareció en Wuhan, China, que cambió todos los planes trazados por los gobiernos.
Mientras, el objetivo de alcanzar la inmunidad colectiva (vacunar a tantas personas que el virus simplemente no tiene a quién infectar) simplemente se relega. “Con la aparición de la variante Delta, me di cuenta de que es simplemente imposible lograrlo”, dijo Müge Çevik, especialista en enfermedades infecciosas en el Universidad de St. Andrews, a Science.
Sin embargo, el período más tumultuoso en la evolución del SARS-CoV-2 aún puede estar por delante, dice Aris Katzourakis, biólogo evolutivo de la Universidad de Oxford.
Predecir el fin de la pandemia es tan complicado hoy, como lo era hace un año y medio.
Con todo, la experiencia con otros virus les da a los científicos algunas pistas sobre hacia dónde se puede dirigirse el SARS-CoV-2.
Variante Delta
Entender el interminable curso de mutaciones y arrojar una teoría sobre el fin de la pandemia es complicado, ya que la gran mayoría de ellas no suelen dar ninguna ventaja al virus.
Hay casos obvios, como las mutaciones que cambian la parte de la proteína de pico que se une a las células humanas. Pero los cambios en otras partes del genoma pueden ser igualmente cruciales, aunque más difíciles de interpretar.
El cambio más sorprendente del SARS-CoV-2 hasta ahora, ha sido su capacidad mejorada para propagarse entre humanos. Al comienzo de la pandemia adquirió una mutación llamada D614G que lo hizo un poco más infeccioso.
Esa versión se extendió por todo el mundo y casi todas las cepas actuales descienden de él.
Luego, a fines de 2020, los científicos identificaron una nueva variante, ahora llamada Alpha, que era aproximadamente un 50% más transmisible. La variante Delta, vista por primera vez en India y ahora dominando el mundo, es entre un 40% y un 60% más transmisible que Alpha.
"Estamos acostumbrados a tratar con patógenos que han estado en la humanidad durante siglos, y su curso evolutivo se establece en el contexto de haber sido un patógeno humano durante muchos, muchos años", dice Jeremy Farrar, director de Wellcome Trust.
En julio, Investigadores chinos publicaron un estudio preimpreso que mostraba que la variante Delta podría conducir a niveles de virus en pacientes hasta 1.000 veces más altos que en cepas anteriores, poniendo en duda el fin de la pandemia.
¿Dejan de funcionar las vacunas?
Los investigadores se han preocupado por un tipo de cambio viral, que quizás sea el más inquietante de todos: que el SARS-CoV-2 podría evolucionar para evadir la inmunidad provocada por infecciones naturales o vacunas.
El temor generalizado ante esta posibilidad volvió más urgente la predicción sobre cuándo dejará de hacerse más peligroso el virus y cuándo será el fin de la pandemia.
Derek Smith, biólogo evolutivo de la Universidad de Cambridge, ha aplicado un método desarrollado hace años para mapear el curso de las variantes más importantes.
Los nuevos mapas colocan la variante Alpha muy cerca del virus Wuhan original, lo que significa que los anticuerpos aún lo neutralizan.
La variante Delta, sin embargo, se ha alejado aún más, aunque no evade completamente la inmunidad. Es un poco más probable que Delta infecte a personas completamente vacunadas que las variantes anteriores, pero no una seguridad.
¿Cuándo será el fin de la pandemia?
Aunque es imposible predecir exactamente cómo se desarrollará la infecciosidad, la virulencia y la evasión inmunológica en los próximos meses, algunos de los factores que influirán en la trayectoria del virus son claros.
Uno es la inmunidad que ahora se está construyendo rápidamente en la población humana. Por un lado, la inmunidad reduce la probabilidad de que las personas se infecten y puede obstaculizar la replicación viral.
Aunque no será el fin de la pandemia, el mundo probablemente esté ahora en un punto de inflexión, considera Holmes.
Con más de 2 mil millones de personas que han recibido al menos una dosis de vacuna y cientos de millones más se han recuperado del COVID-19, las variantes que evaden la inmunidad ahora pueden tener una ventaja más grande. Puede que ya sea más difícil para el SARS-CoV-2 lograr grandes avances en la infecciosidad.
El escape a la inmunidad es tan preocupante porque podría obligar a la humanidad a actualizar las vacunas continuamente, como sucede con la gripe.
Sin embargo, las vacunas contra muchas otras enfermedades, como el sarampión, la poliomielitis y la fiebre amarilla, por ejemplo, se han mantenido eficaces durante décadas, incluso en los raros casos en que aparecieron variantes inmunoevasoras.
Algunas pistas sobre el fin de la pandemia pueden provenir de coronavirus con una historia mucho más larga: aquellos que causan resfriados comunes. Se sabe que algunos reinfectan a las personas, pero hasta hace poco no estaba claro si eso se debe a que la inmunidad en las personas recuperadas disminuye o porque el virus cambia de superficie para evadir la inmunidad.
Evidentemente, el virus ha evolucionado para evadir la inmunidad humana, pero taró unos 10 años o más.
Más allá de la gripe, algunos están investigando el propio SARS-CoV-2. En un nuevo estudio se manipuló el virus para saber cuánto tiene que cambiar para evadir los anticuerpos por infección o por la vacuna.
Descubrieron que se necesitaban 20 cambios en la proteína de pico para escapar casi por completo de las respuestas de anticuerpos actuales. Es decir que la vara está demasiado alta.
El fin de la pandemia no puede predecirse, dadas las infinitas posibilidades del curso del virus. De momento, se sabe que las vacunas disponibles disminuyen el riesgo de infectarse, protegen contra la enfermedad grave y de la muerte.
Con fragmentos de un artículo publicado en Science ("Las nuevas variantes del SARS-CoV-2 han cambiado la pandemia. ¿Qué hará el virus a continuación?")