JUSTICIA

EXPLOSIONES

Para Río Tercero la Justicia llegó muy tarde

Marcos Ferrer, intendente radical de la ciudad cordobesa que fue sede de uno de los capítulos más nefastos de la historia argentina, se expresó públicamente luego de que se conociese el fallo de la Corte Suprema de Justicia, que dejó firme las condenas de los acusados, a meses de la muerte del ex presidente e imputado, Carlos Menem. Para Ferrer, la firmeza de los fallos llegó demasiado tarde, aunque agradeció la conclusión del proceso. Finalmente, se determinó que la voladura de la Fábrica Militar de 1995 fue intencional.

CÓRDOBA. Casi 26 años tuvieron que pasar para que la Justicia le de un cierre al capítulo del atentado en Río Tercero, Córdoba. Desde 1995, la familia de los siete inocentes fallecidos, los más de 300 heridos (algunos con incapacidades) y toda una ciudad pide por la verdad sobre las explosiones originadas en la Fábrica Militar de Armamentos.

A más de dos décadas, ayer (6/5) la Corte Suprema de Justicia le puso punto “final” a la causa al confirmar las condenas de los acusados condenados a 10 y 13 años de prisión. Para el Tribunal Superior, las explosiones fueron efectivamente una maniobra para ocultar la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia, que en esos momentos se encontraban en guerra (con Perú y Bosnia, respectivamente). 

Al respecto, el intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer expresó su descontento con el proceso de la Justicia, y remarcó que el final de la historia llega demasiado tarde. “Cuando la Justicia llega tarde no es justicia”, expresó en su cuenta de Twitter. 

Sin embargo, celebró la decisión final del Tribunal. "Aún así celebramos este fallo de CSJN que finalmente deja firme las condenas y ratifica que lo que sucedió en nuestra ciudad constituyó un atentado", remarcó Ferrer. 

En cuanto a los acusados, la firmeza de la condena recayó sobre ellos, luego de haber apelado el fallo. Se trata de los militares retirados Jorge Antonio Cornejo Torino (director de la fábrica), Carlos Franke (director de producción) y Edberto Gónzalez de la Vega (director de Coordinación Empresaria), quienes recibieron 13 años de prisión domiciliaria, y Marcelo Gatto (jefe de producción mecánica) quién recibió 10 años. 

El 19 de diciembre de 2017, la Cámara de Casación había confirmado las condenas. Ese hecho generó expectativas en su momento, por la posibilidad de que el ex presidente en ejercicio de sus funciones en el momento de las explosiones, Carlos Saúl Menem, fuera juzgado por las explosiones. 

En lo que respecta a las detonaciones, la investigación confirmó que se debieron a un incendio provocado intencionalmente en la fábrica, y programado a tal fin. De este modo, los involucrados destruyeron toneladas de evidencia en cuanto a la causa del tráfico de armas. 

Explosiones Río Tercero

Los movimientos irregulares en los alrededores de la planta, además del ingreso de personas ajenas a la actividad regular, determinaron que se trató de una explosión fríamente calculada. Incluso se determinó que más de la mitad del armamento del inventario no se encontraba en el lugar, antes de la explosión, lo que confirmó el uso de la fábrica para vender ilegalmente armas al exterior. 

Cabe recordar que Menem había sido inicialmente absuelto por la causa de tráfico de armas, para más tarde ser condenado y absuelto nuevamente por la Corte Suprema. El deceso del ex mandatario fue el punto final en la investigación de su responsabilidad. 

Las detonaciones que arrasaron la ciudad comenzaron alrededor de las 9 a.m del día viernes 3 de noviembre de 1995. En ese momento, la ciudad se encontraba en plena actividad comercial y escolar, con todo el mundo en la calle, cuando de repente una nube de humo seguida de una detonación se pudieron percibir en el horizonte.

Río Tercero

Segundos más tarde, las esquirlas de las bombas que se encontraban almacenadas en la fábrica comenzaron a llover sobre la gente. Horas después de la explosión, el entonces presidente Menem llegó al lugar y brindó una conferencia de prensa, en la cual instó a los periodistas a transmitir la versión de que se había tratado de un “accidente”. 

Días antes de la muerte de Menem, la Corte Suprema había dispuesto una revisión de su absolución, que quedó en la nada. 
 

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