Existió una televisión nacional capaz de deslumbrar a la audiencia con la genialidad de Tato Bores, los productos de exportación de Cris Morena, Mario Pergolini y Natalia Oreiro o las investigaciones decisivas para la vida política de Jorge Lanata.
¿QUÉ HAY DE NUEVO, VIEJO?
La deriva de la TV argentina: de Fidel Pintos y Minguito a Diego Recalde y Emmanuel Danann
Vuelve “Polémica en el bar”, de la mano del clan Sofovich. Pero, ya no habrá un Javier Portales o un Jorge Porcel. Apenas, un Carlos Maslatón.
En 2025, la “caja boba” vernácula ya no apuesta a nada nuevo, se conforma con las viejas y gastadas fórmulas. En 4 palabras. “va a lo seguro”.
Mirtha Legrand, con casi un siglo de vida, sigue firme los sábados a la noche, un horario central donde la teleplatea estaba acostumbrada a mirar, por ejemplo, obras grabadas en vivo como “Teatro como en el Teatro”; “El teatro de Darío Vittori” o “Alta Comedia”.
Una gigantesca maquinaria repleta de miles de engranajes se ponía en marcha el día más esperado de la semana para sorprender a un público fiel que disfrutaba de sus mejores actores.
Hoy, toda la “producción” se circunscribe a un asistente que le envía remises a un puñado de invitados para que charlen con la incombustible diva nacional.
La edad de oro de la TV de Argentina
Mario Pergolini, que exportó su formato “Caiga quien Caiga” a varios países (Chile, España, Italia, Francia, Brasil, Israel, Países Bajos y Portugal) retornó con una idea sumamente trillada: un “late show”, formato de la TV de USA que tiene más de 60 años de antigüedad.
Por su parte, Marcelo Tinelli, que lograra enorme masividad con grandes producciones (Showmatch, Ritmo de la Noche), se convertirá en hombre del austero streaming.
Susana Giménez ya no regala un millón de dólares como en los años 90 ni generará el desembarco de grandes figuras de la escena mundial a su plató. Es más, ni siquiera estará al aire en 2025.
Lo que puede ofrecernos la tv actual en una Argentina donde “no hay plata” es apenas una remake de la creación de Hugo Sofovich en 1963.
Contará con la conducción de Mariano Iúdica junto a Diego Moranzoni, Carlos Maslatón, Emmanuel Danann, Javier Calvo y Diego Recalde.
La medición del rating es quirúrgica
Ya no se puede ver la “planilla” de mediciones de audiencia como hace 20, 30 ó 40 años. Los números de 2025 son tan bajos como engañosos.
Hoy, la firma IBOPE despliega 1.500 aparatos llamados “people meter” en el Área Metropolitana de Buenos Aires, Rosario, Córdoba y Mendoza.
El usuario puede ver en la mañana o tarde del domingo con tranquilidad una pelea entre Canelo Álvarez y Terence Crawford que Netflix emitió a la una de la mañana.
La audiencia hoy se divide entre otras pantallas y otras plataformas.
El streaming y la televisión “on demand” son las ganadoras pero a la hora de auscultar el encendido las encuestadoras suelen tener mucho cuidado porque existe el llamado “video sharing” ya que muchas veces vemos en Youtube o redes sociales contenidos generados por la aparentemente menos potente TV de aire.
Los cambios de Telefe explican lo sucedido
El “canal de las pelotas” tiene en 2025 un valor cercano a los US$ 80 millones cuando llegó a cotizar un precio 4 veces más alto hace pocos años.
Quien haya tenido la suerte de circular por los viejos estudios de Pavón y Matheu (San Cristóbal, CABA) habrá sido testigo de situaciones increíbles.
A principios de los 90, convivían en los mismos pasillos Xuxa, Cris Morena, Carlín Calvo, Arturo Puig, Marcelo Tinelli, Lucho Avilés, Juan Carlos Pérez Loizeau, Susana Giménez, Natalia Oreiro y los actores más prestigiosos de la Argentina.
Por ejemplo, en 1996, Telefe Internacional vendió a un canal brasileño “Chiquititas”, uno de los éxitos de Cris Morena y luego llegaría una sucesión de hits que nos pusieron durante años cerca del podio global.
Luego, todo cambió.
El canal comenzó a “apostar sin mayores riesgos” de la mano de dueños europeos y posteriormente norteamericanos.
Hoy, solamente difunde formatos generados en el exterior: The Voice, The Mask, Survivor, Big Brother, Master Chef, Bake off y novelas turcas o coreanas.
El dólar artificialmente bajo hace que todo lo extranjero sea más barato y ni siquiera se le pueda pagar a Susana Giménez lo que pretende para hacer sus tradicionales shows.
¿Triste, solitario y final?
Si las condiciones económicas se alinearan con el talento nacional, Argentina podría volver a liderar un sector donde mostró ser enormemente competitiva.
La TV debería asumir que el “derrame” en redes sociales y nuevos dispositivos tecnológicos les daría más visibilidad, no menos repercusión.
Argentina tiene más de 40 millones de teléfonos inteligentes capaces de soportar todo tipo de material audiovisual pero la televisión local se muestra incapaz de generar contenidos de apenas un minuto para “empalmar” con las nuevas modalidades de consumo.
En Brasil, se preparan para que en 2026 arribe la TV 3.0. Llega con la promesa de transformar la forma en que vemos televisión, ofreciendo sonido inmersivo, imágenes de ultra definición, contenido a la carta e interactividad similar a la de las plataformas de streaming.
Mientras tanto, en Argentina, desde el Estado, la visión del mercado es casi “analógica”. Basta con mirar las mediciones de IBOPE.
A menudo, la TV pública tiene “una rayita” lo que significa 0.0 de rating: una audiencia inferior a las 15.000 personas.