El sistema de pagos instantáneos Pix, orgullo del Banco Central de Brasil y símbolo de inclusión financiera, se convirtió en el inesperado epicentro de un conflicto comercial entre Estados Unidos y Brasil. La administración de Donald Trump incluyó a la popular plataforma en su lista de prácticas presuntamente desleales, en una ofensiva que combina presiones geoeconómicas, defensa de intereses corporativos estadounidenses y un respaldo tácito al expresidente Jair Bolsonaro, recientemente condenado por intentar un golpe de Estado.
NUEVA GUERRA DE TRUMP
Trump va contra Pix: la venganza de las tarjetas
El sistema de pagos brasileño Pix incomoda a Visa y Mastercard, y Trump lo mete en su cruzada comercial para proteger a sus gigantes financieros.
La disputa por el mercado brasileño
Lanzado en 2020, Pix revolucionó el sistema de pagos en Brasil, permitiendo transferencias instantáneas y gratuitas entre personas y comercios. Hoy supera los 160 millones de usuarios activos mensuales y mueve cifras astronómicas: solo en agosto, más de 3 billones de reales (US$ 564.000 millones) circularon por la red. Su éxito desbancó a las tarjetas de crédito y débito como principal método de pago, lo que generó recelos entre gigantes como Visa, Mastercard, Apple y Amazon.
Las críticas de estas compañías, ahora respaldadas por la administración Trump, apuntan a que Pix distorsiona la competencia, al estar operado y regulado por el mismo organismo: el Banco Central.
En audiencias ante la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés), se denunció un "campo de juego desigual" y se pidió que el sistema cumpla con las mismas normas regulatorias y de ciberseguridad que sus competidores privados.
Sin embargo, desde Brasil las respuestas no tardaron. Roberto Azevedo, ex director de la OMC y asesor de la industria brasileña, defendió a Pix como una herramienta de inclusión financiera y eficiencia comercial. Roberto Campos Neto, expresidente del Banco Central y padre del sistema, fue aún más directo, según publicó Bloomberg:
La disputa escaló luego de que Trump impusiera en julio aranceles del 50% a algunas exportaciones brasileñas, argumentando una supuesta persecución política contra Bolsonaro. Además, la administración republicana sancionó al juez Alexandre de Moraes, quien lideró la condena al exmandatario.
Brasil ve la investigación comercial en curso —que podría durar hasta un año— como una vía alternativa para ejercer presión política y económica si los aranceles son revertidos por los tribunales.
Pix lidera en Brasil
Mientras tanto, Pix sigue sumando funcionalidades que lo acercan aún más a los servicios de las tarjetas, como Pix Parcelado y Pix Automático, amenazando con erosionar aún más la cuota de mercado de los emisores privados. No obstante, las tarjetas de crédito aún tienen atractivo: en 2025, el 51,6% de los brasileños declaró preferirlas, y la emisión de plásticos se duplicó desde 2020.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva no se mantuvo al margen. En un acto reciente, ironizó sobre las preocupaciones de las corporaciones estadounidenses: “¿Cuál es su problema? Que si Pix conquista el mundo, las tarjetas de crédito van a desaparecer”.
En un contexto global donde los sistemas de pago estatales avanzan —como UPI en India o Mir en Rusia—, la embestida de Trump contra Pix parece menos una cuestión de reglas comerciales y más una batalla por el control del dinero digital en el siglo XXI.
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