Un hombre en China murió después de contraer una rara enfermedad infecciosa, conocida como el virus del mono B o virus del herpes B, según comunicaron los funcionarios de salud de China en un informe del sábado.
ALARMA ZOONÓTICA
Virus del mono B: registran la primera muerte en China
El virus del mono B o virus del herpes B fue secuenciado por primera vez en 1932. Ahora se cobró la vida de un veterinario que estuvo en contacto con primates.
La víctima era un veterinario de 53 años que residía en Beijing y se convirtió en el primer caso humano documentado del virus del mono B en China.
Según el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades, el hombre trabajaba en un instituto de investigación especializado en la cría de primates y diseccionó dos monos muertos en marzo.
Al mes experimentó náuseas, vómitos y fiebre y murió el 27 de mayo. Sus muestras de sangre y saliva fueron analizadas en abril. En efecto se testeo a dos de sus contactos cercanos, un médico y una enfermera, pero dieron negativo al virus del mono B.
Estas infecciones zoonóticas han involucrado principalmente a veterinarios de primates, personal de cuidado animal o investigadores de laboratorio. Sin embargo, aunque el riesgo de transmisión entre personas parece ser mínimo, se ha documentado previamente un caso de contagio entre humanos.
Hasta el momento no se habían registrado casos fatales o clínicamente graves en China del virus del herpes B.
Acerca del virus
El virus del mono B o virus del herpes B, prevalece entre los monos macacos, pero es extremadamente raro, y a menudo mortal cuando se propaga a los humanos.
En las personas tiende a atacar el sistema nervioso central y causar inflamación en el cerebro. Si no se trata, hay una tasa de mortalidad de alrededor del 80%.
Se han reportado menos de 100 infecciones humanas del virus desde el primer caso de transmisión de primates a humanos en 1932. Es probable que haya casos del virus que no hayan sido detectados, pero los expertos todavía creen que es una condición extremadamente rara entre los humanos.
Las víctimas suelen ser veterinarios, científicos o investigadores que trabajan directamente con primates y podrían estar expuestos a sus fluidos corporales a través de rasguños, mordeduras o disecciones.
En 1997, un investigador de primates en Nueva York murió seis semanas después de haber estado en contacto con un mono. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, solo ha habido un caso documentado de un ser humano infectado que transmitió el virus a otra persona.
Al igual que la COVID-19, el virus del mono B es de origen zoonótico. La diferencia sería, en principio, que la enfermedad pandémica de adaptó para saltar fácilmente entre humanos.