En su midweek financiero, Econoviews resalta como el 2024 cerró con siete meses consecutivos de déficit en cuenta corriente, lo que enciende alarmas sobre la sostenibilidad del esquema cambiario y las reservas del BCRA. Sin embargo, el saldo anual arrojó un superávit de US$ 1.695 millones, explicado íntegramente por el colchón que dejaron los primeros meses del año.
DÉFICIT EN CUENTA CORRIENTE
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2024 cerró con 7 meses consecutivos de déficit en cuenta corriente, encendiendo alarmas sobre la sostenibilidad del esquema cambiario y las reservas del BCRA.
El informe detalla también como el comercio exterior también transitó dos etapas bien diferenciadas. A lo largo de 2024, el saldo comercial acumuló un superávit de US$ 18.677 millones, aunque este número debe analizarse con lupa.
- Solo el 80% de las exportaciones ingresó al mercado oficial, ya que el resto se liquidó en el CCL.
- Durante buena parte del año, las importaciones se pagaron en cuotas, lo que artificialmente infló el superávit, especialmente en el primer trimestre.
- Diciembre sorprendió con un déficit comercial de US$ 39 millones, fenómeno poco frecuente en las últimas dos décadas. Esto se explicó por el vencimiento del Impuesto PAIS, que adelantó pagos de importaciones, especialmente en el sector automotriz, que representó el 38% de las compras externas en ese mes.
Por otro lado, el déficit de servicios (US$ 4.875 millones) mostró una mejora con respecto a 2023, aunque el deterioro fue evidente hacia fin de año. El turismo, el mayor factor de drenaje de dólares, cerró con un rojo de US$ 5.688 millones. No obstante, el 60% de los gastos con tarjeta se cubrió con dólares propios, según estimaciones del BCRA, lo que alivió parcialmente la presión sobre las reservas.
En cuanto a la carga de deuda, se destinaron US$ 11.580 millones al pago de intereses al FMI, organismos multilaterales y bonistas privados, aunque parte de estos pagos ya se habían contabilizado en ejercicios anteriores.
El rol de la cuenta financiera (la clave de la acumulación de reservas)
La cuenta financiera terminó siendo el gran sostén de la acumulación de reservas, con un saldo positivo de US$ 4.302 millones. Este resultado estuvo impulsado por:
- Un fuerte endeudamiento del sector privado, que sumó US$ 5.513 millones a través de préstamos bancarios y colocaciones de ONs.
- La cuenta de formación de activos externos del sector privado, que cerró con un saldo positivo de US$ 2.360 millones, gracias a que los pagos con tarjeta se hicieron con dólares propios.
- El FMI, que aportó US$ 927 millones, aunque Argentina fue pagadora neta con otros organismos internacionales.
- Intervención en el dólar CCL, que le costó al BCRA US$ 1.446 millones en todo el año.
Un frente externo más frágil
Las señales que dejó el último tramo del 2024 hacen prever un 2025 con mayores dificultades cambiarias. La proyección para la cuenta corriente es un déficit de US$ 8.000 millones, reflejando la erosión del superávit comercial y un mayor deterioro en los servicios.
El superávit comercial se reduciría a la mitad con respecto a 2024, quedando en US$ 9.000 millones, afectado por:
- La continuidad del dólar blend, que seguirá drenando exportaciones hacia el CCL.
- Mayor financiamiento de importaciones a través del CCL, restando demanda al mercado oficial.
- Un sector turístico con mayor impacto en el rojo de servicios, dado que, sin el Impuesto PAIS, la diferencia entre el dólar tarjeta y el MEP es menor, lo que podría reducir la cantidad de pagos con dólares propios.
Por el lado de la deuda, se estima un pago de intereses de US$ 8.900 millones, sin margen para giros de dividendos por el mercado oficial.
¿Alcanzará la cuenta financiera para sostener la estabilidad?
Desde nuestra perspectiva, la clave de 2025 será la cuenta financiera, donde se espera un saldo positivo de US$ 13.900 millones. Sin embargo, esto hace que la estabilidad cambiaria sea mucho más endeble, ya que estos flujos pueden revertirse rápidamente.
- Se espera un acuerdo con el FMI, que podría aportar fondos frescos, aunque con tensiones en torno a la salida del cepo y la apreciación del tipo de cambio real.
- Los organismos multilaterales seguirían siendo acreedores netos, lo que podría restar liquidez en dólares.
- El endeudamiento privado continuará, con colocaciones de deuda y financiamiento de proyectos vinculados al RIGI.
- Se esperan pagos de capital en bonos hard dollar, así como una mayor intervención en el mercado cambiario.
Con este esquema, el saldo proyectado para las reservas internacionales sería un aumento de US$ 6.000 millones.
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