¿Entre planes sociales y shock, que quiere hacer la sociedad Argentina? Ante la grave crisis económica y política, parece que la sociedad argentina vive en una contradicción permanente en la que sus posiciones políticas varían según las circunstancias y su entorno personal.
INCOHERENCIAS
Argentina en crisis: planes sociales e inflación o shock
¿Entre planes y shock que quiere la sociedad argentina? Ante la grave crisis económica parece que la ciudadanía vive en una contradicción permanente.
Mariana Alfonzo, la beneficiaria de planes sociales que se hizo viral en los últimos días por sus polémicas declaraciones, dijo que le ofrecieron un trabajo en blanco y que no lo aceptó: “No acepté porque sumaría la misma plata que recibiendo los planes, estando en mi casa”.
Mariana Alfonozo encarna la desvirtuación y el exceso de las ayudas sociales de parte del Estado. Ello podría llevar a un acostumbramiento latente en la sociedad argentina: la idea de que necesitamos un estado protector: salud pública, educación, un auténtico estado de bienestar.
La propia beneficiaria lo admitió: “Es culpa del Gobierno, no mía. Este país es así, nos acostumbramos a eso. Los argentinos no somos de trabajar por dos pesos, queremos cobrar lo justo". Y en cierto modo tiene razón:
El ministerio de Desarrollo Social concentra el mayor presupuesto en gasto social del Gobierno. Durante el año pasado gastó más de 7 billones de pesos en planes sociales ,según datos públicos del Ministerio de Economía.
La experiencia y los datos han demostrado que hasta ahora ningún gobierno pudo resolver el problema de la pobreza con planes sociales. Menos el actual de Alberto Fernández que en el 2021, gastó más de 7 billones de pesos en planes sociales.
Es que por más planes que se inventen la pobreza sube. Los programas pueden crear un piso para proteger de la pobreza extrema, pero no permiten salir de ella. Su temporalidad podría ser efectiva, su eternidad es perjudicial.
Las organizaciones piqueteras y organismos sociales tampoco contribuyen a paliar el tema, incluso lo acentúan. Crean una cultura de asistencia social politizada. Muchos de ellos intervienen como intermediarios entre el beneficiario y el estado, por lo que se genera un clientelismo político en el que se le obliga al beneficiario participar en ciertas marchas políticas o afiliarse a diversos partidos para cobrar el plan en lugar de incentivarlo a trabajar.
Por otro lado, cada vez existen más impuestos y cada vez son más ridículos. La ciudadanía percibe que el pago de esos impuestos no mejoran su calidad de vida. Además muchos asalariados se encuentran por debajo de la línea de la pobreza. El Índice de Salarios de enero del Indec registró que el sector privado no registrado, los trabajadores informales, tuvieron un alza de sueldos de 2,5%, mientras que el índice de precios (IPC) de ese mes fue de 3,9%.
También el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA (ODSA) afirmó que el año pasado el 28,2% de la población ocupada de 18 años y más no lograba que el trabajo lo sacara de la pobreza.
La única manera probada para poder paliar la indigencia y la pobreza es generar las condiciones para impulsar la actividad laboral y el empleo privado registrado.
Por otro lado, esta sociedad ante crisis, pide medidas de shock, porque puede ser más abierta a nuevas ideas. Según el trabajo de la consultora Zubán - Córdoba, la primera encuesta post-Guzmán, sostuvo que entre sus encuestados hubo un rechazo a un ajuste en prestaciones sociales y un respaldo a favor del castigo a la evasión fiscal (75,7%), la reducción de los subsidios a las grandes empresas (56,8%) y la reducción de los planes sociales (47,1%).
Sin embargo, cuando se le explica que esas medidas de shock implicaría recorte en sus ingresos, un aumento en sus impuestos o una pérdida de derechos laborales y empiezan a evidenciar todo eso en la sociedad nadie las acepta. La consultora llamó a esto: 'las contradicciones argentinas.
“Aunque una mayoría parecía aceptar la idea de posibles políticas de shock económico, esa misma mayoría prefería luego que el Estado mantenga o incluso aumente su nivel de gasto en la mayor parte de las áreas de gobierno", argumentaron.
También es verdad que las preguntas están mal planteadas en la mayoría de las encuestas de las consultarías. Suelen ser chocantes, capciosas y relativas. Y en política es importante la generación de expectativas y de las medidas y el cumplimiento de las promesas. Pero igual esto no escapa de la siguiente pregunta:
¿Entre planes sociales y shock, que quiere hacer la sociedad argentina? Ante la grave crisis económica y política, parece que la sociedad argentina vive en una contradicción permanente en la que sus posiciones políticas varían según las circunstancias y su entorno personal.
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